En diciembre de 2022, en plena crisis energética y con la intención de dejar de depender del gas y petróleo de Rusia, España, Portugal y Francia se unieron para definir el corredor de hidrógeno verde H2Med. La idea era la de empezar a producir hidrógeno verde para la generación eléctrica, algo en lo que España puede aportar gracias a sus reservas y al gran excedente de renovables. En abril de 2024, Europa aprobó los dos ejes previstos en España, pero unos meses más tarde, Francia llegó a un acuerdo paralelo con Marruecos.
Se trata del proyecto Chbika, y es tan ambicioso como polémico.
Chbika. Europa presume de ser una potencia en las renovables, algo que ha quedado de manifiesto estos últimos meses, pero también quiere importar una enorme cantidad de energía directamente de África. Según Europa, es “esencial para cumplir con los objetivos del Pacto Verde Europeo y para reforzar la seguridad energética”, y dentro de estos acuerdos se encuentra el firmado entre Francia y Marruecos.
En octubre de 2024, aprovechando la visita del presidente francés Emmanuel Macron a Marruecos, y con la presencia del rey Mohammed VI, se firmó un ambicioso plan para la producción industrial de hidrógeno y amoníaco verde.
Objetivos. Este proyecto está impulsado por un consorcio europeo formado por TE H2, una joint-venture de los grupos franceses Total Energies y Eren, pero también con los daneses Copenhagen Infrastructure Partners y A.P. Moller Capital. Sus objetivos son:
- Construir infraestructura eólica y solar en tierra con 1 GW de capacidad.
- Producción de hidrógeno verde utilizando la técnica de la electrólisis gracias al agua de mar desalinizada.
- Usar el hidrógeno para conseguir 200.000 toneladas de amoníaco verde anual, principalmente para el mercado europeo.
Amoníaco verde. Al margen del hidrógeno verde, que se utiliza para generar electricidad, el amoníaco verde es un compuesto formado por nitrógeno e hidrógeno que se consigue mediante electrólisis que emplea energías renovables. El proceso tradicional para conseguir el amoníaco implica gas natural, por lo que el uso de las renovables en el proceso hace que sea un proceso sin emisiones de CO₂.
El principal uso del amoníaco es como fertilizante agrícola, pero también se puede utilizar como portador de hidrógeno. Cuenta con una alta densidad energética y es más fácil de transportar que el hidrógeno (al no necesitar una refrigeración tan extrema como el H2), lo que lo convierte en un vector energético para exportar hidrógeno a largas distancias.
En busca del tesoro. Este acuerdo busca no sólo reforzar la cooperación entre Europa y África en materia energética, sino que también consolida la posición de Marruecos como proveedor clave de energías limpias a la Unión Europea. Y está alineado con el programa REPowerEU que tiene como intención importar 10 millones de toneladas de hidrógeno verde antes de 2030.
Aunque el pacto se firmó en otoño del año pasado, hace unas semanas se produjo la confirmación de los derechos del suelo en el que se construirá la planta y se realizaron avances en acuerdos técnicos y legales que asientan las bases de las operaciones que vendrán a continuación.
Polémica. Ahora bien, el Proyecto Chbika no está exento de polémica. Por un lado, ha sido señalado como una maniobra de Marruecos para fortalecer su posición en el hidrógeno verde dentro de Europa, compitiendo directamente contra España.
Por otro lado, parte del territorio destinado al proyecto, en la región Guelmim-Oued Noun, es considerado por organismos como la ONU como limítrofe o superpuesto con zonas del Sáhara Occidental, ocupado por Marruecos. Organizaciones activistas denuncian que muchos de estos proyectos energéticos de Marruecos se están edificando sobre territorios saharauis ocupados, y que se trata de operaciones de *greenwashing* mediante las energías limpias mientras siguen oprimiendo al pueblo saharaui.
Planes españoles. Mientras tanto… ¿qué hace España? Pues algunas de sus empresas, como Acciona o Cepsa, también han firmado con Marruecos. El objetivo del país africano es que las renovables representen un 52% de su capacidad instalada para 2030 y el hidrógeno verde es un medio para lograrlo. Y, para ello, un comité del gobierno marroquí seleccionó cinco consorcios para desarrollar seis proyectos de hidrógeno verde con la intención de producir amoníaco, acero y combustible industrial.
¿Problema? Aparte de la competencia con proyectos españoles, se van a desarrollar en el mencionado Guelmim-Oued Noun, así como en Dakhla-Rio de Oro y Laayoune-Sakia El Hamra, también territorios ocupados, lo que puede aumentar las tensiones diplomáticas con España y el Sáhara.
Imagen | Topsoe
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La noticia
Francia y Marruecos se han aliado para inundar Europa con amoníaco verde. Y compiten directamente con España
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Alejandro Alcolea
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