En un hecho sin precedentes, inteligencias artificiales de Google DeepMind y OpenAI han conquistado medallas de oro en la Olimpiada Internacional de Matemáticas (OIM). Estos modelos de IA se posicionaron entre el 10% de los mejores concursantes humanos al resolver cinco de los seis problemas, marcando un hito en el desarrollo de la inteligencia artificial y sus implicaciones para el sector empresarial y tecnológico.

Las IA, Gemini Deep Think de Google y un modelo experimental de OpenAI (creador de ChatGPT), lograron 35 de 42 puntos posibles en esta exigente competencia global. Es la primera vez que modelos de lenguaje demuestran tal nivel de razonamiento abstracto y resolución de problemas bajo las mismas estrictas condiciones que los humanos, sin acceso a internet ni asistentes externos, y redactando demostraciones en lenguaje natural.
Este logro es crucial. Si bien la IA ya destacaba en cálculo y programación, su éxito en una competencia que exige pensamiento abstracto y demostraciones complejas representa un salto significativo en su evolución.
La IA compite al nivel de la élite humana
La participación de estas IA fue bajo las mismas reglas que los estudiantes: dos jornadas de exámenes, con tres problemas de dificultad creciente y 4 horas y media por sesión. Gemini, con su modalidad “Deep Think”, exploró múltiples caminos de razonamiento. El modelo de OpenAI también demostró una capacidad equivalente, con su evaluación validada por ex-medallistas de la OIM.
De 630 jóvenes participantes, solo 67 obtuvieron medallas de oro. Con 35 puntos, los modelos de Google y OpenAI se ubicaron dentro de este selecto grupo. Gregor Dolinar, presidente de la OIM, elogió las soluciones de Google como “asombrosas, claras y, en la mayoría de los casos, fáciles de seguir”, destacando la calidad de la comunicación y el pensamiento lógico.
Más allá del ámbito académico, estos avances tienen profundas implicaciones para el sector tecnológico y empresarial. El investigador de OpenAI, Alexander Wei, enfatizó que la OIM es una prueba clave para el desarrollo de la Inteligencia Artificial General (IAG).

«La competencia exige pensamiento creativo sostenido, y nuestras máquinas tuvieron que construir argumentos sólidos y complejos, al nivel de los matemáticos humanos”, explicó Wei.
Estos logros abren nuevas y revolucionarias aplicaciones para la IA. Desde la investigación científica avanzada hasta la educación personalizada y el desarrollo de nuevas teorías matemáticas que podrían optimizar algoritmos o procesos industriales. La capacidad de la IA para sobresalir en dominios de razonamiento tan complejos sugiere un futuro donde la colaboración entre humanos y máquinas impulse innovaciones sin precedentes, redefiniendo las fronteras de lo posible en ciencia y tecnología.