Si te enseño un iPhone de color naranja, con un módulo de tres cámaras que ocupa toda la parte superior y una placa de lo que parece ser cristal en la parte inferior, creerás que te estoy enseñando un iPhone 17 Pro. ¿Y si en realidad lo que te estoy enseñando es un iPhone 12 Pro maquillado?
No es que esto sea algo sumamente extendido, pero cada vez que Apple cambia el diseño de sus iPhone de una forma notable, las redes se llenan de vídeos y tutoriales mostrando modelos «viejos» que, ya sea por una funda, carcasa o vinilo, dan la sensación de ser los nuevos. Sin embargo, en esta ocasión es algo que puede generar problemas funcionales por mucho que la estética sea idéntica.
Presumir de iPhone «nuevo», perdiendo funciones del «viejo»
Los vídeos y reportajes que circulan en redes muestran el proceso con sorprendente naturalidad: un iPhone de años anteriores llega a una tienda, se le añade una placa de color naranja y en cuestión de minutos sale convertido en un iPhone 17 Pro. Pero es solo apariencia.
El problema está en los detalles técnicos. En el iPhone 17 Pro, Apple ha movido el sensor LiDAR y el flash al lado derecho del módulo de cámaras, un cambio pequeño pero importante. Del iPhone 12 Pro en adelante, esos componentes están justo donde la carcasa «de imitación» coloca un recubrimiento opaco. Al intentar replicar el diseño, estos elementos quedan tapados, anulando con ello funciones básicas para iluminar escenas oscuras con el flash o mejorar el retrato con el sensor LiDAR.
Aparte de perder esas funciones, también se corre el riesgo de tener problemas de temperatura. Al haberse colocado una carcasa no original y, probablemente, de mala calidad, el sistema de ventilación es peor y el iPhone podría sobrecalentarse de forma innecesaria.
Muchos de estos kits se venden en tiendas online sin aclarar que son puramente estéticos. En realidad, venden la ilusión de tener un modelo más reciente sin pagar los más de 1.300 euros que cuesta. Lo que para unos es una manera divertida de personalizar el móvil, para otros es una oportunidad de aparentar algo que no es.
Cabe destacar en cualquier caso que también se venden carcasas de mayor calidad. No con los mismos materiales de Apple, pero sí que son chasis completos en lugar de carcasas. Eso sí, estos requieren de un proceso nada sencillo de desmontaje del anterior y montaje del nuevo.
Postureo
Detrás de esta tendencia se esconde algo más profundo que una simple carcasa. Quienes transforman un iPhone de una generación anterior en un 17 Pro, no buscan solo renovar su teléfono, sino su imagen. En redes sociales, donde el dispositivo se ha convertido en un símbolo de estatus, mostrar un modelo más reciente transmite la idea de estar «al día».
También influye la perioicidad con la que Apple cambia el diseño de sus iPhone. No suele renovarlos cada año y cuando ocurre, como en el iPhone 17 Pro, se convierte en un símbolo claro de novedad. Imitar ese aspecto no busca engañar, sino percibir uno mismo y hacer percibir al resto que se tiene lo último.
Al final parece más una necesidad emocional que tecnológica. El postureo, porque en muchos casos es lo que es, sirve para sentirse parte de la novedad. No mejora el móvil y puede que hasta lo empeore, pero da la sensación de seguir al día, aunque sea solo por fuera.
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La noticia
El rediseño del iPhone 17 Pro ha hecho emerger una vieja moda: «tunear» los viejos iPhone para que parezcan el nuevo
fue publicada originalmente en
Applesfera
por
Álvaro García M.
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