Vivo en ocasiones con el síndrome del «scroll infinito». Sin quererlo, mi mano va sola al bolsillo, el pulgar busca el icono de WhatsApp o Instagram, y sin darme cuenta, he perdido 20 minutos. Quería romper ese bucle, recuperar algo de control y convertir mi smartphone de un centro de distracción a una simple herramienta de comunicación. Pero ni quería comprar un móvil «tonto», ni tampoco instalar launchers que alteran la experiencia. El reto era lograrlo solo con funciones que mi teléfono ya incluye: puse en marcha un experimento de 48 horas y el resultado ha sido satisfactorio. Te cuento mi experiencia.
Frente de batalla. El cambio más radical y efectivo es modificar el lanzador de aplicaciones o launcher. La mayoría de capas de personalización suelen incluir una función para simplificar el manejo, eliminando la parrilla de iconos y los widgets: vamos, lo que viene siendo retirar todo elemento distractivo.
Como venía comentando, no quería instalaciones adicionales de apps que, o tienen anuncios o cambian mucho el comportamiento. Así que, en lugar de utilizar alguna como «Dumbify», opté por este modo. En el caso de mi Samsung Galaxy, necesita tener activo el modo «Ahorro de energía máximo», ningún problema pues, de paso, maximizo la duración de su batería.
Qué hace. Este modo reemplaza la interfaz de One UI (o tu capa de personalización) por una pantalla de inicio con iconos más grandes y un acceso limitado a un puñado de aplicaciones esenciales. Samsung, en este caso, es muy permisiva y amplía esta disponibilidad también a las redes sociales que utilizo: por eso tuve que aplicar una acción más.
«Ojos que no ven». Limitar la interfaz no es suficiente si sé que Instagram o X seguían al alcance de mis dedos. Para crear una barrera adicional, opté por una solución que llegó a Android hace muy poco: el archivado de apps. Este deja en un estado latente a las apps, con un icono grisáceo que requiere unos segundos de descarga para volver a funcionar. Por suerte, cuando quiero volver, es cuestión de tocar encima y esperar un poco.
Sin embargo, una vez archivadas las redes sociales, en este modo simplificado que aporta el ahorro de energía, ni siquiera aparecen. Eso es una gran victoria para el détox digital que buscaba, y que por cierto, ha cumplido las expectativas sobremanera.
Primeras 48 horas. Las primeras horas fueron un desafío: cogía el móvil por inercia, lo desbloqueaba y… me encontraba con una pantalla simple que no ofrece ninguna recompensa inmediata (ejem, dopamina). Era una sensación de vacío, casi de aburrimiento. Alguna vez me sentí tentado en coger la tablet de mi pareja, pero me aguanté las ganas.
Una vez superada esa fase, el cambio es liberador. Mis contactos ya sabían que debían contactarme por otros medios, que no iba a estar disponible en WhatsApp en cualquier momento. Por eso mi tiempo usando el móvil se desplomó. Y lo curioso, no sé si placebo o efecto, es que empecé a usar el móvil de forma activa y no pasiva. Me explico: lo cogía para hacer una llamada o enviar un mensaje concreto, en lugar de que el teléfono cautivara mi atención.
Se pueden personalizar tanto la fila de abajo (dock) como la superior. Pero no podía poner en ninguna Instagram…
Conclusiones. No necesito otro móvil, que ya pensaba en adquirir uno de esos teléfonos minimizados como el Light Phone 3, Minimal Phone, o el Sidephone. Seguramente caiga en algún momento y pase por caja, solo por sus diseños minimalistas.
Sea como sea, el experimento me ha demostrado que no es necesario renunciar a la tecnología para tener una relación más sana con ella. Tampoco hay que ‘cacharrear’ mucho con nuestros smartphones: las herramientas para establecer límites ya están ahí. Combinando estas funciones nativas, he creado un «modo détox» reversible y adaptado a mis necesidades. Ahora solo queda echarle coraje para cumplir con esta complicada empresa.
Imagen de portada | Pepu Ricca para Xataka Android
En Xataka Android | Llevo una semana usando mi Android como el móvil soviético de Broncano. Me ha ido tan bien que creo que no hay vuelta atrás
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La noticia
He transformado mi Android en un teléfono tonto sin instalar nada. En solo 48 horas ha cambiado por completo mi relación con él
fue publicada originalmente en
Xataka Android
por
Pepu Ricca
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