Si hay algo que Elon Musk lleva repitiendo desde antes de que Starship se llame Starship es que SpaceX no saldría a bolsa hasta que el gigantesco cohete marciano estuviera volando con regularidad. La excusa era que a Wall Street le gustan más los planes de rentabilidad a corto plazo que los planes multigeneracionales para colonizar Marte. Pero el guion ha cambiado: SpaceX prepara su salto al parqué, y no para pagar el viaje al planeta rojo. Lo hace porque necesita muchísimo capital para «algo más» que Starship y Starlink.
La mayor IPO de Estados Unidos. Según ha revelado Bloomberg, SpaceX planea lanzar una Oferta Pública de Venta a finales de 2026 o principios de 2027. La compañía busca una valoración de 1,5 billones de dólares (trillones, en escala americana) y más de 30.000 millones en efectivo, cifras mareantes que supondrían la mayor salida a bolsa en la historia de Estados Unidos, cerca del récord global establecido por Saudi Aramco en 2019.
Musk lleva días dejando migas de pan en X sobre este cambio de estrategia. Cuando se filtraron los primeros rumores sobre una ronda de financiación que valoraba la empresa en 800.000 millones, el magnate lo negó, matizando que «los incrementos de valoración van en función del progreso de Starship, Starlink… y una cosa más, que es posiblemente la más significativa con diferencia». ¿Qué es esa cosa que hace que otra ronda de inversión sea insuficiente?
La computación orbital. Lo que se deduce de los últimos tuits de Musk es que SpaceX quiere levantar mucho efectivo con su salida a bolsa por algo más que Starship y Starlink: para desarrollar centros de datos espaciales. La lógica, que el propio Musk da por válida, es la misma que están siguiendo otras empresas como Google, pero con la ventaja de ser el mayor lanzador de cohetes del mundo.
En la Tierra, los centros de datos de IA tienen dos grandes cuellos de botella: la energía y la refrigeración. En el espacio, los satélites pueden recibir luz solar 24 horas al día sin interferencia atmosférica y con la posibilidad de disipar el calor en la cara oscura del satélite, eliminando los complejos sistemas de agua y aire acondicionado de la Tierra.
Más allá de Starlink. SpaceX ya cuenta con una constelación de 9.000 satélites en órbita, muchos de ellos interconectados mediante enlaces láser. El plan sería aprovechar todo el conocimiento y la tecnología que tiene la empresa para crear una nueva constelación de IA localizada: en palabras de Musk, la forma más barata de generar «bitstreams» de IA en menos de tres años.
Su hoja de ruta es ciencia ficción dura: escalar hasta añadir 100 GW de capacidad al año usando láseres de alto ancho de banda conectados a la propia constelación Starlink, que ya es altamente rentable. Y de ahí pasar a fábricas en la Luna y el uso de rieles electromagnéticos para lanzar estos satélites de IA sin necesidad de cohetes.
La enésima fiebre del oro. Figuras como Sam Altman, Eric Schmidt o Jeff Bezos ya están moviendo ficha para tener su trozo de pastel en el negocio de los centros de datos orbitales. Google ha creado el proyecto Suncatcher y Nvidia colabora con Starcloud, al tiempo que startups más pequeñas como Aetherflux han anunciado proyectos como «Galactic Brain» previstos para 2027.
La diferencia es que SpaceX tiene la experiencia en el lanzamiento y está construyendo el cohete más grande del mundo, con la peculiaridad de que aspira a ser completamente reutilizable.
Es solo el comienzo. Si 1,5 billones ya es una valoración histórica, un informe reciente de ARK Invest proyecta que, para 2030, el valor empresarial de SpaceX podría rondar los 2,5 billones de dólares en un escenario base, impulsado casi totalmente por los ingresos recurrentes de Starlink y el descenso de costes de lanzamiento gracias a la reutilización de Starship.
La salida a bolsa en 2026 no sería solo una operación financiera: sería darle a SpaceX el capital que necesita para convertirse en la columna vertebral de la infraestructura computacional de la IA, convirtiendo un servicio de Internet como Starlink en algo que el propio Musk considera «mucho más significativo».
Imágenes | SpaceX
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La noticia
Elon Musk lleva 20 años negándose a sacar SpaceX a bolsa. Su nueva obsesión le ha hecho cambiar de opinión
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Matías S. Zavia
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