Pese a que las franquicias más grandes de Ubisoft no gozan de una espléndida imagen en los últimos años, en sus proyectos de segunda escala se encuentran sagas casi intachables. ANNO es una de ellas, pues los fanáticos de los city builders lo tienen en alta estima debido a su solidez en mecánica clave y lo realista de su simulación. Por eso, el lanzamiento de ANNO 117: Pax Romana es uno muy importante para cerrar el 2025. Nosotros ya nos lo hemos pasado, y te diremos si realmente está a la altura del legado de la saga, si es un juego acertado para entrar en el género, y si vale la pena.
La Pax Romana nunca había sido tan dramática
Como se puede deducir con leer el título del juego, ANNO 117 se ubica en el periodo del imperio romano conocido como Pax Romana. Ubisoft Mainz quiso dejar a un lado la modernidad de sus últimas entregas para volver a una época clásica, en donde los combates estuvieron presentes. Así que este nuevo juego, más que otros, coquetea con el género RTS para crear una combinación única y vertiginosa.
La gestión de recursos, el comercio y la planificación urbana siguen siendo los pilares de la franquicia, pero es ahora que las estrategias de guerra toman una cierta relevancia que será amigable para quienes vienen de otros juegos como Age of Empires. Para justificar este ajuste está la campaña: aquí tomamos el papel de un joven gobernador romano, Marcus Naukratius (o a Marcia Tercia, si eliges al personaje femenino) que, por azares del destino, se verá involucrado en un conflicto de sucesión y del choque de su cultura con la de los Celtas.
Por lo tanto, el desafío de afrontar el crecimiento de una pequeña gubernatura para convertirla en parte importante del imperio te da la libertad de tomar medidas militares o seguir el camino de la diplomacia. Y esto se ve reflejado en cada decisión que tomas, desde elegir qué tipo de edificios formar tu ciudad, hasta los productos que negocias con gubernaturas cercanas, pasando por la clase de ciudadanos que aspiras a tener.

En cuanto a la historia, creemos que ANNO logra dar en el clavo de crear una campaña que se sustente en la trama sin olvidar su verdadero objetivo: ser el primer acercamiento a todas las mecánicas del gameplay. Si bien no hay drama con el potencial de volar la cabeza a quien lo juegue, es destacable la manera en que los escritores crearon un argumento sólido y lógico para justificar el desbloqueo progresivo de las mecánicas. Así que es una grata forma de tener tu primera run por más veterano de la franquicia que seas.
La historia es tan entretenida como funcional
La elección de diálogos, cinemáticas de momentos cruciales, interacciones con tu pueblo y las acciones que tomas frente a tus aliados y/o enemigos están bien aceitadas para funcionar como engranajes. Y lo mejor es que no te tomará más de 10 horas terminar la campaña, incluso si decides tomarte tu tiempo para expandir tu ciudad antes de completar las misiones principales. En resumen, el modo historia es uno de los grandes aciertos del juego.
Construcción de ciudades en su máxima expresión
Pero más que por su historia, la saga es ampliamente reconocida por ser el city builder por excelencia. Aquí no será la excepción, pues la planificación es el alma de este juego. El objetivo es sencillo: crear asentamientos en donde la prioridad sea satisfacer a los pobladores. Así que cada decisión que tomes en cuanto a edificaciones, producción y comercialización tiene que girar alrededor de las barras de necesidades de cada uno de los habitantes. Mejorar la calidad de vida con la comida, economía, trabajo y entretenimiento adecuado permitirá subir de clase social a tu comunidad, así como sucede en otros juegos de estrategia.
Como marca la historia, hay dos regiones en las que puedes construir civilizaciones: la romana y la celta. Tu misión será crear un equilibrio entre ambas culturas, y para ello, tendrás que satisfacer las necesidades de cada tipo de poblador. Mientras los romanos son amantes del pan, por ejemplo, los celtas tienen un gusto especial por las salchichas; dos procesos de producción que se rigen por diferentes materiales y edificaciones. Tener a ambos desbloquea mayores cantidades de beneficios, por lo que es algo a tener en cuenta.

Sin embargo, la particularidad de ANNO 117 radica en una mecánica extra a la hora de planificar tu ciudad, que consiste en colocar tus edificaciones sin que afecte a la felicidad, salud o producción de los habitantes. Por ejemplo, colocar una granja de cerdos cerca de residencias deteriorará los puntos de felicidad de la ciudad, así como aumentar exponencialmente el riesgo de que tus gobernados contraigan una enfermedad. Esto aplica para la mayoría de edificios, los cuales se rigen por una área en el preview de construcción que determina el espacio necesario para no afectar la calidad de vida.
La mecánica añade una capa de profundidad a un juego que de por sí es demandante, lo que nos hace reflexionar sobre cómo un toque de realismo tiene tanto peso en un género que pareciera no tener margen de mejora. Sin duda que hará replantear sus planes a los más veteranos, obligando al jugador a pensar más de dos veces en las necesidades de la población.
Tanta exigencia por construir una ciudad funcional es bien recompensada con cinemáticas especiales, eventos aleatorios que gratifican tus buenas decisiones, así como un balance económico comparable con otras gubernaturas que enaltecen el buen funcionamiento de los servicios y el comercio. En otras palabras, tomarse en serio el papel de gobernador romano es divertido y desafiante en iguales proporciones. Hay momentos de estrés, pero también para contemplar la vida diaria en el Imperio Romano de inicios del milenio anterior.
Ser diplomático y saber de barcos es vital
La planificación minuciosa de tu isla solo es el primer paso, pues otra de las particularidades de ANNO 117 es su temática marítima. La navegación tiene papel protagónico, en donde los negocios (mecánica importante en todo juego de la saga), la diplomacia y el combate tienen cabida. Por un lado, parte importante de los ingresos de cualquier ciudad provienen de la exportación e importación de bienes. Esto aplica en cada partida dentro del juego, con la constante necesidad de realizar negocios con islas aledañas para conseguir aquel recurso que te hace falta para maximizar tu producción, o para vender tus productos excedentes y conseguir buenas ganancias.

Para ello, se necesita construir barcos de gran capacidad de cargamento, que puedan ir a la mayor cantidad de islas posibles. Trazar las rutas marítimas precisas para su correcto funcionamiento requiere de tiempo y conocimientos de las necesidades tanto de tu pueblo como de las gubernaturas cercanas. Aprender a dominarla es un requisito indispensable para no caer en la bancarrota, con tanta injerencia en el desarrollo de la civilización.
Es un hecho que no comprarás un ANNO por ser un RTS
No puedes realizar comercio sin antes entablar relaciones diplomáticas: cada uno de los gobernantes rivales o aliados tienen sus propios principios e intereses, así que será necesario cumplir con cierto número de pobladores celtas o romanos, ser devoto a una deidad en específico o tener cierto poder militar. Si bien esto no es para nada algo nuevo dentro del género o la misma franquicia, es agradable que cumpla los estándares de los fanáticos, aunque ya es momento de dar un paso adelante hacia el realismo con decisiones más complejas y requisitos más profundos.
En un tono similar se encuentra el combate, tanto naval como el terrestre, que si bien mencionamos como un aspecto importante en la campaña, en el sandbox puede pasar completamente desapercibido. No es para nada necesario convertir tu ciudad en una de guerreros, por lo que Ubisoft Mainz no le dio demasiada importancia para desarrollar sus mecánicas. En tierra tenemos a los clásicos batallones con armas de corto alcance y a los de largo alcance, así como puestos de vigilancia y barreras que impidan el libre acceso a tu territorio. Más allá de eso, no esperes mayor complejidad que un RTS de hace 20 años.

De igual manera sucede en el mar, pues solo tienes la opción de crear barcos de cargamento o de guerra. Los segundos tienen opciones de potenciación cómo elegir a un capitán que pueda ayudar a asegurar la victoria, o abordarlos con soldados aliados por si es necesario ir a tierra a combatir. Una vez más, las batallas se resuelven a favor del embarcamiento con mayor vida o poder de ataque. No hay que exigir más allá de lo antes mencionado. Es un hecho que no compras un juego ANNO esperando una experiencia de guerra total, pero no le caería mal a la franquicia dedicarle más atención en futuras entregas.
Roma es hermosamente representado gracias a gráficas increíbles
ANNO 117 deslumbra desde el primer plano: la dirección artística es impecable y la atención al detalle raya en lo obsesivo. Texturas trabajadas, iluminación dinámica realista y con el mar con reflejos que parecen respirar; todo contribuye a una sensación de mundo vivo. La libertad de cámara y los encuadres ayudan a apreciar esas composiciones: acercarte a una plaza, recorrer una calle o sobrevolar un puerto tiene un componente que no le pide nada a un documental histórico.
Donde el juego realmente brilla es en la vida cotidiana de sus habitantes. Las animaciones de las rutinas (trabajadores de construcción, niños correteando, comerciantes regateando) son magníficas. Se nota que hubo tiempo y cariño en animar micro-interacciones que invitan a pausar y observar. La representación cultural también está muy cuidada: vestimentas, arquitectura, banners y detalles decorativos transmiten la diferencia entre romanos y celtas con la precisión que los seguidores de la saga esperan. Esos aciertos visuales hacen que construir y pasear por tus ciudades sea, en sí mismo, un placer diario.

Lamentablemente, la calidad gráfica no se extiende de forma uniforme a todo lo técnico. Las cinemáticas dialogadas sufren con animaciones faciales que, en ocasiones, son demasiado exageradas, con gestos desproporcionados que rompen la credibilidad. Además, el lipsync presenta fallos en ocasiones tan notables que hasta pareciera que son a propósito. Son dos puntos que denotan que el juego no es perfecto, pero que al final de cuentas no terminan por arruinar todas las demás virtudes de la entrega.
En el caso especial de Latinoamérica, lamentamos informarte que la localización escrita llega únicamente en español de España, un detalle que muchos jugadores de la región notarán de inmediato. Y ya ni hablar de un doblaje latino, que es más un sueño lejano para los fans de la franquicia que una realidad en ANNO 117.
¿Vale la pena ANNO 117?
ANNO 117 es, sin duda, una de las entregas más sólidas que Ubisoft lanza en años. La campaña cumple con creces como primer acercamiento para quienes vienen de otros juegos de estrategia, y al mismo tiempo ofrece suficientes giros, decisiones y libertad para enganchar a los veteranos. La construcción de ciudades vuelve a ser el corazón de la experiencia, ahora con sistemas más exigentes y una capa de realismo que te obliga a pensar cada paso. La vida marítima, el comercio y la diplomacia mantienen el ADN de la saga, aunque el combate quede un poco corto frente al resto. Aun con esos matices, la base es tan firme que cada partida se siente distinta y gratificante.
Con su dirección artística impecable, un mundo que se siente vivo y un enfoque claro en lo que hace grande a la franquicia, ANNO 117 confirma por qué la saga sigue siendo referencia en el género. Sí, tiene detalles a pulir, pero nada de eso le quita mérito al conjunto. Al final, estamos ante un city builder profundo, absorbente y con identidad propia, uno que respeta su legado mientras se atreve a dar nuevos pasos. Completamente vale la pena si eres amante, o no, del género.
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La noticia
El mejor juego de estrategia de 2025 nos recuerda que Ubisoft realmente tiene desarrolladores talentosos. Reseña de ANNO 117 Pax Romana
fue publicada originalmente en
3DJuegos LATAM
por
Diego Gutiérrez
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