Durante varias generaciones, comprar un Galaxy S en un mercado u otro tenía claras repercusiones: el chip variaba entre las propias soluciones de Samsung, los Exynos, y la alternativa del gigante Qualcomm, generalmente con un mejor desempeño.
Snapdragon antes que Exynos. En los más recientes Galaxy S25, el fabricante surcoreano tomó la decisión de darle prioridad al potente Snapdragon 8 Elite de Qualcomm. Eso sí, al igual que en sus últimos predecesores, con un ‘tuneo’ propio de Samsung. Para los Galaxy S26 que asoman lejanos en el horizonte, la lotería ha comenzado.
Y hay un nombre que sobresale del resto: Exynos 2500. Según las últimas informaciones, la surcoreana quiere redimirse y volver a darle una oportunidad a sus chips más potentes. Apunta a una especificaciones muy avanzadas, aunque los problemas de su división de semiconductores suscitan ciertas dudas. Este mismo chip ha sufrido varios retrasos y se esperaba para los S25. No fue finalmente así.
La oportunidad de oro. Samsung quiso estrenar el Exynos 2500, fabricado en el nodo de 3 nanómetros. Los problemas de producción frenaron los deseos de la surcoreana, aunque los rumores apuntan a una segunda oportunidad. Ahora, según la prensa coreana, Qualcomm está probando su próximo chip de gama alta de 2 nanómtros, que sería precisamente fabricado por la fundición de Samsung. Se espera que sea la que porten los Galaxy S26 a comienzos del año que viene.
El gran «pero». Es el fantasma de su rendimiento. La división de chips de Samsung no está en su mejor momento tras perder a clientes como Google por no lograr un buen rendimiento con su proceso de 3 nm. Su actual tasa de éxito con el de 2nm ronda solo el 40%: está lejos del óptimo mínimo del 60% que se considera necesario para una producción estable y rentable. Aunque la fundición espera alcanzarlo en la segunda mitad de año.
Un problema para el Galaxy S26. Si la versión del Snapdragon fabricada por Samsung no rinde igual que la que previsiblemente fabricará TSMC (en 3 nm) para el resto de móviles, puede que veamos la misma polémica de años anteriores: dos modelos del mismo teléfono con un rendimiento desigual.
La última bala de Samsung. La compañía asume el riesgo por una sencilla razón: necesita de un gran éxito que vuelva a catapultar su negocio de fabricación de chips. Así, demostraría que puede competir con la taiwanesa TSMC, de hecho, ha pospuesto su tecnología de 1,4 nm para centrar sus esfuerzos en los 2 nm.
En definitiva, Samsung se la juega a una carta. Al parecer usará su propio buque insignia como gran escaparate para salvar la reputación de su fundición de chips. Si sale bien, sería su gran regreso. De lo contrario, puede que veamos una nueva oleada de críticas. Por ahora, se le resisten los chips para smartphones, pero Samsung ha tenido una gran alegría: fabricar el procesador de la Nintendo Switch 2.
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La noticia
El enfrentamiento de Samsung y TSMC se librará en el corazón de los Galaxy S26. Puede ser el salvavidas que necesitan
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Xataka Android
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Pepu Ricca
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