A estas alturas, decir que Kazuhiko Torishima es una leyenda del manga no es una exageración. Fue el editor que descubrió a Akira Toriyama, el que le dio forma a Dr. Slump, el que pulió los cimientos de Dragon Ball y quien, más adelante, orquestó los años dorados de Weekly Shonen Jump con el nacimiento de titanes como One Piece y Naruto. Su palabra, en esta industria, pesa más que cualquier super ataque.
Por eso, cuando Torishima habla, se hace el silencio, especialmente si la crítica tiene nombre y apellido. Esto fue exactamente lo que sucedió durante la Japan Expo 2025, donde el veterano editor compartió escenario con Toyotaro, el actual encargado del manga Dragon Ball Super. Lo que parecía ser una celebración de la franquicia más influyente del manga moderno, terminó siendo un baño de realidad para el mangaka que fue nombrado sucesor de Akira Toriyama.
Frente a un público expectante, Torishima no se contuvo:
«En las escenas de acción necesitas que se vean más dinámicas. ¿Mostraste la pelea desde lejos? ¿Desde cerca? ¿Desde arriba? Uno de esos ángulos te faltó, y por eso no se siente tan impactante”.
Una dura crítica para Toyotaro por parte de una leyenda de Dragon Ball
La crítica no fue sobre el trazo ni sobre la fidelidad estética, aspectos que Toyotaro ha perfeccionado con los años, sino sobre la falta de alma en las escenas de acción, ese pulso cinematográfico que hacía de cada combate una experiencia coreografiada, intensa y emocional en la obra de Toriyama.
Torishima fue más allá y se refirió directamente a una página específica del manga, una de las más esperadas por los fans: el enfrentamiento entre Goku Ultra Instinto y Gohan Bestia. Y la calificó, sin rodeos, como una página que “no funcionaba”. Según él, la falta de variedad de encuadres (planos generales, medios, desde arriba) rompe con el dinamismo esencial que debe tener una batalla Dragon Ball. Es, para Torishima, una falla de lenguaje narrativo, no de talento artístico.
La comparación fue inevitable: la pelea entre Goku y Vegeta en la saga Saiyajin. En ella, Toriyama alternaba ángulos con maestría, llevando al lector a través de un vaivén emocional y físico que parecía moverse al ritmo de una película de acción perfectamente editada. Eso, dice Torishima, es lo que falta hoy.
Pero lo más demoledor llegó cuando se dirigió directamente al editor actual de Toyotaro, Victory Uchida, a quien acusó de no saber detectar errores básicos. «No entiendes los fundamentos del manga», soltó Torishima. No era simplemente una crítica técnica. Era una afirmación de que la brújula narrativa de la franquicia se ha desviado, que la esencia de Dragon Ball no está en replicar estilos visuales, sino en entender cómo y por qué funcionaban en primer lugar.
Y es aquí donde vale la pena detenernos. Porque más allá del escándalo superficial de la crítica, lo que subyace es una defensa profunda del legado de Toriyama, no como dibujante, sino como narrador. Toriyama no fue un autor que simplemente trazaba buenos golpes, fue alguien que entendía el ritmo, el encuadre, la tensión. Que podía, con tres viñetas, transmitir desesperación, poder, redención.
Toyotaro, en cambio, ha sido muy eficaz en mantener la continuidad estética, pero ¿ha sabido sostener la narrativa? Esa es la verdadera pregunta que Torishima lanza. Y no lo hace desde la arrogancia, sino desde la preocupación: la de ver que el mundo que ayudó a construir está comenzando a perder su esencia. Es incómodo, pero necesario. Porque no se puede avanzar si no se acepta la crítica. Y en este caso, la crítica viene del corazón mismo del mito.
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La noticia
El editor de Akira Toriyama destruyó en público a Toyotaro: el artista de Dragon Ball Super recibió una dura crítica por su trabajo
fue publicada originalmente en
3DJuegos LATAM
por
Ayax Bellido
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