En un movimiento decisivo para la agenda de sostenibilidad y desarrollo tecnológico, la Legislatura de Tucumán ha aprobado por unanimidad una ley fundamental que promueve activamente el uso de vehículos eléctricos e híbridos (VE/H). La normativa, que establece un robusto esquema de incentivos fiscales, no solo busca mitigar la crisis climática, sino también reconfigurar la matriz económica de la provincia, especialmente en sectores clave como el del bioetanol.

La ley, impulsada por la legisladora Silvia Elías, sitúa a Tucumán a la vanguardia regional en políticas de movilidad limpia, reconociendo que la transición hacia formas de transporte más sustentables ya no es una opción, sino un «imperativo global».
El Corazón de la Ley: Un Agresivo Plan de Exenciones
El principal motor de la iniciativa son los beneficios tributarios directos para los propietarios de VE/H. La ley ataca uno de los mayores frenos a la adopción de estas tecnologías: el costo inicial y el mantenimiento vehicular. Para lograrlo, se establece un esquema progresivo de exención del impuesto al automotor:
- Exención Total (100%): Aplicable durante los primeros dos años de la adquisición del vehículo.
- Reducciones Progresivas: Descuentos escalonados del 60%, 40% y 20% en los cinco años siguientes.
Este paquete fiscal no solo pretende aliviar el bolsillo del consumidor, sino enviar una señal clara al mercado: la provincia está comprometida con la electrificación del transporte y dispuesta a facilitar la inversión en tecnología no contaminante.
La motivación detrás de esta ley es dual: ambiental y económica. Desde la perspectiva ecológica, la legisladora Elías sustentó la urgencia de la ley con datos alarmantes, obtenidos en colaboración con el CONICET y la UNT, sobre la mala calidad del aire en Tucumán. Se destacó que la geografía de la provincia, rodeada de cerros, crea un efecto de «olla de contención» que concentra la contaminación generada principalmente por los vehículos. La adopción de VE/H es vista como una herramienta esencial para reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero.
En el plano productivo, la ley fue defendida por el legislador Leopoldo Rodríguez, quien subrayó que la iniciativa generará «oportunidades económicas» directas para el sector local de bioetanol. Al ser una provincia con una fuerte producción de este biocombustible, la promoción de vehículos híbridos (que a menudo utilizan mezclas de etanol) fortalece una cadena de valor productiva ya existente y la integra en la agenda de movilidad del futuro.
Aspectos Regulatorios y Polémicas Legislativas
Además de los incentivos fiscales, la ley incluye directrices estratégicas clave. Se recomienda formalmente a la autoridad de aplicación:
- Implementar la regulación necesaria para las estaciones de carga, asegurando una infraestructura adecuada para los vehículos eléctricos.
- Priorizar la incorporación de unidades no contaminantes en la flota de vehículos públicos, comenzando por el ejemplo estatal.
A pesar de la aprobación unánime, el debate no estuvo exento de matices. El legislador Gerónimo Vargas Aignasse señaló un «déficit formal» en el proceso, argumentando que las exenciones impositivas propuestas debieron haber sido analizadas por la Comisión de Hacienda y Presupuesto, ya que modifican el sistema tributario provincial. No obstante, el consenso político sobre la relevancia estratégica del proyecto prevaleció, asegurando su sanción definitiva.
La promulgación de esta ley marca un hito para Tucumán, posicionándola como un laboratorio regional de políticas públicas que buscan un desarrollo equilibrado, promoviendo la innovación tecnológica y la inversión en sostenibilidad como pilares de crecimiento futuro.