Para atajar las quejas por el rendimiento, Google impondría límites obligatorios en la capacidad y carga de los Pixel, una medida que podría activar en tus dispositivos en poco más de un año.

Los persistentes problemas de batería en algunos modelos de Google Pixel están llevando a la compañía a implementar una medida drástica y polémica. Tras meses de quejas por el consumo excesivo y el sobrecalentamiento, especialmente después de la actualización de mayo, Google había comenzado a limitar la capacidad y la carga para evitar daños. Ahora, la firma de Mountain View prepara una solución que, si bien busca prolongar la vida útil de sus dispositivos, lo haría imponiendo un control forzado sobre su rendimiento.
Según información de Android Authority, obtenida del desmontaje de una APK, Google estaría desarrollando un sistema de gestión de batería mucho más estricto y, crucialmente, obligatorio. Esta política se integraría a través de la función ‘Battery Health Assistance‘. Aunque la intención es extender la vida útil de los smartphones, la forma en que se implementaría podría generar un fuerte descontento entre los usuarios, ya que reduce la autonomía y la velocidad de carga sin su consentimiento.

La clave de esta nueva medida radica en una limitación forzosa de la capacidad y el rendimiento de carga del dispositivo una vez que la batería alcance los 400 ciclos de carga. Esto significa que, a partir de ese umbral de desgaste, la batería funcionará con restricciones de manera automática. Lo más crítico es que esta gestión del envejecimiento se aplicaría de forma obligatoria, sin que el usuario tenga la posibilidad de desactivarla.
Para un usuario promedio que carga su móvil una vez al día, 400 ciclos de carga se cumplen en aproximadamente 13 meses, es decir, poco más de un año. Esto implicaría que, transcurrido apenas el primer año de uso, los usuarios de Pixel se verían afectados por esta reducción de capacidad y velocidad de carga. Esta limitación impuesta, que recorta el rendimiento del equipo, podría percibirse como un «castigo» por el uso normal del terminal, dejando a los usuarios con la sensación de un control total por parte de Google sobre la vida útil óptima de su dispositivo.
Se trata de un beneficio a largo plazo o es una pérdida de control
Modelos como el Pixel 6a han sido particularmente señalados por los problemas de batería, lo que ha impulsado a Google a buscar soluciones rápidas. Si bien la idea de prolongar la vida útil de la batería es, sin duda, beneficiosa para el medio ambiente y para el bolsillo del consumidor a largo plazo, la imposición de estas limitaciones sin permitir al usuario el control sobre ellas plantea serias preguntas sobre la experiencia de usuario y la autonomía que Google está dispuesto a ofrecer en sus propios dispositivos.

La dicotomía entre la prolongación de la vida útil del hardware y la libertad del usuario será un punto clave. Los próximos meses revelarán si esta drástica solución es el camino correcto para Google, o si, por el contrario, generará una ola de insatisfacción entre su base de usuarios que, al comprar un Pixel, espera tener pleno control sobre sus funcionalidades.