Corren tiempos convulsos movidos en el mercado del aceite de oliva español. Tanto para los consumidores que acuden al supermercado en busca de botellas como para los agricultores que venden sus cosechas. Tras las subidas y bajadas de precios vividas por unos y otros durante los últimos años, las almazaras acaban de encontrarse con una sorpresa: el precio del virgen extra en origen acaba de rebasar la barrera psicológica de los cuatro euros el kilo, una ‘línea roja’ importante para los productores que llevaba sin tocarse desde hacía ya varios meses.
La gran pregunta es hasta dónde alcanzará esa subida.
¿Qué ha pasado? Que el precio en origen del aceite de oliva virgen extra ha rebasado la barrera psicológica de los cuatro euros el kilo. Lo sabemos gracias a los datos de la última semana (18-24 de agosto) divulgados por ASAJA-Jaén, que ha tenido acceso a la información actualizada del sistema Poolred. Para ser más precisos, el AOVE marca 4,001 €/kg, el virgen 3,53 y en lampante 3,29.
Sus valores están en sintonía con los del Observatorio de Precios y Mercados de la Junta de Andalucía, que sitúa también el virgen extra en origen por encima de los cuatro euros. En lo que respecta a los precios de consumo, por lo pronto las tablas del IPC muestran que el coste del aceite de oliva en general ha caído un 3,1% en junio y se mantiene sensiblemente por debajo de los valores de hace un año.
¿Por qué es importante? Por varias razones. La principal es que el AOVE llevaba meses situado por debajo de ese valor, como refleja el observatorio andaluz o la plataforma InfaOliva, que muestra que el virgen extra permanecía por debajo de los cuatro euros desde prácticamente comienzos de 2025. Desde entonces su gráfico muestra que ha estado oscilando en torno a los 3,5 €/kg. Otras fuentes aseguran que el AOVE no alcanza los cuatro euros desde diciembre de 2024.
¿Hay más razones? Sí. El segundo motivo por el que ese hito resulta tan importante es que tiene un trasfondo simbólico para los productores de aceite. En el sector hay quien considera que los cuatro euros por kilo marcan la ‘barrera’ que mantiene la rentabilidad de las explotaciones. Otros sostienen que el mínimo que cubre los gastos de producción es más elevado y lo fijan en 5 €/kg. En cualquier caso lo cierto es que el sector llevaba meses por debajo de esa ‘línea roja’.
En mayo por ejemplo la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) advertía que mientras los consumidores pagaban cerca de seis euros el litro, los productores recibían menos de 3,5 por el virgen extra, lejos de los entre 5,55 y 6,14 €/kg que, según sus cálculos, debía marcar la cotización de AOVE la campaña 2024/25. «Es una situación que no se puede mantener en el tiempo».
¿Por qué sube el precio? Por varias razones. La principal es la deriva de la cosecha. Aunque inicialmente los agricultores contaban con una gran campaña, impulsada por las lluvias de primavera, lo que incluso llevó al Gobierno a dotarse de un ‘botón nuclear’ que llegado el caso le permitiese retirar aceite del mercado para garantizar su «estabilidad», todo indica que la campaña será menos prolífica de lo esperado. Tanto es así que hace un mes los agricultores lanzaron un mensaje para rebajar el optimismo y recalibrar las expectativas del sector.
¿Qué podemos esperar entonces? «La situación actual en la principal comunidad autónoma productora, Andalucía, nos lleva a pensar que la euforia que reinaba entre los grandes operadores del mercado sobre una cosecha histórica se está derrumbando», advertían en julio desde la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA). Sus estimaciones de producción para Andalucía apuntaban por entonces a entre 950.000 y 1,15 millones de toneladas, cifra sujeta en cualquiera la deriva meteorología de los próximos meses. «Es decir, en el mejor de los casos estaríamos en una situación similar a la campaña 2024/2025», precisaban.
Detrás de esa menor producción hay un cúmulo de factores, entre los que se incluyen las elevadas temperaturas durante la floración, la influencia de las plagas, el impacto de las últimas olas de calor en el tamaño del fruto o la propia vecería de las plantaciones. La estimación global de UPA es es que la horquilla de producción de la próxima campaña se moverá entre 1,2 y 1,4 millones de toneladas, cifra que responde al recorte de previsiones en Andalucía y Castilla-La Mancha.
¿Y cómo marcha el mercado? Esa es la otra clave que explica la deriva de los precios. Los datos de Poolred o el observatorio andaluz muestran un incremento de los precios en origen a lo largo de las últimas semanas, pero aún así las ventas han avanzado a buen ritmo: hace unas semanas ASAJA Córdoba celebraba que las salidas de aceite de oliva alcanzaron el mes pasado las 147.000 t, «las cifras más altas de los últimos diez años en un mes de julio a nivel nacional». El enlace, que refleja las existencias de mercancía que quedará entre campañas, también se promete corto, con 270.000 toneladas, según precisa El Economista.
Otra de las claves de la campaña es el comportamiento del mercado estadounidense. El diario desliza que entre enero y mayo las ventas de aceite de oliva español en EEUU crecieron un 31,25%, aunque ese repunte no fue parejo al valor de las ventas. La gran pregunta es cómo afectarán los aranceles. Los datos de exportaciones de julio (libre aún de las tasas) muestran ya una caída, aunque en el sector hay voces optimistas que recuerdan que hay clientes fieles que ya pagaban por el aceite español cuando su precio en origen era muy superior al actual.
Imágenes | Wikipedia y Iloveaceite (Flickr) 1 y 2
En Xataka | Cada vez más gigantes se meten en el campo andaluz y en la industria del aceite de oliva. El último: PepsiCo
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La noticia
El precio del aceite de oliva virgen extra está subiendo de nuevo. La pregunta es hasta dónde alcanzará esa subida
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Xataka
por
Carlos Prego
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