La guerra de Ucrania y la alargada sombra de Putin no solo han reactivado el debate sobre el gasto militar en la OTAN. También ha recuperado una palabra muy ligada a esa discusión y que durante décadas ha sido tabú en gran parte de Europa: ‘mili’. Alemania ha decidido que eso cambie. Su Gobierno ha puesto en marcha la maquinaria legislativa para recuperar el servicio militar, suspendido en el país desde 2011. Lo hará con un sistema de reclutamiento voluntario, aunque ya advierte que eso podría cambiar si el ejército no crece al ritmo deseado.
Y el objetivo de partida es ambicioso.
¿Qué ha pasado? Que Alemania ha movido ficha para recuperar el servicio militar. Ayer el Gobierno del canciller Friedrich Merz dio el visto bueno al proyecto de ley que abrirá las puertas a una nueva mili voluntaria con la que el país aspira a fortalecer su defensa. Lo hizo tras meses de debate, en un contexto en el que cada vez más países de Europa se replantean sus servicios militares y con una puesta en escena cargada de intenciones: el anuncio se hizo tras una reunión de Gabinete en el Ministerio de Defensa, algo que no ocurría desde hacía varias décadas.
¿Qué quiere hacer? De momento implementar una mili voluntaria, aunque el propio canciller ha deslizado que si en unos años el Gobierno no ha alcanzado sus objetivos buscará la forma de conseguir «un mayor compromiso». Lo que veremos a corto plazo es una Alemania que reactiva el servicio con ciertas peculiaridades: enviará una carta a todos los hombres y mujeres nacidos a partir de 2008 para que respondan si les interesa o no participar. En el mismo cuestionario se incluirán preguntas sobre la preparación académica y el estado de forma física.
Entre quienes respondan afirmativamente se escogerá grupo de voluntarios que deberán someterse a un examen médico. Si todo está correcto participarán en un servicio militar de al menos medio año, un plazo prorrogable que incluirá además una compensación económica. Los jóvenes seleccionados podrán escoger en cuál de las ramas del ejército quieren adquirir destrezas, lo que incluye los cuerpos de marina, armada, fuerza aérea y unidades especializadas en el ciberespacio.
¿Se conocen más detalles? Sí. Para empezar, el cronograma que maneja el Gobierno. La ley aún debe recibir el aval del Parlamento, pero Merz confia en que la nueva mili pueda estrenarse «de inmediato», a partir de 2026. Se sabe también que habrá una pequeña diferencia entre hombres y mujeres. Ambos recibirán el cuestionario, pero solo ellos deberán cubrirlo si no quiere recibir una multa.
Tras esa diferencia, aclara El País, hay una mezcla de factores históricos y legislativos. Hasta 2011, año en el que Alemania dijo adiós al servicio militar obligatorio, los únicos que participaban eran los hombres. El Gobierno nunca llegó a eliminar el servicio, solo lo suspendió, y ampliar la obligación ahora a las mujeres requeriría modificar la Constitución, lo que complicaría todavía más el proceso.
¿Será siempre voluntaria? La pregunta del millón. Y no es fácil responderla. De momento la mili volverá a Alemana con un carácter voluntario, pero Merz ha dejado la puerta abierta a que eso cambie a medio plazo: «Si en los próximos uno, dos o tres años no se cumplen los objetivos, hemos creado un mecanismo en la ley que conducirá a un mayor compromiso». El cambio, eso sí, exigirá que el Gobierno y Parlamento vuelvan a posicionarse. La norma permitiría por lo tanto revisar el enfoque del reclutamiento sin necesidad de que lo haga el contexto geopolítico.
El carácter voluntario (u obligatorio) del servicio ha sido el gran punto de desencuentro y el detalle que más ha tensado la discusión entre las diferentes fuerzas políticas. Los conservadores abogan por un mecanismo que permita captar reclutas de una forma más ágil en caso de que el Gobierno lo considere necesario y Unión Cristianosocial incluso va más allá al exigir la vuelta a la mili obligatoria. En el polo opuesto hay quien argumenta que el Bundeswehr despertaría mayor interés si mejorase las condiciones laborales que ofrece a los jóvenes alemanes.
¿Hará algo en esa línea? Sí. Consciente del debate, el ministro Boris Pistorius insistió ayer en que el Ejecutivo está mejorando las condiciones de los reclutas. «En el futuro el salario será de 2.300 euros netos, una subida notable. No hay gastos de alojamiento ni de seguro médico. Por lo tanto se trata de un paquete que aumenta de forma considerable el atractivo en comparación con la situación actual».
En un intento por hacer la oferta más atractiva para los reclutas insistió en que se ofrecerán «horarios de formación flexible» y la posibilidad de participar en cursos. Lo que también ha decidido el Gobierno es que a partir de 2028 implantará un examen médico obligatorio para todos los jóvenes de entre 18 y 25 años, lo que permitirá al país conocer su base de «reclutas realmente disponibles».
¿Cuál es el objetivo? Reforzar la defensa. Algo que se comprende mejor con cifras. Ahora mismo el ejército alemán está formado por cerca de 183.000 hombres y mujeres en activo. Lo que quiere el Gobierno es alcanzar los 260.000 a principios de la próxima década, cantidad que la OTAN considera adecuada para el país. Otra de las metas del equipo de Merz es extender la bolsa de reservistas, haciéndola pasar de los alrededor de 100.000 efectivos actuales a 200.000. Alcanzar esas cifras supondrá un desafío también para la propia administración alemana.
«Todos queremos ver ese aumento rápidamente, pero hay una serie de criterios objetivos que deben cumplirse. Los dos básicos son las ubicaciones e instructores. Si no los tenemos no podemos llamar a filas a 350.000 jóvenes de Alemania. Nos faltan cuarteles e instructores. Eso significa que ahora todo tiene que volver a crecer desde abajo, un aumento que se está impulsando», reconocía ayer Merz.
¿Por qué ahora? Por el contexto geopolítico europeo, marcado por dos grandes factores. El principal, el rol de Rusia y su relación con Europa desde que el Kremlin decidió iniciar la ocupación militar de Ucrania, en 2022. La segunda es la llegada de Trump a la Casa Blanca y lo que ello ha supuesto para la defensa europea. En los últimos meses el líder republicano ha exigido a los miembros de la OTAN una mayor implicación en el gasto militar y ha amagado con abandonar la alianza.
«Rusia es y seguirá siendo la mayor amenaza para la libertad, la paz y estabilidad en Europa durante mucho tiempo. El Gobierno alemán está respondiendo a esto con determinación», reivindica Mertz. «¿Por qué necesitamos un nuevo servicio militar? Tras todos los debates de las últimas semanas y meses, hay algo que es indiscutible: el ejército alemán debe crecer. La situación de seguridad internacional, sobre todo la actitud agresiva de Rusia, así lo exige».
¿Es Alemania un caso único? No. A lo largo de los últimos años, desde antes incluso del regreso de Trump a la Casa Blanca, la mili ha ido recuperando fuerza en Europa. Tras la invasión de Ucrania Lituania y Ucrania no tardaron en recuperarla y no mucho después les siguieron Letonia. Suecia también acordó retomar la mili obligatoria en 2017 y Su figura no ha resurgido con la misma fuerza en todas las naciones, pero como mínimo ha agitado el debate político en Dinamarca, Francia y Alemania. En España el Gobierno descarta recuperar la mili, desparecida en 2001.
Imágenes | ResoluteSupportMedia (Flickr) y Bundesweh
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La noticia
Con los tambores de guerra sonando en Europa, Alemania ha tomado una decisión radical: recuperar la «mili»
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Carlos Prego
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