He instalado Linux en mi ordenador unos años después y sigo en shock. Veo un adelanto del Android para PCs que viene de camino

He instalado Linux en mi ordenador unos años después y sigo en shock. Veo un adelanto del Android para PCs que viene de camino

Llevaba tiempo sintiendo que mi portátil pedía un cambio de aires. Más allá de mis costumbres en Windows, tenía esa curiosidad de volver al otro lado, allí donde surgieron las raíces de Android. Quería experimentar y comprobar si Linux —ese sistema que respetamos y tememos por su complejidad— estaba listo para ser mi único sistema operativo en 2025. Me lancé a la piscina y lo que me he encontrado no es solo un SO rapidísimo, sencillo y productivo, sino una venta al futuro de lo que Google nos está preparando.

De la estética de Deepin a la potencia de Fedora. Mi viaje comenzó hace unos meses probando DeepinOS en mi portátil Huawei. Me sedujo su diseño, pero tras unas semanas y algunos fallitos, decidí apostar por algo más moderno y robusto: Fedora 43.

El cambio fue radical: al tener un kernel tan reciente, el soporte para mi equipo fue total y la estabilidad es absoluta. Pero lo que realmente me ha impactado es que, usándolo, siento que es el escenario ideal de esa convergencia que sabemos que viene en camino para Android.

Una integración con el móvil que da envidia. Una de las cosas que más me gustan es la comunicación entre mi portátil y mi móvil Android. Gracias a KDE Connect (en mi caso he utilizado GSConnect de Fedora), la sincronización es casi absoluta: portapapeles compartido, control multimedia, gestión de archivos… Es una simbiosis que me hace entender por qué Google está reconstruyendo Chrome OS sobre Android para crear un sistema universal y nativo.

La arquitectura del futuro. Usar Fedora hoy se siente como usar un Android de escritorio vitaminado. Me olvido de buscar archivos .exe en webs extrañas; todo está en la tienda de software, centralizado, seguro y Open Source. Es un sistema rolling release que se mantiene fresco, una filosofía muy similar a la de Android. Y seguramente también parecida a la de ese ‘Aluminium OS’, el ambicioso plan que Google tiene para fusionar ambos sistemas.

La sensación de usar un sistema limpio y modular en Linux es el espejo donde se mirará ese futuro Android PC. Claro está, con muchas diferencias que la empresa de Mountain View integrará: empezando por sus servicios, los GMS, y siguiendo con Play Store y otras muchas funciones que ya permite en los portátiles con ChromeOS. Por ejemplo, ejecutar aplicaciones de Linux.

Ya me imagino un acceso directo en la barra izquierda a Google Drive

Para los juegos, hay magia. Uno de mis mayores temores al dejar Windows eran los juegos, pero Linux me ha cerrado la boca. Gracias a la capa de compatibilidad Proton de Valve, juego a mi biblioteca de Steam (y Epic Games vía Heroic Launcher) con un rendimiento brutal (teniendo en cuenta la GPU integrada del portátil).

Lo fascinante es que esta tecnología es la misma que está rompiendo barreras en el ecosistema móvil: jugar a tus juegos comprados en Steam en Android ya es posible. Proton ha demostrado que la base Linux de ambos sistemas es la clave, así como sus adaptaciones a los chips ARM. Esto podría explicar por qué Steam desaparece en los Chromebooks, y es que parece que es parte de un plan para llegar a Android.

Eficiencia y el camino hacia ARM. La autonomía de mi portátil con Fedora es absurda: gestiona mejor los recursos que el sistema que traía de fábrica. Esto me hace mirar con deseo a la próxima generación de hardware: los futuros PCs con Android no serán solo hardware, sino que se beneficiarán de la arquitectura ARM.

Ya hemos visto que el CEO de Qualcomm ha probado ese futuro Android en PC, y lo califica de «increíble». Mientras eso llega, mi experiencia actual con Linux es lo más cercano a esa eficiencia y fluidez. Y eso que hablo de un portátil con hardware x86.

Siguiente paso. Ese es unificar mi escritorio. De momento, mantengo mi PC principal con Windows por trabajo, pero la experiencia con Fedora me ha convencido: Linux hoy es sencillísimo, potente y accesible. Quizá el paso definitivo lo de cuando Google convierta Android en un Linux completo o lance su sistema fusionado.

Sea como sea, la convergencia ya no es una promesa lejana. Si tienes curiosidad, mi consejo es que no esperes: instala Linux y experimenta esa libertad ya mismo. O si prefieres un anticipo más directo de la visión que Google tiene para nosotros, siempre puedes probar el modo escritorio de Android 16 que ya funciona muy bien. El camino está marcado, y el futuro del PC pasa, casi inevitablemente, por Linux.

Imagen de portada | Pepu Ricca para Xataka Android

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Pepu Ricca

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