São Paulo es famoso por muchas razones, pero probablemente ninguna tan universal como las caipiriñas, la bebida elaborada con cachaza, lima, azúcar y hielo que ha exportado a prácticamente todos los bares del planeta. Desde hace días sin embargo en la capital paulista se sirven muchas menos caipiriñas. También ha bajado el consumo de whisky, ginebra y en general cualquier destilado.
El motivo: el miedo a las intoxicaciones por metanol.
São Paulo, sin caipiriñas. Algo ha cambiado en las noches de Brasil. Sobre todo en las de São Paulo, capital del estado homónimo y la ciudad más poblada del país. En vez de pedir caipirinhas, la famosísima bebida a base de cachaza, lima, azúcar y hielo que es oriunda del estado paulista, los jóvenes piden cervezas o vino. Cualquier cosa menos llevarse a los labios un vaso con licor destilado.
«Los clientes están preocupados», reconoce a Associated Press (AP) Edilson Trindade, gerente de un establecimiento de São Paulo. La semana pasada no despachó ni una caipiriña, cuando lo habitual es que sirva decenas y decenas. Y no es el único. En un reportaje publicado ayer, el magazine paulista Exame comparte testimonios de otros bares que han visto cómo su actividad se desplomaba un 80% o de jóvenes que optan por quedarse en casa o cambiar los cócteles por las latas.
Un porcentaje: 50%. La agencia Bloomberg apunta que, en general, los bares y restaurantes del estado de São Paulo temen que sus ventas se desplomen hasta un 30%, un porcentaje que se queda corto si se tienen en cuenta los datos que ya maneja la Federación de Hoteles, Restaurantes y Bares del estado.
Según sus cálculos, la semana pasada algunos establecimientos vieron cómo el consumo de vodka, whisky, ginebra y demás destilados se desplomaba cerca de un 50%. «Incluso la demanda de cerveza ha bajado porque casi no hay clientes, así que le ventas generales se han visto afectadas», lamenta la dueña de un bar.
Pero… ¿Por qué? Que la gente esté consumiendo menos licores en Brasil (y sobre todo en São Paulo) tiene poco que ver con un súbito celo abstemio. La razón es otra: el miedo. La caída de la demanda llega después de lo que parece una ola de intoxicaciones por metanol causadas a su vez por la ingesta de alcohol adulterado.
El domingo el Ministerio de Salud de Brasil hablaba de 255 casos, 16 confirmados y otros 209 sospechosos. De ellos la inmensa mayoría se registraron en São Paulo, donde las autoridades manejaban 14 episodios confirmados y estudiaban 178.
¿Tan grave es? Sí. El metanol puede provocar vómitos, ceguera e incluso la muerte. El Gobierno habla ya de 15 posibles fallecidos, aunque de momento solo hay dos confirmados. «Hasta que haya total claridad sobre la magnitud de estos delitos, la población debe abstenerse de consumir bebidas destiladas», reconocía el viernes en una entrevista con la cadena CNN Brasil el ministro de Salud del país, Alexandre Padilha. «Nuestra recomendación es que las personas eviten los destilados, sobre todo si no están seguros del origen de la bebida».
«Bebidas adulteradas». Las autoridades no se han limitado a controlar el número de intoxicaciones o dar consejos. También han aumentado sus provisiones para tratar las intoxicaciones por metanol y sobre todo intentan localizar su origen. El Gobierno las relaciona con el consumo de alcohol y se ha puesto a inspeccionar bares y distribuidores para aclarar lo ocurrido. «Determinamos que el metanol contaminó bebidas alcohólicas adulteradas. Así que necesitamos entender cómo”, señala Artur Dian, jefe de policía de São Paulo, en declaraciones a AP.
Solo en São Paulo las autoridades estatales han confiscado desde finales de septiembre más de 7.000 botellas para investigarlas. También han clausurado una decena de establecimientos de forma provisional para tomar muestras.
Otro porcentaje: 28%. Queda la incógnita de si la bebida se contaminó a propósito de forma accidental, aunque la policía reconoce que hay quien adultera el licor con sustancias como el metanol para mejorar sus márgenes de beneficio.
«Aunque sabemos que pequeñas cantidades no contaminan y no son capaces de causar daños la salud, no sabemos la cantidad exacta que podría permanecer en una botella», comparte Dian. La asociación nacional de fabricantes de destilados maneja estudios que muestran que las bebidas adulteradas acaparan ya más de la cuarta parte del mercado brasileño (28%), un porcentaje elevado que logran gracias a unos precios que rebajan en un 35% al de las bebidas legales.
Imágenes | Nathalia Segato (Unsplash), Mark Broadhead (Unsplash) y Ian Talmacs (Unsplash)
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La noticia
En Brasil la gente está cambiando las caipiriñas y cócteles por la cerveza. Y tienen un buen motivo: el metanol
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Carlos Prego
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