Desde hace ocho días, Cáceres y Badajoz están unidas por tren.
Para ser exactos, están unidas por un tren propio del siglo XXI y, más concretamente, de 2025. Desde el pasado 1 de diciembre, las dos ciudades de mayor tamaño de Extremadura están unidas por un trayecto de apenas 50 minutos. Un viaje con cuatro frecuencias diarias que facilita la vida de miles de extremeños. A mediados del año que viene, en 2026, el Gobierno dice que los trenes podrán por fin alcanzar los 300 km/h.
De cumplirse será todo un hito para la región y un primer paso para hacer realidad ese Madrid-Lisboa del que se lleva hablando más de 20 años. Europa parece haberse puesto seria en ese sentido. La intención es tener una conexión entre capitales en 2030 y que cuatro años más tarde, el trayecto apenas conlleve poco más de 180 minutos.
Tres horas que ahora parecen poco menos que una quimera. Sobre todo si tenemos en cuenta que la primera promesa de conectar ambas ciudades es de 2003. Entonces se apuntaba a 2010 como fecha final para tener lista la conexión de la alta velocidad. Hoy, de Madrid a Badajoz, el único tramo que funciona a «alta velocidad» es el que separa Badajoz de Cáceres… y un poquito más, hasta la estación de Monfragüe y su conexión con Plasencia.
El problema es que el tramo Plasencia-Badajoz es solo uno de los tres tramos de los que consta la conexión entre Madrid y la frontera portuguesa. Sí, empezó a actuar como conexión electrificada de ancho ibérico en diciembre de 2023. Ahora, casi dos años más tarde es cuando los pasajeros pueden moverse entre Cáceres y Badajoz en menos de una hora.
Pero viajar entre Madrid y Badajoz sigue obligando a emplear casi cinco horas de trayecto. Y no es algo que vaya a cambiar a corto plazo. Porque tardamos casi lo mismo en llegar a Extremadura que hace 50 años.
20 minutos
Navegando por la red y tratando de entender cómo hemos evolucionado, di con el séptimo número de la guía de Renfe en el que se recogen los horarios de todos los trenes disponibles en España entre diciembre de 1970 y marzo de 1971. Además de pasar un buen rato buceando y encontrar algunas curiosidades como que el viajero tenía disponible un Madrid-París que solo requería preocuparse del cambio del ancho de vía en la frontera, encontré algo que me llamó la atención.
Desde niño, me muevo recurrentemente entre Madrid y Extremadura. Concretamente a un pueblo cerca del Parque Natural de Monfragüe, enclave que se encuentra a unos pocos kilómetros de Plasencia. Mientras he tenido coche, siempre he viajado en él pero cuando todavía no tenía carnet de conducir solía optar por el autobús. Primero porque había más frecuencias disponibles. Después porque los retrasos y las averías se convirtieron en parte de la normalidad.
Una pena porque el viaje en tren es mucho más cómodo que en el autobús y debería ser más rápido. Debería. Porque buceando di con un detalle que me llamó la atención.
Trenes con salida de Madrid y llegada a Extremadura en 1970. Pincha en la imagen para consultar más horarios
Ahí estaba.
Tren con salida de Madrid a las 10:40. Llegada a Palazuelo-Empalme (actual estación de Monfragüe) a las 13:41 minutos. 181 minutos para cubrir los 253 kilómetros de trayecto. Hoy, por suerte, Renfe ofrece una conexión más rápida. Concretamente, 20 minutos más rápida. Como puedes ver en la siguiente imagen, los trenes entre esta estación extremeña (la primera electrificada) y Madrid siguen a más de dos horas y media de distancia para recorrer poco más de 250 kilómetros.
Recordemos que Madrid y Barcelona aspiran a estar unidas en menos tiempo. O que en menos de 10 años deberíamos ver un Madrid-Lisboa en menos de tres horas.
El problema, como decíamos, es que la conexión entre Madrid y Extremadura avanza a un ritmo extremadamente lento. El primer paso ha sido electrificar la vía de ancho ibérico entre Badajoz y esta parada extremeña. Ahora, además, es doble, lo que impide que una avería en un sentido afecte inmediatamente al otro y, al menos, uno de los dos pueda seguir funcionando.
El segundo y mayor problema es que la conexión en su tramo manchego va especialmente lenta.
La línea se divide de la siguiente manera:
- Tramo Plasencia-Cáceres-Mérida-Badajoz
- Tramo Talayuela-Plasencia
- Tramo Madrid-Oropesa
De momento, el tramo comprendido entre Talayuela y Plasencia (del lado extremeño) está en fase de construcción pero como señalan en Levante, todavía las obras se encuentran en una fase inicial. De hecho, de los siete subtramos en los que se divide, solo dos de ellos están finalizados, tal y como recoge Adif. Pese a todo, los plazos no deberían extenderse mucho más y el tramo debería estar activo en 2028.
Pero lo más problemático se encuentra en Castilla-La Mancha. El tramo Madrid-Oropesa todavía se encuentra en la fase de proyecto informativo. En él, el mayor escollo es el paso por Toledo.
La intención del Ministerio de Transportes y el Ayuntamiento de la ciudad es acercar todo lo posible el AVE al municipio, utilizando la actual estación que se encuentra a apenas dos kilómetros de distancia en línea recta del casco urbano. Eso obliga a diseñar un nuevo viaducto para solventar el paso por el Tajo… y ahí está el conflicto. La Comunidad Autónoma y plataformas en defensa del patrimonio de la ciudad creen que daña la imagen de la misma y proponen una estación alternativa en un polígono industrial más alejado del casco urbano, reduciendo el impacto visual y desechando la necesidad del viaducto.
Muestran en un análisis exhaustivo en Geotren cómo algún día, si todo marcha, en 2030 tendremos una conexión entre Madrid y Badajoz en 151 minutos. Es decir, en dos horas y media. Hasta entonces, seguirán siendo 10 minutos menos de los que actualmente tardo a la estación más cercana a mi pueblo, situada mucho antes de llegar a Cáceres.
Para entonces, la conexión entre Madrid y Plasencia será una realidad en 96 minutos. Entonces sí podremos decir que hay un salto cualitativo con las conexiones de 1970. Solo habrán hecho falta 60 años, más de un cuarto de siglo de promesas y una inversión de 3.800 millones de euros… solo en esta última fase del proyecto.
Foto | Xataka
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La noticia
En 1970, el tren a mi pueblo de Extremadura tardaba 20 minutos más que hoy. Es un doloroso recordatorio sobre la «alta velocidad»
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Alberto de la Torre
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