El fundador de Rivian, RJ Scaringe, ha lanzado una advertencia que puede resultar incómoda para la industria automovilística occidental, sobre todo por cómo está el panorama en cuanto a la conquista de los fabricantes chinos. Y es que para el CEO de Rivian, los fabricantes chinos no solo compiten en precio, sino que han desarrollado una tecnología superior. En sus recientes declaraciones, el ejecutivo estadounidense deja claro que obsesionarse con el coste de los vehículos eléctricos chinos es un error estratégico que puede costar caro a largo plazo.
La ventaja tecnológica china. Durante una entrevista en el podcast Plugged-In, Scaringe fue directo al grano: «Lo alarmante, si miras toda la industria, es que la tecnología es mucho mejor». El CEO no se refiere únicamente a precios más bajos, sino a coches que superan técnicamente a la mayoría de fabricantes occidentales. «Son vehículos técnicamente muy avanzados y más avanzados que la mayoría de los fabricantes occidentales, diría que Tesla y Rivian son excepciones», declaró más adelante en el podcast de Everything Electric.
Más que smartphones sobre ruedas. Mientras las marcas occidentales llevan años prometiendo convertir sus coches en «smartphones sobre ruedas», China lleva tiempo que lo ha conseguido. Y es que hoy día, los vehículos chinos incorporan sistemas de infoentretenimiento potentes con asistentes de voz y hasta karaoke, con arquitecturas similares a las que vemos comúnmente en el sector de la electrónica de consumo y actualizaciones de software frecuentes. Un ejemplo destacado es el Xiaomi SU7, que Scaringe calificó como «un vehículo impresionantemente bien hecho», especialmente notable por tratarse del primer coche de la gigante tecnológica china, quienes además han aportado su gran experiencia en software.
El coste no es la cuestión de fondo. «Hay dos cosas que pasarán: o pondremos aranceles que igualen el coste, o permitiremos que los fabricantes chinos construyan en Estados Unidos. Pero en ambos casos, el coste será esencialmente igual», explicaba Scaringe. «No hay nada mágico cuando lo desarmas que permita estas estructuras de costes realmente impresionantes. No hay ninguna cosa secreta y mágica», aseguraba el directivo. La ventaja china proviene de subsidios gubernamentales, menores costes laborales y un coste de capital más bajo.
La realidad de las cadenas de suministro. El CEO de Rivian también aborda un punto crucial que los aranceles no pueden resolver: la dependencia de materiales críticos. «No tenemos las mismas ventajas geológicas que teníamos en el área de combustibles fósiles», señaló, explicando que su empresa necesita níquel para las baterías, pero la mayor producción mundial está en Indonesia, no en Estados Unidos.
El verdadero desafío está por llegar. Scaringe admite que cuando las barreras comerciales se reduzcan o los fabricantes chinos establezcan plantas en Occidente, la competencia se decidirá por la tecnología, no por el precio. «Ganarán en tecnología», advierte. «Si fuera un fabricante actual, me preocuparía menos por el coste y me centraría más en que los coches sean realmente mejores», asegura el directivo.
El fundador de Rivian no ha sido el único en reconocer este punto, ya que Ford también reconoció que China tiene «tecnología vehicular muy superior» y está desarrollando nuevas plataformas específicamente para competir. En Europa, multitud de marcas chinas comienzan a establecerse, con BYD como principal abanderada. Los aranceles son el arma de la Unión Europea para frenar ese desajuste en competencia, pero va a ser difícil.
Imagen de portada | Patrick T. Fallon y Rivian
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La noticia
El CEO de Rivian: «el problema no es el precio, es que los coches chinos son realmente mejores»
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Xataka
por
Antonio Vallejo
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