Pocas infraestructuras son tan invisibles como el tiempo, pero su precisión sostiene gran parte del mundo moderno. En China, ese pulso lo marca un centro científico en Xi’an que ajusta desde los relojes de los bancos hasta los sistemas de defensa. Ahora, ese mismo centro se ha convertido en el epicentro de una acusación grave: el Gobierno chino asegura haber detectado pruebas de una intrusión de la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense (NSA, el organismo que junto con la CIA lidera las operaciones de inteligencia de EE.UU.) en su red, dirigida contra el sistema que mantiene la hora oficial del país.
El centro que marca la hora de China. El Centro Nacional de Servicio de Hora (NTSC) de la Academia China de Ciencias es mucho más que un laboratorio: es la referencia que genera, mantiene y transmite el tiempo oficial del país. Desde su red de estaciones y relojes atómicos se sincronizan los sistemas de comunicación, banca, energía, transporte e incluso defensa. Además, participa en el cálculo del Tiempo Universal Coordinado (UTC) y mantiene una desviación inferior a cinco nanosegundos respecto a él, lo que lo sitúa entre los cuatro centros de cronometraje más precisos del mundo.
Una ofensiva prolongada en tres fases. Según la información difundida por CGM (vía CGTN), la operación atribuida a la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense se inició desde marzo de 2022, cuando se explotó una vulnerabilidad en el servicio de mensajería de un teléfono extranjero para acceder a los dispositivos de varios empleados del NTSC. A partir de abril de 2023, con las credenciales sustraídas, los atacantes penetraron en los sistemas internos. Entre agosto de 2023 y junio de 2024, la actividad se intensificó con ataques sostenidos contra las redes más sensibles del organismo.
De acuerdo con la investigación, la operación no se limitó a una entrada puntual. Tras vulnerar la aplicación de mensajería de un smartphone extranjero, los atacantes habrían tomado el control de los móviles de varios empleados y extraído contraseñas y datos de autenticación. Esa información se utilizó para mantener acceso remoto a los servidores del NTSC sin ser detectados. Las autoridades chinas definen la intrusión como “planificada, estructurada y en constante escalada”, una descripción que apunta a una campaña sostenida más que a un incidente aislado.
Objetivo: el sistema de cronometraje de alta precisión. El relato oficial pone el foco en un blanco de altísima sensibilidad: el sistema terrestre de cronometraje de precisión del NTSC, identificado en los comunicados como “high-precision ground-based timing system”. De acuerdo con CMG, los intrusos intentaron no solo recopilar información, sino también insertar capacidades ofensivas que podrían inutilizar esa infraestructura, con la posibilidad de “paralizar o destruir” su funcionamiento.
Métodos y camuflaje atribuidos. Además señalan que la ofensiva no se limitó a técnicas rudimentarias: según afirman, desplegó una nueva plataforma con 42 ciberarmas especializadas y métodos de camuflaje avanzados. Los atacantes recurrieron a VPS situados en varias regiones para ocultar su origen, utilizaron certificados falsos para ganar confianza en las redes y esquivaron sistemas antivirus mientras aplicaban cifrado fuerte para eliminar registros de la intrusión. La infraestructura de mando y control incluyó VPS en Europa, Estados Unidos y Asia.
Cuando la hora se convierte en un objetivo estratégico. Pekín sostiene que las defensas del NTSC lograron frenar la ofensiva antes de que se alterara el cronometraje nacional. Pero el intento, subrayan las autoridades, demuestra que un sistema aparentemente técnico puede convertirse en un objetivo estratégico. La posibilidad de manipular la medida del tiempo —aunque sea de forma marginal— abre un escenario de consecuencias imprevisibles. El caso ha reavivado la preocupación por la seguridad de las infraestructuras invisibles, aquellas que no se ven, pero sostienen el funcionamiento del país.
El Ministerio de Seguridad afirmó haber reunido “evidencia concluyente” del ataque, tras lo cual ayudó al NTSC a cortar las cadenas de intrusión y reforzar sus sistemas. Según China Media Group, la intervención permitió eliminar riesgos potenciales y restaurar la integridad de la red. Las autoridades aseguraron que el incidente sirvió para actualizar los mecanismos de defensa y reforzar la supervisión de infraestructuras críticas. No se ofrecieron detalles técnicos sobre las medidas adoptadas ni sobre la cooperación con otros organismos estatales.
Entre el relato oficial y la ausencia de respuesta. Por ahora, el ataque sigue en el terreno de las acusaciones. China asegura haber reunido pruebas de una operación de la NSA, mientras Estados Unidos no ha respondido. Sin verificación externa, la magnitud real del incidente es difícil de medir. El episodio ilustra, en todo caso, cómo la seguridad y la precisión temporal han pasado a formar parte del tablero donde se dirimen las tensiones tecnológicas globales.
Imágenes | National Time Service Center (NTSC) (1, 2) | Xataka con Gemini 2.5
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La noticia
China dice haber detectado una operación de la NSA contra su infraestructura más sensible: el centro que controla la hora
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Xataka
por
Javier Marquez
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