En 1937, Amelia Earhart despegó para dar la vuelta al mundo. 88 años después, una expedición volverá a buscarla

En 1937, Amelia Earhart despegó para dar la vuelta al mundo. 88 años después, una expedición volverá a buscarla

Todos los segmentos tienen figuras destacadas, pero pocos pueden decir que son pioneros. Amelia Earhart es una de esas pioneras que, con sus aventuras, contribuyó a la normalización de la mujer en el aire. Unos años antes, Amy Johnson abrió camino al recorrer 15.000 kilómetros en un viaje épico entre Inglaterra y Oceanía, pero fue Earhart la que se propuso ser la primera mujer en circunnavegar la Tierra. El 2 de julio de 1937 despegó por última vez junto a su compañero y desapareció en uno de los mayores misterios de la aviación.

88 años después, hay quien no se resigna y continúa buscándola. Y una nueva aventura partirá el próximo noviembre.

Pionera. Nacida en 1897, Earhart supuso un ejemplo de superación para las mujeres. Fue la primera mujer en hacer dos vuelos transatlánticos: uno como pasajera y otro, en 1932, en solitario. Consiguió varios récords de distancia y velocidad para mujeres piloto, y no sólo se dedicó a aventurarse en el aire: luchó activamente para la inclusión de las mujeres en el sector.

¿Cómo? Aparte de con sus acciones en el aire, ayudó a fundar The Ninety-Nines, una asociación para mujeres piloto y, en 1937, se propuso llegar mucho más allá. Se trató de uno de los intentos de circunnavegación más ambiciosos y, por la popularidad de Amelia, más documentados de la historia.

Amelia con el Lockheed Electra de fondo

El plan. La idea era circunnavegar el globo por la ruta más larga posible. No se trataba de dar una vuelta al mundo y ya, no: había que hacerla por el Ecuador, en un viaje de unos 47.000 kilómetros. Esto no sólo establecería récords, sino que generaría un enorme interés para un libro posterior. El punto de inicio era Oakland, California, y el sentido escogido fue este.

La Universidad de Purdue, donde era un icono, financió la expedición. El avión era un Lockheed Electra 10-E modificado con tanques extra para el combustible y algún que otro ajuste. Así, el 21 de mayo de 1937, comenzó el viaje, y la ruta documentada fue la siguiente:

SALIDA

LLEGADA

21 de mayo de 1937

OAKLAND

Burbank, Tucson, New Orleans

1 de junio

Miami

San Juan (Puerto Rico)

2-5 DE JUNIO

Islas Caribe / Sudamérica

Venezuela, Surinam, Natal (Brasil)

7 DE JUNIO

Natal

Saint-Louis (Senegal)

10-15 DE JUNIO

África Occidental y Central

Dakar, Gao, Fort-Lamy, Sudán

17-28 DE JUNIO

India/Sudeste Asiático

Karachi, Calcuta, Tailandia, Singapur, Java, Darwin (Australia)

29 DE JUNIO

Darwin

Lae (Nueva Guinea)

2 DE JULIO

Lae

«Tenga en cuenta que soy muy consciente de los peligros.  Quiero hacerlo porque quiero hacerlo. Las mujeres deben tratar de hacer  las cosas como los hombres han intentado. Cuando fallan, su fracaso debe  ser solo un desafío para los demás.» – Una carta escrita por Amelia antes del último vuelo

Ruta de Amelia. En línea continua, el camino completado. En líneas suspensivas, su último viaje. En puntos suspensivos, el que debería haber sido el trayecto final

Misterio. Cuando sólo faltaban dos etapas para cerrar el exitoso viaje, Earhart y su acompañante, Frederick J. Noonan, despegaron de Nueva Guinea con destino a Howland Island. Tras ese trayecto, sólo quedarían el de Howland a Hawái y, por último, de vuelta a Oakland. Aunque gran parte del camino ya se había completado, lo que les quedaba era extremadamente complicado tanto por la ruta como por el abastecimiento. Howland es una isla extremadamente pequeña, en mitad del océano y muy cerca del límite de autonomía de cualquier avión de la época. La idea era parar, repostar y seguir.

Entre Lae y Howland hay unos 4.100 kilómetros y emprendieron el camino el 2 de julio de 1937. En su última comunicación por radio, Earhart indicó que estaban cerca del destino, pero no podían confirmar la visual de la isla. Y, tras ese momento, Earhart, Noonan y el Lockheed se esfumaron. Esa última comunicación se produjo cerca del límite de autonomía del avión, por lo que si no habían llegado a Howland y no habían vuelto a establecer contacto, se dio por supuesto que habían sufrido un accidente.

Enseguida, un equipo de rescate partió en su búsqueda, pero no encontraron absolutamente nada y la búsqueda se abandonó el 18 de julio. Incluso con medios actuales hemos sido testigos de lo complicado que es encontrar un avión que desaparece en mitad del océano.

Conspiración. En la época manejaron dos teorías. Una, que se quedaron sin combustible y se estrellaron en medio del océano antes de llegar a la isla. Es una zona extremadamente compleja porque, como decimos, Howland está en mitad de la nada y el océano tiene una gran profundidad en ese sector, por lo que la búsqueda es muy compleja. La otra, que consiguieron aterrizar el avión en unas islas a unos 560 kilómetros del objetivo, pero sin pruebas concluyentes.

Como suele pasar, que alguien tan mediático se esfumara de esa manera desencadenó una serie de teorías, a cada cual más descabellada. Una, que aterrizaron en las Marianas, de control japonés, y fueron ejecutados. Otra, que Amelia completó el reto, pero que a su llegada a Estados Unidos, adoptó otra personalidad para tener un perfil bajo y no lidiar con su tremenda fama. Y, prepárate, otra teoría que apunta que Amelia era ‘Tokyo Rose‘, la lectora de propaganda japonesa que ejercía la guerra psicológica en el frente del Pacífico en la Segunda Guerra Mundial.

Nueva expedición. Tres años después, en 1940, una expedición británica aterrizó en las islas Nikumaroro y descubrió unos huesos recientes, algo raro en un archipiélago prácticamente deshabitado. Una voz se alzó apuntando que podían ser los de Earhart, pero terminaron siendo huesos de hombre (aunque también hay quien apunta que gracias a análisis de longitud, eran los de Earhart con un 99% de seguridad). De la manera que sea, no todos están conformes, y hay quien, como leemos en NBC News,  intenta encontrar, definitivamente, a su heroína: la Universidad de Purdue.

“Creemos que debemos a Amelia y a su legado en Purdue cumplir su deseo de, si es posible, traer a Electra de vuelta a Purdue”, comentó hace unos días Steve Schultz, consejero general de la Universidad. Unas imágenes satelitales tomadas recientemente tras un tifón tropical que desplazó arena de una pequeña isla del Pacífico, dejó entrever una silueta que, según algunos investigadores, “cumple todos los criterios” para ser parte del fuselaje del avión de la exploradora. Llevaron esas imágenes a Purdue y,  apoyándose en ella y en pistas anteriores, empezaron a financiar una expedición.

Y, el 2 de julio de este año, justo 88 años después de la desaparición, desde Purdue afirmaron que en noviembre de este 2025 iniciarán una nueva expedición de cinco días en las que investigarán ese objeto que se ve en las imágenes por satélite. “Si podemos resolver el misterio y confirmamos que es el avión, pondremos nuestras herramientas en marcha para traerlo de regreso, esperemos que a un hogar permanente”, comentó Schultz. No todos están tan confiados y hay quien apunta que no encontrarán nada y que incluso el objeto es un árbol cocotero, pero… habrá que esperar a noviembre para ver qué ocurre.

Imágenes | Purdue Research Foundation, Archeology Channel, Hellerick, Purdue

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La noticia

En 1937, Amelia Earhart despegó para dar la vuelta al mundo. 88 años después, una expedición volverá a buscarla

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Xataka

por
Alejandro Alcolea

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