Los teléfonos viejos suelen acabar, en el mejor de los casos, olvidados en un cajón. Esto acaba siendo un desperdicio, puesto que hay formas de ofrecerle una segunda vida útil a cualquier dispositivo. Un viejo Android nos puede ir de perlas para tener un nuevo mando para jugar, un espejo o incluso una especie de Chromecast. Sacarle más partido a un dispositivo viejo es clave y ahora han conseguido hacer algo que parecía imposible hasta ahora: usarlos para construir un centro de datos.
Explicado de forma muy sencilla, un centro de datos no es más que un servidor que se utiliza para procesar y almacenar datos. Con esa definición en mente, unos investigadores de la Universidad de Tartu en Estonia han conseguido utilizar viejos teléfonos para construir uno de estos centros de datos. ¿Lo mejor? Para ello solo han necesitado un invento que apenas cuesta 8 euros.
Un centro de datos que incluso funciona debajo del agua
Darle una segunda vida a un dispositivo viejo no solo es útil, sino también es lo mejor que podemos hacer para el medioambiente. Todos los años se producen una cantidad gigantesca de teléfonos móviles, lo que evidentemente tiene doble impacto en la tierra, tanto en lo que respecta a las materias primas utilizadas (que son finitas) como a la producción de CO₂. Reciclar es clave para minimizar este impacto.
Con esta premisa, la citada universidad de Estonia ha conseguido encontrar una nueva forma de utilizar teléfonos viejos. Esta entidad ha demostrado que varios de estos teléfonos conectados son capaces de procesar y almacenar datos de forma eficiente. Lo único necesario para ello es, como hemos dicho más arriba, es un invento de apenas 8 euros que consiste en unas carcasas y un soporte impreso en 3D para poder colocarlos todos, tal y como se puede ver en la imagen de más abajo.
Para facilitar su funcionamiento, los investigadores les retiraron a los dispositivos las baterías, reduciendo al mínimo el resigo de fuga de productos químicos. Como sustituto para estas, se utilizaron fuentes de alimentación externas para los teléfonos. Con ello y el invento fabricado, se consigue tener un microcentro de datos que funciona.
Imagen: Kadri-Ann Kivastik
Este tipo de centros de datos en miniatura pueden tener muchos usos. Según explican sus responsables, irían perfectos en entornos urbanos como paradas de autobús. En ellos, podrían servir para reunir y almacenar datos en tiempo real sobre los pasajeros, facilitando así la optimización de las diferentes líneas que pasan por esa zona.
Lo más curioso de este invento es que lo han probado debajo del agua y funciona. Esto hace que también sea perfecto para monitorear la vida marina y almacenar los datos recogidos. Generalmente, esta tarea obliga a los investigadores a grabar debajo del agua y subir a la superficie con los datos obtenidos. De esta forma, el microcentro de datos evitaría este proceso, facilitando la tarea.
Con este nuevo caso, está claro que la tecnología obsoleta puede tener una segunda vida, incluso una compleja, como es la de procesar datos. Lo mejor de todo es que requiere muy poco trabajo y recursos para ello, por lo que realmente hay pocas razones para no apostar por ello. Son todas ventajas, especialmente para el medioambiente.
Imagen | Eirik Solheim en Unsplash
En Xataka Android | Si tienes un viejo disco duro que ya no usas, tienes un tesoro: así puedes utilizarlo en tu Android TV o Chromecast
En Xataka Android | Cómo convertir un viejo móvil Android en un vigilabebés: es gratis y te llevará menos de un minuto
–
La noticia
Este invento de apenas 8 euros convierte cualquier Android viejo en un microcentro de datos. Funciona hasta debajo del agua
fue publicada originalmente en
Xataka Android
por
Juan Lorente
.