De unos años a la fecha, hay una urgencia distinta en las palabras de Hideo Kojima. No es la ansiedad por entregar a tiempo Death Stranding 2, ni la presión por estar a la altura de la leyenda que él mismo construyó con Metal Gear Solid. Es otra cosa. Algo más íntimo y humano. Es el peso invisible del reloj biológico que le recuerda, a cada minuto, que el tiempo se agota, y que cada idea que no logre realizar será, en el fondo, una parte de él que se pierde para siempre.
En 2020, cuando el mundo se detuvo por la pandemia y él se acercaba a los 60 años, Kojima enfermó gravemente. “Pensé que nunca podría recuperarme”, confiesa. Lo dice sin dramatismo, como quien narra un suceso inevitable, pero el impacto es evidente en una entrevista concedida para GQ con motivo del lanzamiento de Death Stranding 2. Por primera vez se enfrentó a la posibilidad de no volver a crear. Y en su caso, eso es casi como dejar de existir.
El legado de Hideo Kojima y el peso de su ausencia
Aquella experiencia de 2020 transformó a Hideo Kojima. Su cabeza, como siempre, estaba llena de ideas. Pero por si acaso no lograba plasmarlas, las escribió todas y se las entregó a su asistente personal, como si fueran su testamento creativo. Un gesto desesperado pero profundamente consciente: la necesidad de asegurar que, pase lo que pase, algo de él siga latiendo en algún lugar.
Desde entonces, cada proyecto que anuncia suena más urgente, más vital. Death Stranding 2 podría ser su juego más emocional hasta la fecha, y OD, su colaboración con Xbox y el cineasta Jordan Peele, parece apuntar hacia lo desconocido, hacia ese territorio de lo extraño donde Kojima se siente más libre. Pero lo más interesante no es qué está haciendo, sino por qué lo está haciendo. En la entrevista con GQ, se sincera:
«Me siento nervioso. Me siento apurado. Todavía tengo muchas cosas que quiero hacer, que necesito hacer. Pensé que podría hacer cualquier cosa si fuera independiente, pero la realidad es que no puedo. Siempre pienso en otras cosas más raras que hacer. Pero si lo hago y no se vende, mi estudio quebrará. Conozco a todo el personal. Conozco a sus familias. Llevo esta carga sobre mis hombros».
Pero lo que más resuena es su rechazo frontal a la idea de “pasar el testigo”. “Prefiero aplastarlo”, dice entre risas. No es un gesto egoísta, sino lúcido. Sabe que su forma de crear es única, intransferible. Que pedirle a su equipo que “haga las cosas como él” sería condenarlos al fracaso. Kojima no quiere herederos que lo imiten. Quiere provocar nuevas llamas:
«No voy a pasarle la batuta a nadie. Prefiero aplastarlo… . No necesito cederle el testigo a nadie. Si le cedo el testigo a mi equipo y les digo que hagan las cosas como yo, la empresa no tendrá éxito y quebrará… Cada día, si tuiteo algo que me gusta, un director, un actor o un músico me contacta. Me dicen: Soy creador gracias a tus juegos. Pero no recibieron el relevo de Hideo Kojima. Recibieron mi pequeña pasión. No me copian. No intentan ser como yo. Tienen esta pasión y la encienden por sí mismos. Y probablemente se la cedan a alguien más. Había dibujantes de cómics legendarios cuando yo era niño. No me convertí en dibujante de cómics; me inspiraron, me influyeron».
Y es ahí donde su obra cobra más sentido. Porque Kojima no está construyendo un legado para que otros lo continúen: está usando su tiempo como un arma contra el olvido. Cada juego, cada proyecto, cada idea rara que decide materializar, es un grito contra la finitud. Crear se convierte en su forma de no morir.
Quizás por eso su trabajo siempre ha estado obsesionado con la conexión humana, con el tiempo, con la identidad. Y también por eso, en el fondo, cada juego de Hideo Kojima es una carta de amor a la vida misma. Una vida que, como él sabe, no puede postergarse. Porque el tiempo no espera, y él tampoco.
En los albores del lanzamiento de Death Stranding 2
Death Stranding 2 está a la vuelta de la esquina. El más reciente juego de Hideo Kojima debuta en PlayStation 5 el próximo 26 de junio, en el que sin duda es una de las entregas más esperadas del año.
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La noticia
Hideo Kojima no quiere que nadie copie su legado: el creador de Death Stranding enfrenta al tiempo con juegos y proyectos imposibles
fue publicada originalmente en
3DJuegos LATAM
por
Ayax Bellido
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