Formar a profesionales implica un importante esfuerzo, no solo por parte de las personas que dedican buena parte su vida a estudiar y formarse para desarrollar una determinada profesión, sino para el conjunto de la sociedad que ha dedicado recursos públicos para brindarles esa formación. Por ese motivo, la fuga de talento formado en España, en cualquier ámbito, siempre es una mala noticia.
Lo peor es que, como en el caso de la enfermería, esa fuga de talento se contextualice en una paradoja: mientras el Consejo General de Enfermería registra cifras de récord en peticiones de enfermeras para salir de España por sus malas condiciones laborales y la alta temporalidad, la sanidad pública reconoce un déficit de 100.000 profesionales de la enfermería.
La enfermería hace las maletas. España vive un año negro para la enfermería. Según publicaba La Razón basándose en datos del Consejo General de Enfermería (CGE), más de 1.000 enfermeras han solicitado documentación para marcharse a trabajar al extranjero solo en los primeros seis meses de 2025.
Esta cifra podría marcar un récord histórico al acabar el año. Los datos del CGE apuntan a que, en todo 2023, la cifra de peticiones de salida fue de 1.473, mientras que en 2024 sumaron un total de 1.350 peticiones. Según Daniel Ayuso, secretario general del Consejo General de Enfermería (CGE): «Los estamos formando y al final están migrando profesionales de élite al extranjero porque las condiciones laborales de nuestro país no están siendo las adecuadas».
Las razones de la fuga de talento. Las causas de esta migración tienen nombre: contratos precarios, alta temporalidad y bajos salarios. Según los últimos datos facilitados por el CGE, en 2024 se firmaron 10.824 nuevos contratos para 5.802 enfermeras, de los cuales el 77,7% (8.408 contratos) fueron temporales.
SegúnGuadalupe Fontán, coordinadora del Instituto Español de Investigación Enfermera, «a lo largo de los años, el número de contratos se ha ido incrementando, pero en cambio el número de personas contratadas es significativamente menor que el número de contratos. Esto se debe a que, a una misma persona a lo largo del año, se le realizan muchos contratos de corta duración. Además, aunque han crecido los contratos indefinidos, se mantiene el porcentaje de jornadas parciales».
Se estima que en torno al 50% de los profesionales del sector sanitario se encuentra en situación de interinidad. Estos datos dibujan un escenario en que la migración del personal de enfermería se contempla como una vía para obtener una estabilidad y condiciones laborales que no encuentran en España.
Países de destino. En 2023, los principales países de destino para los profesionales españoles eran Noruega (336 profesionales) y Estados Unidos (226 enfermeras). Desde la entrada en vigor del Brexit, Reino Unido ha ido reduciendo progresivamente su interés y ahora registra 92 solicitudes. Irlanda, Francia o Canadá se sitúan entre los nuevos destinos para el personal de enfermería formado en España.
La paradoja: España les necesita con urgencia. Esta salida masiva coincide con el reconocimiento oficial en el informe «Situación actual y estimación de la necesidad de enfermeras en España, 2024» por parte del Ministerio de Sanidad, de un déficit estructural: se estima que, para alcanzar el estándar europeo, España debería contratar a 100.000 profesionales más en los próximos años.
Actualmente, el ratio de España es de 6,36 enfermeras (enfermeras, en femenino, porque el 85,5% son mujeres) por cada 1.000 habitantes, lejos de la media europea situada en 8,19, según los últimos datos nacionales y europeos. Los expertos advierten de que esta escasez no solo sobrecarga a los y las profesionales, sino que también merma la calidad asistencial y pone en riesgo la seguridad de los pacientes. Ayuso sostiene que, para revertir esta situación, es necesario «invertir en enfermeras, en formación, en crear nuevas plazas en las universidades, en retener el talento para que no se marche fuera de nuestras fronteras, en lograr recuperar a los que se han marchado fuera».
El déficit es mayor según dónde vivas. El presidente del CGE ha puesto el foco en la desigualdad territorial de la situación: «No se puede permitir que unos ciudadanos reciban una atención mejor que otros en base a la comunidad autónoma en la que residan».
Hay regiones como Navarra, con 8,92 enfermeras por cada 1.000 habitantes, que se sitúan por encima de la media europea. Por debajo de los 8,19 de Europa, se encuentra País Vasco (8,09), Canarias (7,55), Castilla y León (7,49), Aragón (7,4), Asturias (7,34), Melilla (7,24), Extremadura (7,15), Ceuta (7,10), Cantabria (6,77), Madrid (6,54), La Rioja (6,51) y Cataluña (6,5).
En el vagón de cola asistencial con menor ratio de enfermeras por cada 1.000 habitantes se encuentran Murcia, que apenas llega al 4,99, Galicia (5,16), Comunidad Valenciana (5,56) y Andalucía (5,56)
Imagen | Unsplash (Craig Pattenaude)
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La noticia
Contratos precarios, sueldos bajos y alta temporalidad: la receta de España para la mayor fuga de enfermeras de la historia
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Rubén Andrés
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