“El mercado petrolero está engañosamente tranquilo”. Así lo advierte el analista Javier Blas en un reciente artículo para Bloomberg, donde señala que bajo la aparente estabilidad de precios se esconde una transformación profunda que ha alterado la estacionalidad del consumo global. Ya no es el invierno, sino el verano, el momento de mayor demanda de crudo. Y en este nuevo escenario, Polonia podría estar ante un punto de inflexión: el hallazgo del mayor yacimiento de hidrocarburos convencionales de su historia, en aguas del mar Báltico.
Un tesoro sumergido. La empresa canadiense Central European Petroleum (CEP), respaldada por inversión noruega, ha anunciado el descubrimiento del yacimiento Wolin Este (WE1), ubicado a solo seis kilómetros de la costa.
TVN24 ha informado que el yacimiento incluye 22 millones de toneladas de petróleo y 5.000 millones de metros cúbicos de gas natural, con una estimación total en la concesión de 33 millones de toneladas de crudo y 27.000 millones de metros cúbicos de gas. Según cálculos citados por BBC, esta cifra representaría alrededor de 200 millones de barriles de petróleo, lo que lo convierte en un hallazgo estratégico tanto por su volumen como por su localización.
No lo cambia todo, pero cambia mucho. Polonia consume unos 700.000 barriles de crudo al día, pero su producción local no supera los 18.000. El resto lo importa. En ese contexto, un descubrimiento que puede triplicar la producción nacional representa algo más que una buena noticia: es un potencial punto de inflexión. La explotación de Wolin podría multiplicar por tres la producción nacional, según afirmó el director ejecutivo de CEP, Rolf Skaar, en declaraciones recogidas por TVN24.
Además, el crudo hallado tiene un índice API de 33,4, lo que lo clasifica como ligero, es decir, más fácil y económico de refinar. Este hallazgo llega cuando Polonia ya ha tomado distancia energética de Rusia tras la invasión de Ucrania: se ha conectado al gas noruego mediante el Baltic Pipe, ha reforzado su capacidad de importación de GNL desde Świnoujście y ha diversificado su acceso al crudo mediante Naftoport, en Gdansk. Pero aún sigue dependiendo, en gran medida, del exterior. Wolin puede comenzar a cambiar eso.
Del hallazgo a la extracción. La concesión de Wolin, de 593 km², fue perforada por la plataforma especializada Noble Resolve, alcanzando una profundidad vertical de 2.715 metros. El pozo WE1 fue dejado en condiciones de uso futuro y los análisis geológicos confirmaron una columna de hidrocarburos de 62 metros en la formación Dolomita Principal (Ca₂), según ha detallado Gospodarka Morska.
CEP ha invertido ya unos 200 millones de zlotys en estudios sísmicos y perforación, y ahora busca socios polacos e internacionales para acometer la fase de explotación. Las conversaciones con empresas como PGNiG (ahora integrada en Orlen) se han reiniciado tras la fusión de las energéticas estatales.
Resonancia internacional. El descubrimiento de Wolin se produce mientras el mercado internacional del crudo navega aguas inciertas. Según Reuters, los futuros del Brent cerraron el lunes en por debajo de los 70 dólares. El motivo: las nuevas sanciones de la Unión Europea contra Rusia, que ahora prohíben la importación de productos refinados en terceros países con crudo ruso, como India. Aunque los analistas creen que el suministro encontrará nuevos caminos, surgen preocupaciones por el impacto en el mercado de diésel, más difícil de sustituir. Esa tensión añade un matiz importante: los nuevos yacimientos en suelo europeo no solo son una ventaja energética, sino también un activo geoestratégico.
¿Y ahora qué? El nuevo yacimiento no resolverá por sí solo la dependencia energética polaca, pero sí podría marcar un punto de inflexión. Como apunta el experto energético Wojciech Jakóbik en BBC, el hallazgo “reforzará la seguridad energética, siempre que las estimaciones se confirmen en la práctica y se desarrolle la infraestructura necesaria”.
A día de hoy, no está claro si se construirá un nuevo oleoducto o se aprovechará infraestructura existente. Mientras tanto, CEP mantiene conversaciones con múltiples actores y, como recuerda Jakóbik, el proyecto requiere empresas con “mayor tolerancia al riesgo y capacidad de inversión”.
Una ventana energética en tiempos convulsos. El descubrimiento en el mar Báltico llega justo cuando el mercado global entra en su momento de máxima demanda estacional, en pleno verano del hemisferio norte. Como explicaba Bloomberg, la estacionalidad del crudo ha cambiado: ya no es el invierno, sino los meses estivales los que marcan los techos de consumo. La gran pregunta es si Polonia podrá aprovechar esta oportunidad sin repetir los errores del pasado. La ventana está abierta. Pero no lo estará por siempre.
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La noticia
Europa había dado por muertas sus esperanzas para encontrar petróleo en el continente. Polonia acaba de cambiar eso
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Alba Otero
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