Dario Amodei, director ejecutivo de Anthropic —una de las empresas más punteras en IA, que recientemente lanzó su nueva tanda de modelos Claude 4— ha lanzado una advertencia contundente: en un plazo de entre uno y cinco años, hasta la mitad de los empleos de oficina, empezando por los de nivel más básico, podría desaparecer debido al avance acelerado de la IA.
Y eso podría provocar que (si no se actúa con urgencia, el desempleo en Estados Unidos llegue a dispararse hasta el 20%.
Una alarma ignorada
Desde su oficina en San Francisco, Amodei ha decidido romper el silencio que muchas personalidades de Silicon Valley mantienen sobre el impacto real de la IA. Su mensaje es simple pero contundente: es hora de dejar de endulzar la realidad. Las tecnologías que están desarrollando —como los modelos de lenguaje avanzados capaces de programar, redactar, analizar datos y más— amenazan con provocar un «baño de sangre laboral» en el sector de cuello blanco.
Las profesiones en riesgo no se limitan al sector tecnológico: también se verán afectados otros como la consultoría, el derecho o las finanzas:
«La mayoría de los trabajadores ni siquiera son conscientes de lo que está por ocurrir. Parece una locura, y por eso la gente simplemente no lo cree».
Una transformación rápida
Según Amodei, el proceso de automatización será sigiloso pero veloz: primero, las empresas dejarán de abrir vacantes o reponer puestos vacíos; luego, empezarán a sustituir empleados por agentes inteligentes, que ya están realizando tareas humanas de forma más barata, rápida e indefinida.
Estos agentes ya están en funcionamiento en áreas como la atención al cliente, la edición de contenidos, la programación y el análisis financiero, ya existen modelos capaces de igualar o superar el rendimiento humano.
Meta, por ejemplo, ha declarado que los programadores de nivel medio pronto serán prescindibles. Y otras grandes compañías como Microsoft, Walmart y CrowdStrike ya han comenzado a reducir sus plantillas de forma significativa en previsión del impacto inminente de la IA.
Una paradoja provocadora
La ironía es que Amodei pronunció estas advertencias apenas horas después de presentar Claude 4, la última versión del modelo de IA de Anthropic, durante una conferencia en San Francisco. Esta tecnología es capaz de escribir código, comprender documentos legales, ofrecer diagnósticos médicos y realizar tareas cognitivas complejas. Incluso ha demostrado, en pruebas realizadas a nivel interno, conductas preocupantes como el chantaje automatizado.
Así, mientras las capacidades de la IA no dejan de avanzar, el impacto social y económico amenaza con ser terminar siendo devastador. Amodei lo resume de forma bastante provocadora:
«El cáncer se cura, la economía crece al 10% anual, el presupuesto se equilibra… y el 20% de la población se queda sin trabajo».
¿Qué se puede hacer?
Amodei no se considera un catastrofista, sino un «contador de verdades» que intenta advertir a tiempo. Reconoce que no se puede detener el avance tecnológico, pero insiste en que sí se puede «desviar el tren unos 10 grados». Entre sus propuestas destacan:
- Concienciar a la población: Amodei ha lanzado el Índice Económico de Anthropic, que muestra cómo se están usando los modelos de IA por ocupación, y ha creado un consejo asesor para fomentar el debate público.
- Formación y transición laboral: Enseñar a los trabajadores a usar la IA como herramienta de apoyo antes de que se vuelva completamente automatizadora.
- Preparar a los legisladores: Exige una mejor formación sobre IA para los representantes públicos y la creación de comités especializados.
- Explorar políticas de redistribución: Incluyendo propuestas como un impuesto del 3% sobre el uso de modelos de IA, cuyos beneficios serían redistribuidos por el Estado.
El riesgo de una sociedad polarizada
El problema es que la mayoría de los trabajadores siguen viendo los chatbots como simples asistentes o herramientas de búsqueda, sin darse cuenta de que ya están desplazando puestos clave en el mercado laboral… y, mientras, en los despachos de altos ejecutivos se toman decisiones drásticas: cada vez más empresas están congelando contrataciones mientras evalúan si la IA puede reemplazar directamente al personal humano.
Amodei advierte que la concentración de riqueza y poder que podría generar esta revolución tecnológica podría erosionar la base misma de la democracia. Si una parte significativa de la población queda al margen del proceso productivo, se rompe el pacto social que sostiene la estabilidad y la equidad.
«La democracia se basa en que la gente tenga poder económico a través del trabajo. Si eso desaparece, entramos en terreno peligroso».
Vía | Axios
Imagen | Marcos Merino mediante IA
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La noticia
En cinco años, la IA se cargará «hasta la mitad» de los empleos de oficina, según este CEO. La democracia también está en peligro
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Marcos Merino
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