España tiene un récord mundial difícil de justificar, es el país con más comercializadoras eléctricas registradas. Durante años, el listado oficial superó las 900 empresas, aunque más de la mitad nunca tuvo actividad real. Un «mercado fantasma» que generaba confusión, riesgos operativos y una opacidad impropia de un sector estratégico.
Ahora, por primera vez, el Gobierno ha decidido poner orden. En los últimos doce meses han empezado a caer en cascada las primeras inhabilitaciones y todo apunta a que el registro sufrirá una depuración masiva.
Un cribado total. El último informe de la CNMC confirmó lo que el sector intuía desde hace tiempo. De un censo de más de 900 comercializadoras, solo 416 empresas tenían clientes y compraban energía de forma efectiva. El resto —centenares de sociedades— permanecía en una especie de pausa permanente, inscritas pero sin actividad. Y la ley es clara al respecto. Tanto el Real Decreto 1955/2000 como la Ley 24/2013 permiten al Ministerio retirar la autorización a cualquier comercializadora que pase un año sin operar o que incumpla sus obligaciones económicas y técnicas.
Según información que ha tenido acceso El Periódico, el Ministerio para la Transición Ecológica ha inhabilitado unas 40 comercializadoras en el último año, la mayoría sin clientes o sin compras de energía durante más de doce meses. La limpieza se basa en la aplicación sistemática del artículo 74, un mecanismo legal que llevaba años infrautilizado.
Un proceso que ha entrado en acción. El proceso ya se observa en el propio Boletín Oficial del Estado, donde se publicó en octubre la inhabilitación de Virtual Power Plant & Smart Energy S.L. por no presentar las garantías exigibles ante el operador del mercado. La resolución ordenaba además el traspaso automático de sus clientes a un Comercializador de Referencia, conforme a la Ley 24/2013.
Casos similares constan también en expedientes de la CNMC, como INF/DE/368/23, donde se documentó que una comercializadora acumuló impagos, insuficiencia de garantías y cero energía adquirida para suministrar a sus clientes. Funcionaba solo sobre el papel.
¿Qué significa esto para el mercado y el consumidor? Aunque pueda parecer un asunto técnico, la depuración afecta directamente a los ciudadanos. Según Tarifa y Luz, la eliminación de comercializadoras fantasma implica: menos riesgo de que una empresa quiebre de la noche a la mañana, más control sobre operadores pequeños sin solvencia real, más seguridad y continuidad del suministro, ya que la normativa obliga a trasladar automáticamente los clientes a un Comercializador de Referencia si su proveedor cae. Y, por último, un mercado menos opaco y con menor riesgo de fraude.
Se trata de un problema sistémico: algunas de estas pequeñas firmas acumulaban impagos a Red Eléctrica (REE) y el Operador del Mercado Ibérico (OMIE), generando costes que terminaban absorbiendo el conjunto del sistema eléctrico. Otras prometían precios inviables y, al no poder comprar energía en el mercado diario, simplemente desaparecían.
Pero, ¿tan fácil es abrir una comercializadora? España es el único país europeo donde no se exige una licencia administrativa previa para operar como comercializador eléctrico. Abrir una empresa de este tipo es relativamente sencillo: basta con presentar ante el MITECO una comunicación de inicio de actividad acompañada de una declaración responsable de cumplimiento de los requisitos, según la ficha oficial del propio Ministerio.
Antes, eso sí, el interesado debe acreditar ante REE y OMIE su capacidad técnica y económica: presentar garantías financieras, demostrar que podrá comprar energía en el mercado y disponer de sistemas informáticos para comunicarse diariamente con el operador del sistema. Según la consultora Audynforsystem, esta acreditación es el verdadero filtro operativo, pero no ha impedido la proliferación de pequeñas comercializadoras locales o meramente registrales.
¿Cómo continúa la depuración? El objetivo no es reducir el número de comercializadoras por sí mismo, sino eliminar: las que nunca han operado, las que no cumplen garantías, las que incumplen pagos o generan riesgos al sistema. Según Expansión, 416 comercializadoras siguen activas, 335 ya fueron dadas de baja en los últimos años y 137 están bajo investigación por inactividad.
La CNMC y el MITECO seguirán aplicando el artículo 74 del RD 1955/2000 para inhabilitar automáticamente a quienes lleven un año sin actividad. Además, las resoluciones recientes demuestran que quien incumpla garantías o impagos será inhabilitado, con traspaso obligatorio de clientes. EL mensaje es inequívoco, habrá menos comercializadoras, pero más fiables.
Empieza a ordenarse. Durante años, nadie pulsó el freno. Ahora, con impagos, tensiones regulatorias y un sistema eléctrico golpeado por volatilidades sin precedentes, el Gobierno ha decidido poner orden. La paradoja es evidente, mientras en Europa se trata de atraer más competencia, España ha tenido que hacer justo lo contrario: reducir un mercado hipertrofiado que nunca reflejó actividad real.
La depuración en marcha no es solo una limpieza administrativa. Es un intento de reconstruir la confianza en un sector que necesita estabilidad para afrontar los grandes retos energéticos del país: electrificación, almacenamiento, redes digitales y transición renovable.
Imagen | Freepik
–
La noticia
Hay más de 900 comercializadoras intentando venderte la luz de casa. Y ahora España ha iniciado la gran purga
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Alba Otero
.






































