Los primeros «Juegos Olímpicos» de robots humanoides en Pekín celebrados el mes pasado pusieron el foco en una de las apuestas tecnológicas más agresivas de China. Y es que entre exhibiciones deportivas y demostraciones industriales, el gigante asiático demostró su músculo en la creación de robots humanoides. No obstante, nos encontramos en un punto en el que la robótica enfrenta diversos problemas que debe solucionar para contar en el mercado con una solución fiable y que merezca la pena. Y no todo vale con promesas.
La estrategia de China. Pekín ha convertido la robótica humanoide en prioridad de Estado. Su plan quinquenal para la industria robótica fijó en 2021 un crecimiento anual superior al 20%, respaldado por un fondo estatal de 140.000 millones de dólares para startups tecnológicas. El objetivo no es otro que liderar mundialmente un sector que consideran «la próxima gran revolución tecnológica» tras los smartphones y los vehículos eléctricos. Este año esperan producir más de 10.000 robots humanoides, con ciudades como Shanghai, Shenzhen y Pekín concentrando la inversión y el desarrollo.
El escaparate perfecto. Los recientes «Juegos Olímpicos» para robots sirvieron como demostración de fuerza. Uno de los momentos más destacados fue cuando el robot H1 de Unitree completó los 1.500 metros en 6 minutos y 34 segundos, alcanzando 4,78 m/s y superando al Atlas de Boston Dynamics. Pero el detalle que muchos pasaron por alto es el hecho de que estos robots no operaban de forma autónoma, sino que estaban controlados por operadores humanos.
El golpe de realidad. Mientras China exhibe récords y abre «Robot Mall» en Pekín, la primera tienda 4S para humanoides que prometen en un mismo lugar ventas, repuestos, servicio y seguimiento, muchos expertos prefieren ser cautos. «No creo que nadie haya encontrado una aplicación para humanoides que requiera varios miles de robots por instalación», señala Melonee Wise, exdirectora de producto en Agility Robotics, para IEEE. Hay una falta de demanda real, y ese es el primer obstáculo para la fabricación a gran escala de robots humanoides.
Retos técnicos pendientes. La autonomía energética sigue siendo otro problema. El robot Digit de Agility necesita 9 minutos de carga por cada 90 minutos de funcionamiento, y en la práctica debe parar cada 30 minutos para mantener una reserva de seguridad. La fiabilidad industrial exige niveles del 99,99%, muy lejos de los estándares actuales en aplicaciones multipropósito. Y en términos de seguridad, surgen problemas únicos en este segmento, ya que si por ejemplo desconectamos la alimentación de un robot humanoide bípedo, que se desplome un armatoste de varias decenas de kilos complica las cosas.
Un mercado que todavía no existe. A pesar de que firmas como Bank of America Global Research hayan predicho que se venderán 18.000 unidades en 2025 o que la cifra llegue a 1.000 millones de robots para 2050 en un mercado de 5 billones de dólares, según Morgan Stanley Research, la realidad es que hoy por hoy apenas existen despliegues comerciales reales. Incluso las empresas más avanzadas del sector solo tienen un puñado de robots que funcionan en pruebas piloto muy controladas. Las aplicaciones que justificarían estas cifras son, por ahora, especulativas.
El lanzamiento comercial más cercano de Europa. Frente al optimismo chino, la europea Neura Robotics también cuenta con una aproximación en ese segmento con 4NE1, un robot doméstico que la firma pretende lanzar por unos 60.000 euros y está previsto para 2026. Su CEO habla de «hacer por la robótica lo que el iPhone hizo por los smartphones». El mercado doméstico, desde luego es el que hasta ahora más podría beneficiarse de este tipo de robots, pero una inversión de ese calibre no es algo que la realice cualquiera.
Empresas conocidas que apuestan a largo plazo. Empresas chinas como Xiaomi y Honor ya diversifican hacia el segmento de los robots humanoides siguiendo el modelo de Amazon: perder dinero ahora para dominar después. Ante un sector tan saturado como el de los smartphones, es una estrategia que tiene todo el sentido, aunque requiere que las promesas se acaben materializando en productos útiles y rentables.
¿Hype o revolución? China está invirtiendo masivamente en crear un mercado que aún no existe, confiando en que la inteligencia artificial resolverá los problemas de autonomía, fiabilidad y utilidad práctica de los robots. «La realidad es que actualmente la IA no es lo bastante robusta para cumplir los requisitos del mercado», asegura Wise. Está claro que hoy día la capacidad de los robots humanoides está muy limitada, pero el tiempo dirá si su evolución acabará despertando un mercado actualmente inexistente.
Imagen de portada | China Daily
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La noticia
China nos está vendiendo un futuro lleno de robots humanoides. Tenemos (muchas) dudas
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Antonio Vallejo
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