Un cambio histórico está en marcha y redefine la forma en que millones de personas acceden a la información en línea. Google ha comenzado el despliegue global de «AI Mode», una nueva función que convierte a la inteligencia artificial en la protagonista absoluta de la experiencia de búsqueda, desplazando el tradicional formato de enlaces que ha definido a la compañía por décadas.

Del catálogo de enlaces a un sistema de respuestas
El cambio no ocurre de la noche a la mañana. La transición comenzó con los Google AI Overviews, resúmenes generados por IA que ya ocupaban un lugar privilegiado en la parte superior de los resultados. Sin embargo, el AI Mode, actualmente disponible en inglés, lleva esta evolución a su máxima expresión. Al presionar el nuevo botón, la lista de enlaces desaparece por completo. En su lugar, el usuario recibe respuestas directas y detalladas, elaboradas por la IA y alimentadas por la vasta red de información de la web.
El periodista Pablo E. Páez, en su artículo del 24 de agosto, destaca cómo la experiencia de búsqueda se vuelve conversacional. Con el AI Mode, los usuarios pueden hacer consultas complejas, pedir comparaciones o añadir matices, y el sistema mantendrá el hilo de la conversación. La respuesta ya no es un simple listado de sitios, sino un compendio de información, con mapas interactivos, recomendaciones y consejos prácticos, todo diseñado para que el usuario resuelva su consulta sin salir del ecosistema de Google. Este nuevo motor se potencia con Gemini 2.5, el modelo de IA más avanzado de Google, y ofrece incluso capacidades experimentales como Deep Research, que permite analizar cientos de páginas para generar informes detallados en minutos.
Un futuro incierto para creadores de contenido y la web abierta
La audaz apuesta de Google no está exenta de controversia. Para los usuarios, la promesa es una experiencia más rápida y eficiente, pero la industria de la información se enfrenta a un desafío existencial. Al proporcionar respuestas directas, Google podría reducir drásticamente el tráfico de los sitios web, lo que pone en riesgo el modelo de negocio de los creadores de contenido que dependen de las visitas y la publicidad. Este cambio plantea la pregunta sobre cómo se mantendrá la viabilidad de la web abierta si el principal motor de acceso a la información deja de dirigir tráfico.
Además, persisten las preocupaciones sobre la precisión de la información. El historial de «alucinaciones» de la IA, donde la herramienta genera información incorrecta o inventada, es un riesgo que Google debe gestionar. La transición de ser un directorio a un motor de respuestas coloca a la compañía en una posición de mayor responsabilidad, ya que ahora es el intermediario directo de la información.
Con el AI Mode, Google no solo redefine la forma en que encontramos información, sino que abre un nuevo capítulo en el equilibrio entre la tecnología, los creadores de contenido y el acceso al conocimiento en línea. La búsqueda, tal como la conocíamos, ha muerto.