Con Windows 10, Microsoft nos prometió ‘One Windows‘, o un único Windows. Dentro del sistema, la compañía lo hizo a su vez con la interfaz de usuario. Tras varios cambios visuales como los que llegaron de XP a Vista o de 7 a 8, el sistema necesitaba homogeneidad visual, consistencia. Un cambio más profundo como el que Fluent prometía, pero que no llegó.
Se quedó en sueño. Pese al espectacular trabajo de los diseñadores de Microsoft, la interfaz única nunca se logró. Nos quedaba buscarla en Windows 11. Cuatro años después de su presentación, he vuelto a ver el vídeo de lanzamiento, y lo que he encontrado me ha hecho lamentar lo que no tenemos.
Windows 11 se anunció como algo mucho más ambicioso
Windows 11 era puro cristal… en su primeros instantes de publicidad
En el vídeo de presentación de Windows 11, Microsoft recurrió a algo que conocíamos de Vista y 7, y que Apple ha traído también a sus nuevos sistemas: transparencias en un estilo translucido. El inicio era muy prometedor. Veíamos cómo, literalmente, se formaban elementos del sistema en cristal.
Recordaba, de forma incluso más radical, a conceptos de Fluent Design que Microsoft no llegó a implementar a fondo en Windows 10. Sin embargo, al utilizar el nuevo sistema durante 4 años, y valorando que el paso adelante respecto a Windows 10 ha sido sustancial, te das cuenta de que el cambio no es al que se aspiraba con la presentación de su sucesor.
Windows 11 tiene transparencias, sí, pero no tienen la profundidad de un cristal, sino que son mucho más opacas. Lo podemos ver a continuación:
Así presentó Microsoft el nuevo menú Inicio, con mucho cristal.
Lo que tenemos en Windows 10 hoy es mucho más opaco
Los iconos de la barra de tareas eran de cristal. Si miras la barra de tareas, son planos y sin profundidad.
En esta captura de Configuración del vídeo, se ve claramente cómo el fondo de pantalla es visible más allá del color. Ahora mismo es opaco.
En resumen, Microsoft buscaba cambios más profundos a nivel estético en el sistema. No están tan lejos de lo que tenemos ahora mismo, pero resulta decepcionante ver que tras cuatro años, no ha habido avances en este sentido tras la primera versión.
De hecho, Windows 11 apenas cambia no desde 2021, sino desde dos años antes, cuando Microsoft presentó (sin llegar a lanzar nunca) Windows 10X. Aquel estilo visual fue el que acabó llegando a Windows 11, pero sin apenas evolución. Los cambios en el sistema llegan más en forma de rediseño de apps que a su base.
Las grandes críticas al sistema tienen que ver más con sus cambios respecto a Windows 10 que con lo que se echa de menos de lo visto en su presentación, pero siempre es una pena ver que en Microsoft hay tan buenas ideas, y luego una ejecución limitada. Es probable que sea diferente en Apple este otoño, recordando que en pocos meses lograron un rediseño que Microsoft no logró implementar en 5 años.
Imágenes | Microsoft
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La noticia
He visto de nuevo el vídeo de presentación de Windows 11: la ambición de Microsoft volvió a quedarse en renders
fue publicada originalmente en
Genbeta
por
Antonio Sabán
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