Este 11 de julio se cumplen 10 años de la muerte de Satoru Iwata, uno de los nombres más queridos y respetados de toda la historia de los videojuegos. Su legado no solo se mide en consolas vendidas o en éxitos como el Nintendo DS y la Wii, sino en la huella emocional que dejó en millones de jugadores alrededor del mundo. Para muchos, Iwata no fue solo un ejecutivo, fue un símbolo de creatividad, humildad y pasión genuina por los videojuegos. Pero, ¿qué fue lo que realmente ocurrió? ¿De qué murió el hombre que cambió a Nintendo para siempre?
La enfermedad que apago a Satoru Iwata
Todo comenzó en junio de 2014, cuando Nintendo sorprendió al anunciar que Iwata no estaría presente en el E3 de ese año debido a problemas médicos. La ausencia era notoria: Iwata solía ser una de las caras visibles de la compañía en ese tipo de eventos, incluso antes de que los Nintendo Direct se convirtieran en la norma. Días después, él mismo explicó lo que estaba sucediendo: durante un chequeo médico de rutina, los doctores descubrieron un tumor en su vía biliar. Iwata fue sometido a una operación quirúrgica el 24 de junio del mismo para extirparlo.
En aquel momento, el presidente de Nintendo intentó mantener la calma y la confianza tanto en la empresa como en sus fans. A pesar de lo grave del diagnóstico, regresó a sus labores tras cuatro meses de recuperación. Incluso apareció en un Nintendo Direct en noviembre de 2014, aunque su aspecto físico evidenciaba el desgaste: se le veía pálido, más delgado, visiblemente debilitado. Él mismo decidió actualizar su Mii para reflejar su apariencia, tomándose con humildad y humor los estragos visibles de su enfermedad.
Iwata nunca detuvo del todo su actividad como presidente e incluso durante las juntas directivas seguía trabajando, aunque los síntomas regresaban intermitentemente. En junio, durante una reunión con inversionistas, se volvió a sentir mal. Ya para entonces, la preocupación entre sus colegas más cercanos era evidente.
Fue entonces, que el 11 de julio de 2015, a la edad de 55 años, Satoru Iwata falleció debido a complicaciones relacionadas con el tumor en su vía biliar. Nintendo emitió un comunicado oficial al día siguiente, dejando al mundo de los videojuegos en estado de shock.
Una industria de luto
El 13 de julio, las banderas de la sede central de Nintendo en Kioto ondearon a media asta y las redes sociales de todas las oficinas globales de la compañía guardaron silencio en señal de duelo. La noticia sacudió a toda la comunidad gamer y a grandes figuras de la industria que le rindieron homenaje con palabras, ilustraciones, recuerdos y agradecimientos.
La comunidad global respondió con una emotividad pocas veces vista. Se establecieron memoriales espontáneos en todo el mundo: desde la Nintendo World Store en Nueva York, hasta la embajada japonesa en Moscú. Pero fue una imagen la que lo dijo todo. Horas después del anuncio de su fallecimiento, se compartió una fotografía de un arco iris cruzando el cielo sobre la sede de Nintendo en Kioto. Internet no tardó en bautizarla como “Rainbow Road de Iwata”, un guiño directo a una de las pistas más icónicas de Mario Kart y, a la vez, un símbolo de despedida perfecto para alguien que nos hizo jugar con una sonrisa.
Y es que Satoru Iwata fue más que un CEO. Fue programador, creativo, visionario y, sobre todo, fue jugador. En una industria dominada muchas veces por la lógica de negocios, Iwata se atrevió a poner la diversión en el centro. Mientras otros apostaban por consolas más potentes, él soñaba con formas distintas de jugar y eso cambió el mundo.
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La noticia
Hace una década perdimos a Satoru Iwata, el presidente de Nintendo: así fue el adiós del genio que cambió los videojuegos
fue publicada originalmente en
3DJuegos LATAM
por
Ayax Bellido
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