Estamos viviendo el futuro. La transición al coche eléctrico y cómo esta se está llevando a cabo va a definir lo que veremos en los próximos años. Con un entorno político cambiante, normativas de emisiones duras para Europa y un mercado chino que parece que solo mira ya de fronteras para adentro, las inversiones que se hagan y el enfoque de cómo se afronte el futuro será clave.
Ahora mismo, decir cuál va a ser el designio de una marca de coches tradicional a diez o quince años vista es poco menos que aventurado.
Los hay que dan por hecho que Tesla ha llegado a su techo, que los fabricantes chinos tienen complicado seguir rompiendo barreras (económicas y psicológicas en los consumidores) y que Toyota, muy conservadora, es la que está jugando la partida más inteligente.
Y los hay que defienden a capa y espada que Tesla ha creado una nueva forma de entender el vehículo, basada en el software. También que China lleva la delantera y que solo es cuestión de tiempo que abracemos en toda Europa las propuestas de BYD, NIO, XPeng y, por supuesto, Xiaomi. Suelen ser los mismos que señalan que Toyota sólo está dando los primeros pasos de su decadencia o, como mínimo, de un retroceso lógico dada su estrategia de marca.
Sea como sea, tendrá que pasar década y media para saber quién tiene razón. Sin embargo, sí hay que reconocer a estos últimos que, en parte, Toyota está preocupada por cómo avanzan las cosas internamente. También que está tomando medidas para solucionarlo. Y que su cultura de empresa es clave.
El software como ejemplo de un problema mayor
Contábamos hace unas semanas que en Toyota estaban preocupados por la forma de trabajar en la compañía. En su colaboración con BYD en China habían descubierto que la empresa del país vecino trabajaba a un ritmo endiablado implementando cambios en tiempo récord.
Explicaban entonces en Reuters que gran parte del secreto estaban en las pruebas que pasaba cada nuevo cambio antes de ser aprobado. Mientras que los fabricantes europeos realizaban miles de kilómetros antes de dar luz verde a cada pequeña modificación, las marcas chinas preferían ponerlo cuanto antes en la calle y, si hacía falta, aplicar cambios cuando la fase de desarrollo del vehículo estaba ya muy avanzada.
Ese choque cultural es todavía más acusado con los fabricantes chinos. Consultorías especializadas en el mercado del automóvil ya han adelantado a Toyota y el resto de fabricantes nipones que su cultura empresarial, en la que se trata de trabajar sobre un mismo concepto y mejorarlo reiteradamente en busca de la perfección, está anticuado.
Entonces la empresa Caresoft ya les animaba a agilizar los plazos y pensar los coches eléctricos desde cero y no sólo como una alternativa puramente eléctrica de sus coches de combustión. Esto les permitiría ahorrar en componentes (aplicando plástico en lugar de materiales más nobles) y eliminar directamente algunos de ellos (como refuerzos que tienen sentido para no transmitir vibraciones al interior del coche pero carecen de ellos cuando lo que mueve el vehículo es un motor de combustión).
En ese camino por adaptarse a los nuevos tiempos, Bloomberg explica que Toyota ha contratado a Code Chrysalis, una start up con sede en Tokio especializada en el desarrollo software. Esa consultora asegura que Toyota ya ha entendido la importancia que jugará el software en el futuro pero que «sigue siendo lenta».
Code Chrysalis está organizando campamentos intensivos en Silicon Valley para mejorar los conocimientos de programación de los empleados de Toyota
Con los últimos anuncios sobre sus próximos coches eléctricos e híbridos enchufables, Toyota confirmó que habían trabajado en un software completamente renovado y anticipaban que mostrarían más detalles cuando estos coches se lancen a la calle. En la presentación del nuevo Toyota RAV4 se especificó que estábamos ante «el primer paso hacia vehículos totalmente definidos por software».
Ya en mayo, Financial Times se hacía eco de que Toyota había puesto un empeño mayor en evolucionar su software, entendiendo que en el futuro será un valor de compra (si no lo es ya). Con las mismas, sabíamos que Toyota miraba a China, con el objetivo de evolucionar y aprender de aquellos que han revolucionado el interior de sus vehículos.
Ahora también sabemos que, de la mano de Code Crysalis, la empresa está organizando campamentos en Silicon Valley para aprender codificación de manera intensiva y luego tratar de replicar lo aprendido en sus futuros modelos. Sin embargo, en Bloomberg señalan que parte de estos empleados elegidos están desilusionados porque entienden que los esfuerzos siguen siendo insuficientes.
De hecho, el medio de comunicación señala que la división diseñada para desarrollar software no ha sido integrada directamente en la cadena de desarrollo del vehículo y que, entre manos, tienen proyectos de digitalización que afectan a toda la empresa. Para algunos de los trabajadores, la estrategia sigue siendo demasiado conservadora.
En su información, Bloomberg explica que la compañía sigue una filosofía demasiado conservadora en la que se premia sobremanera a quienes tienen un largo currículum dentro de la empresa y se valora la armonía laboral por encima de los riesgos. Ponen como ejemplo el caso de un trabajador interesado en la conducción autónoma que, sin embargo, cuando ingresó en la compañía estuvo años haciendo un trabajo de control de calidad de piezas electrónicas de poca importancia.
Es solo un ejemplo más de lo que Toyota defiende como filosofía Kaizen. Una cultura empresarial ligada directamente a una postura filosófica en la que se prefiere perfeccionar hasta la extenuación lo ya conocido antes de coger un nuevo producto y comenzar desde cero, sobre un papel en blanco.
No es casual, por tanto, que la estrategia de la compañía sea (al menos de momento) llamativamente conservadora. Toyota no deja de repetir que venderán el coche adecuado (eléctrico, híbrido enchufable o vehículo de combustión) en el mercado adecuado. Al mismo tiempo, lo que es innegable es que llevan un lustro siendo la compañía que más coches vende.
La gran duda es si dentro de década y media estaremos hablando de los primeros pasos de su estancamiento o la estrategia ganadora frente a una competencia que se lanzó a los brazos del coche eléctrico y ahora ve cómo tienen que ir poniendo parches ante esta decisión.
Foto | Toyota y BYD
–
La noticia
«Es demasiado lenta»: Toyota ya sabe que la brecha con Tesla y BYD tiene su origen en su cultura de empresa japonesa
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Alberto de la Torre
.