A 10 años de su partida, Satoru Iwata sigue siendo el alma de Nintendo: el programador, el CEO y el gamer que creyó que jugar podía unir al mundo

A 10 años de su partida, Satoru Iwata sigue siendo el alma de Nintendo: el programador, el CEO y el gamer que creyó que jugar podía unir al mundo

Satoru Iwata murió el 11 de julio de 2015, pero su legado es inmortal. No por cliché, sino porque sus decisiones como líder, su visión como creador y su humanidad como persona transformaron la industria de formas que todavía estamos comprendiendo. Él no solo dirigió una empresa: le dio un alma a Nintendo cuando más lo necesitaba.

En ese contexto, hay frases que resisten el paso del tiempo porque contienen una verdad tan simple y poderosa que se graba en la memoria colectiva: «En mi tarjeta de presentación, soy un presidente de empresa. En mi mente soy un programador de juegos. Pero en mi corazón soy un gamer», dijo una vez Iwata, y a diez años después de su fallecimiento, ese mensaje resuena más fuerte que nunca, porque fue, ante todo, un hombre que amaba profundamente los videojuegos, y que cambió la historia del medio desde todos los frentes posibles.

El programador que soñó en grande

Antes de asumir las riendas de Nintendo, Iwata ya era un nombre respetado en la industria. Fue programador en HAL Laboratory, donde trabajó en títulos como Kirby’s Dream Land, EarthBound y Balloon Fight. Él era una anomalía encantadora: alguien que podía sentarse frente al código, optimizar un juego y luego liderar reuniones estratégicas al más alto nivel.

Esa versátilidad fue clave. Iwata entendía que los videojuegos eran tanto tecnología como arte, tanto números como emociones. Por eso, bajo su dirección, Nintendo dejó de competir directamente con PlayStation y Xbox en potencia gráfica, y comenzó a ofrecer experiencias más inclusivas, creativas y familiares.

En una época en la que la industria apostaba por gráficos más realistas, mundos abiertos más grandes y specs que exigían televisores cada vez más caros, Iwata apostó por otra cosa: volver a la raíz del videojuego como entretenimiento accesible y universal. De ahí nacieron el Nintendo DS y el Wii, dos consolas que redefinieron el panorama del gaming en su momento.

Un corazón gamer que redifinió a Nintendo

Iwata era una figura cercana que le hablaba directamente a los fans, y que, tal como él mismo lo afirma, nunca dejo de ser gamer de corazón. Los Iwata Asks, esas entrevistas que él mismo conducía con desarrolladores de Nintendo, eran una ventana al alma de los juegos y una muestra de su curiosidad sin fin.

Por ello, a 10 años de su fallecimiento, la figura de Iwata sigue tan vigente como sus ideas y seguimos recordando esa frase suya como un mantra. En cada Nintendo Direct, en cada consola que apuesta por lo diferente, en cada juego que busca divertir antes que impresionar, hay un poco de él. Su paso por este mundo fue breve, pero su influencia y legado es perenne.

Y es que a veces, al pensar en las grandes figuras del videojuego, nos vienen a la mente genios técnicos o creativos que cambiaron una franquicia o una mecánica. Iwata cambió algo más profundo: la forma en que pensamos los videojuegos como medio. Nos recordó que no se trata solo de tecnología ni de gráficos, se trata de la alegría de compartir y jugar.


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A 10 años de su partida, Satoru Iwata sigue siendo el alma de Nintendo: el programador, el CEO y el gamer que creyó que jugar podía unir al mundo

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3DJuegos LATAM

por
Ayax Bellido

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