He recomendado un gama alta de hace dos años por el precio de un gama media actual. Ahora tiene más sentido que nunca

He recomendado un gama alta de hace dos años por el precio de un gama media actual. Ahora tiene más sentido que nunca

Hace poco un familiar me pedía recomendación de un smartphone bueno, bonito y barato. Pero no de un gama media cualquiera, que buscaba un teléfono duradero y con especificaciones de altos vuelos. Rápidamente, como en otras ocasiones, vinieron a mi mente los Google Pixel. Sin embargo, a esta persona no le atraen los móviles de Google, tuve que recurrir a otra popular firma. Y no, ha apostado por un gama alta de hace dos años en lugar de los muy recomendables gama media de la actualidad: tiene mucho sentido hoy en día.

El rey de la «gama media» actual es un gama alta de la generación anterior

Así de sencillo. Ahora mismo, el procesador de un buque insignia de hace uno o dos años sigue siendo más potente que la mayoría de chips de gama media actuales. Con esta premisa, me fue sencillo identificar cuál sería su smartphone ideal: un Galaxy S23.

Este montaba un Snapdragon 8 Gen 2, que a día de hoy es una bestia. Vale, no llega al nivel del Snapdragon 8 Elite, y poco a poco se irá quedando atrás, pero eso no quita que es realmente potente y aguantará años con un buen rendimiento. ¿Por qué este? Como venía comentando, quería un móvil verdaderamente compacto.

En este sentido, los modelos base de los Galaxy S de cada año cumplen perfectamente con ese requisito. Eso sí, no podía excederme con el precio de unos más recientes Galaxy S24 o Galaxy S25. Porque sopesar la gama media actual implica «pantallones» de casi 7 pulgadas, innegociable.

Además, por si fuese poco, las cámaras del buque insignia de Samsung de 2023 son de primera división. La cámara de este gama alta, con sus mejores sensores y, sobre todo, la presencia de un teleobjetivo óptico (algo casi inexistente en la gama media salvo contadas excepciones), ofrece resultados superiores a los de la gama media de 2025, una que suele centrarlo todo en el sensor principal.

Después está el tema de las actualizaciones: Samsung es uno de los fabricantes Android que más se han puesto las pilas, al menos en lo que se refiere a la longevidad de su software manteniéndose actualizado tanto con Android como con la capa de personalización. ¿Que no son siete años como en los más recientes? No importa: hasta 2028 estará cubierto en seguridad. Y llegará a Android 17, que no es poca cosa.

Otro de los motivos, para mí, sin debate, son las sensaciones en mano. Este gama alta está construido con materiales premium: marcos de aluminio, cristal Gorilla Glass Victus, y muy importante, resistencia al agua y polvo IP68. Un gama media acutal, por el mismo precio o similar, casi siempre dará un marco metálico pero con traseras generalmente de policarbonato.

Son pequeños lujos que marcan la diferencia si no te importa estar «atrás» en hardware. De igual manera, hay otra ristra de estos que quizá pasen desapercibidos pero valoro muchísimo: hablo de elementos como la carga inalámbrica (e inversa para cargar otros dispositivos), un motor de vibración háptica de calidad, unos altavoces estéreo con gran calidad y el añadido de Samsung DeX.

Las actualizaciones durante años han desbloqueado la opción

En mi caso, antes no recomendaba un gama alta de generaciones detrás por el simple hecho de las actualizaciones. Ahora, firmas como la propia Samsung (más notable en la surcoreana), Google, Honor o Xiaomi han ampliado sus políticas de actualizaciones con bastantes años por delante para modelos específicos. Esto, sin duda, ha desbloqueado una serie de opciones que solo hacen sumar a las alternativas actuales.

Claro está, todo lo anterior no tendría sentido si el precio no acompañara. La gran ventaja es que estos buques insignia son los que más rápido bajan de precio, al contrario que en la competencia de la manzana mordida. Un móvil que se lanzó por 1.000 euros, como el Galaxy S23, se puede encontrar ahora fácilmente en ofertas por alrededor de 500 euros.

Ahora el problema será encontrar el momento perfecto. Este precio lo situaba en competencia directa con los nuevos gama media-premium del año. Es en este punto, tras unos 18-24 meses desde su lanzamiento, cuando un antiguo gama alta alcanza su punto dulce, ofreciendo la mejor relación calidad-precio del mercado.

Mi familiar ha quedado encantado, por ahora la recomendación fue un éxito. Dice que se siente y funciona como un móvil bastante más caro. Esta experiencia no ha hecho más que reforzar una idea bastante lógica dados los movimientos de los fabricantes y el sistema operativo. En un mercado donde solo hace ruido la última novedad, a veces la compra más inteligente no es la más reciente. Te sorprenderá descubrir que, en ocasiones, el rey de la calidad-precio no tiene por qué ser un teléfono nuevo, sino el que fue el mejor no hace tanto tiempo.

Imagen de portada | Alejandro Alcolea y Javier Penalva para Xataka

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Xataka Android

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Pepu Ricca

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