Desde el apagón del 28 de abril que afectó a toda la Península Ibérica, se han sucedido reuniones técnicas y políticas para analizar lo ocurrido y buscar soluciones. Hasta ahora, sigue sin esclarecerse los hechos y no hay un compromiso firme, pero esto último parece que va a cambiar.
Un llamamiento ibérico. España y Portugal han enviado una petición a Francia para que se comprometa con plazos concretos y acciones vinculantes para avanzar en los corredores de interconexión eléctrica. En la carta firmada por las ministras Sara Aagesen y Maria da Graça Carvalho, busca poner fin a una situación que califican como una vulnerabilidad sistémica para la seguridad energética europea, según ha tenido acceso Europapress.
Un problema muy concreto. Aunque se ha avanzado en energías renovables, la Península Ibérica sigue siendo una «isla energética», con un nivel de interconexión de apenas el 3%. El problema que tiene a Península Ibérica es la imposibilidad de compartir energía con Europa cuando sobra o cuando falta. Esto debilita la resiliencia del sistema, encarece los precios por los sistemas de refuerzo, y obliga a recurrir a fuentes más contaminantes en momentos de escasez.
Una brecha política. Mientras un día después del incidente, Francia afirmó estar “mejor protegida que España” frente a apagones generalizados, evidenció la clara distancia en cuanto a responsabilidad compartida según EFE. En este punto se evidenció un problema estructural de la Unión Europea, es decir, se intenta impulsar proyectos con marco europeo para red conjunto, pero se permiten decisiones nacionales que ralentizan o bloquean proyectos estratégicos. El ejemplo más claro es que Francia ha excluido de su plan de desarrollo eléctrico 2025-2035 dos proyectos clave para la Península Ibérica, las interconexiones Aragón–Pirineos Atlánticos y Navarra–Las Landas, según han alegado en la carta ambas ministras y ha recogido Montelnews.
Es más profundo. España ha demostrado que puede alcanzar picos de generación 100% renovable. En algunos momentos, la oferta supera ampliamente la demanda interna. Pero cuando no puede exportar ese excedente ni almacenarlo de forma eficiente, se convierte en un problema. El ejemplo más reciente: los precios negativos de la luz, que reflejan un sistema saturado que no puede aprovechar toda la energía limpia que produce.
Este fenómeno no solo representa una distorsión del mercado, sino también una oportunidad desperdiciada. Si existieran interconexiones suficientes, España podría convertirse en un hub energético europeo, exportando energía limpia a países más dependientes del gas o el carbón. También podría impulsar su reindustrialización, atrayendo industrias electrointensivas gracias a una electricidad más barata y sostenible. Pero sin una red europea verdaderamente integrada, la Península queda atrapada en una paradoja: produce mucha energía limpia que no puede usar bien.
La investigación sigue en curso. No solo en España y Portugal están investigando las razones, la Red Europea de Operadores de Sistemas de Transmisión de Electricidad (Entso-E) sigue investigando el apagón. Sus expertos están analizando qué falló en la coordinación transfronteriza y por qué los mecanismos de defensa no evitaron la caída en cascada del sistema. Las conclusiones de este informe serán clave para entender lo ocurrido y reforzar la presión sobre Francia y la UE para que se aceleren las interconexiones.
El tiempo es un recurso valioso. España y Portugal no solo reclaman justicia energética, sino coherencia europea. Las interconexiones no pueden seguir siendo promesas postergadas. El apagón del 28 de abril fue una advertencia, y la respuesta no puede ser el inmovilismo. Si la Unión Europea quiere una verdadera Unión de la Energía, debe empezar por garantizar que ningún Estado miembro siga siendo una isla energética en 2025.
Imagen | PXHere
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La noticia
El problema no es la energía, es la frontera: España y Portugal exigen conexión a una Europa que aún los aísla
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Alba Otero
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