Lo que antes veíamos solo en películas futuristas, se convirtió en una realidad tangible: Neuralink, la compañía de Elon Musk, ha logrado un hito sorprendente. Un paciente, con un chip cerebral implantado, ya puede controlar videojuegos utilizando únicamente sus pensamientos.

Un salto cuántico en la interfaz cerebro-computadora
Mientras otras innovaciones en el mundo gamer, como la realidad virtual y los controles por movimiento, han tenido un impacto desigual, Neuralink ha tomado un camino radicalmente distinto y mucho más ambicioso. La empresa de Elon Musk, fundada en 2016 con la visión de crear implantes cerebrales que mejoren la vida de las personas, ha dado un paso gigantesco hacia una nueva era de conectividad directa entre el cerebro y las máquinas.
El protagonista de este impresionante avance es Rob Greiner, el sexto paciente en recibir un implante cerebral de Neuralink. Recientemente, Greiner logró mover un cursor y jugar al conocido título «Divinity 2» solo con su mente. Este logro fue confirmado por «Tesla Owners de Silicon Valley», quienes publicaron en X «ÚLTIMA HORA: Rob Greiner, el sexto humano al que se le implantó el chip de telepatía de Neuralink, puede jugar videojuegos pensando, moviendo el cursor con su mente».

Este hito, aunque todavía en una fase experimental, abre las puertas a un futuro donde la interacción con la tecnología podría ser completamente intuitiva, eliminando la necesidad de comandos físicos o pantallas.
Qué implica este hito para el futuro
Es fundamental entender que, por ahora, esta tecnología se encuentra en una etapa muy temprana de desarrollo y no es accesible para el público masivo. El costo estimado de un chip neuronal de Neuralink ronda los 11.000 dólares, y la compañía sigue investigando para perfeccionar su funcionalidad y seguridad.
No obstante, este avance representa un primer paso monumental que podría tener implicaciones profundas más allá de la industria de los videojuegos. La posibilidad de controlar dispositivos con la mente podría ofrecer soluciones revolucionarias para personas con discapacidades, transformar la forma en que trabajamos con la inteligencia artificial y, en última instancia, cambiar radicalmente nuestra interacción diaria con el mundo digital.

¿Estamos presenciando el amanecer de una nueva era en la interfaz cerebro-máquina? Neuralink, sin duda, nos ha dado un fascinante vistazo a un futuro que hasta hace poco parecía exclusivo de la ciencia ficción.