Se cumple un año desde que Apple nos presentó iOS 18 con una promesa que no pudo cumplir. Un año después, con iOS 26 ya presentado y el iPhone 17 a la vuelta de la esquina, puedo afirmar algo: he vuelto a ver la Apple de la que me enamoré.
Y sí, llevo muchos años siguiendo a Apple. Desde aquel primer Mac que me compré por allá de los años 2000, mi primer iPod, mi primer iPhone… La empresa ha crecido conmigo, y yo con ella. Son décadas en este ecosistema, siguiendo cada actualización, cada beta, cada movimiento de la compañía tanto profesional como personalmente.
Precisamente por eso, porque conozco Apple desde dentro y desde fuera, puedo decir con conocimiento de causa cuándo está en su mejor momento y cuándo no. No se trata de ser incondicional, sino de reconocer las épocas buenas y las no tan buenas que ha tenido la empresa.
Uno de los años más extraños en la historia reciente de Apple
Recordemos lo que pasó con iOS 18. Apple nos presentó un sistema operativo con Apple Intelligence como gran protagonista, eso sí, con un gran «pero». Apple Intelligence no llegó hasta dos meses después, incluso estando en fase beta. Esto ya era bastante raro. Entendible, pero muy raro dentro de Apple.
La situación se volvió aún más extraña cuando en agosto teníamos simultáneamente una beta de iOS 18.0 y otra de iOS 18.1. Esto nos hacía pensar que lo que debía llegar a tiempo simplemente no iba a llegar. Y así fue: iOS 18.0 salió sin Apple Intelligence. Nunca nos engañaron, siempre cumplieron los plazos. Pero eso no quita, que fuese algo muy extraño conociendo la historia de Apple.
El año pasado la sensación era de una continua espera. Esperábamos Apple Intelligence, esperábamos que Siri funcionara como prometieron, esperábamos que los iPhone 16 tuvieran las funciones por las que los habíamos comprado.
Pero lo más grave no fue el retraso técnico, sino las consecuencias en los dispositivos. Tuvimos una gama iPhone 16 cuyo lema principal era que estaba «diseñado para Apple Intelligence». Ni grandes avances en pantallas, diseño… El reclamo era la compatibilidad con una función que, cuando comprabas el teléfono, simplemente no tenías. Ni en Estados Unidos, ni en España.
De hecho, en China siguen sin encontrar «partner» para poder llevar Apple Intelligence allí, y esto ha hecho que las ventas de iPhone hayan caido. Y es que el «efecto Apple Intelligence» lo reconoció el propio Tim Cook en unos resultados financieros. Donde indicó que las ventas eran mayores en aquellos países en los que estaba disponible.
A esto se sumaron esos anuncios prometiendo una Siri revolucionaria que no iba a llegar y que le costaron a Apple demandas legales. Ya sabemos cómo es Estados Unidos para hacer demandas, pero algo de razón tienen.
Yo mismo he cambiado de un iPhone 15 Pro a un iPhone 16 Pro y obviamente es un teléfono mejor, pero es uno de los menores saltos que hemos tenido. Sin embargo, al iPhone 17 le tengo muchas, pero que muchas ganas.
Y también quiero mencionar que el año pasado ni siquiera tuvimos un Apple Watch Ultra nuevo, simplemente le cambiaron el color. Está bien que Apple haga pausas. De hecho, muchas veces se les pide que mejor lancen un producto cada dos años que cada uno. Pero si lo sumamos todo, el año pasado fue uno de los más extraños en la era de Apple. ¿Nombramos también la «actualización» de los AirPods Max donde solo se cambió el color y el USB-C?
Lo que pasó después fue algo inédito en la historia reciente de Apple. Después de un año de promesas, y la destitución del directivo Giannandrea al frente de Siri, Craig Federighi y Greg Joswiak rompieron el silencio para explicar qué había pasado realmente con Siri.
Su forma de pedir perdón es mucho más sutil: reconocer que existe el problema nombrándolo públicamente. Como cuando Craig Federighi abrió la WWDC25 diciendo que Siri «llegaría el año que viene» y que estaban «de nuevo comprometidos con nosotros». Es la versión Apple del mea culpa.
«Era software real funcionando, con un modelo de lenguaje real, con búsqueda semántica real», explicó Federighi. El problema era que tenían dos arquitecturas en desarrollo: una versión que funcionaba para las demos, pero que se desmoronaba cuando te salías del camino marcado.
Y ahí está el drama: Apple se comprometió públicamente con algo en lo que confiaban poder llevar a escalas mayores pero sin haberlo probado realmente. La presión competitiva les empujó a mostrar las cartas antes de tiempo.
El regreso de la Apple que conocíamos
Este año es todo lo contrario. Tenemos un iOS 26 redondo, en el cual estoy seguro que septiembre va a llegar con un rendimiento espectacular. Y es que ese equipo de ingenieros que el año pasado estarían «como locos» lanzando por un lado iOS 18 y por otro Apple Intelligence, este año los tenemos a por todas, a por una.
El nuevo diseño Liquid Glass es el mayor cambio que hemos visto en años. Pero también hay mejoras que llevábamos esperando mucho tiempo como todo lo que ha llegado con iPadOS 26. Nos han dado lo que llevábamos pidiendo años de una sola vez.
Y tras ver todo esto, y yo mismo haber probado las betas, y tenerlas instaladas en cada uno de mis dispositivos, puedo decir que esta es la Apple de la que yo me enamoré. Una Apple que lo hace bien, a tiempo, en la que todo funciona. Y ojo, es una beta. No estoy juzgando el rendimiento de iOS 26 (que es bastante bueno), sino la disponibilidad de todas y cada una de las funciones. Y aquí es donde miro hacia el año pasado y veo la diferencia abismal.
Los dispositivos que quieren volver a brillar con luz propia
Al haberse «quitado el peso de encima» de Apple Intelligence, los dispositivos de Apple vuelven a brillar con luz propia. Y vamos a hablar de la nueva gama iPhone 17, porque es la Apple que a todos nos gusta. Ojo, Apple Intelligence ha recibido mejoras interesantes en iOS 26, la Siri prometida está en desarrollo y, de cara al año que viene, veremos más novedades. Pero al no estar todo anclado en Apple Intelligence (la propia novedad del sistema operativo, y la de los productos) tenemos un panorama mucho más optimista.
Toda la familia de iPhone 17
Vuelve la Apple que nos da modelos diferentes como el iPhone 17 Air (el más delgado de la historia). Vuelve la Apple que cierra círculos con tres cámaras de 48 megapíxeles. Vuelve la Apple que atiende las necesidades de los usuarios de gama de entrada con esos 120 Hz en todos los modelos.
A esto sumamos una gama de Apple Watch también con triple renovación. Y es que esperamos conocer hasta tres modelos diferentes: el Apple Watch SE, el Apple Watch Series 11 y el Ultra 3. Y con suerte, hasta unos AirPods Pro 3. Todo esto en el mes de septiembre. Con las novedades de los sistemas operativos aparte, que ya de por sí se esperan con muchas ganas.
La lección aprendida y el futuro que nos espera
El año pasado fue uno de los más extraños en la era de Apple. No fue malo, los resultados financieros están ahí y demuestran que Apple siguió creciendo. Quizás fue de esos «años valle» necesarios para coger impulso. Ya hemos tenido otros ciclos parecidos, lo que pasa es que hacía mucho tiempo que no teníamos una situación así.
La última vez fue quizás con el iPhone Xs: sí, tuvimos un modelo más grande, pero las mejoras fueron menores. Al menos entonces, con el nombre de la «S» podíamos asumirlo como una actualización algo más pequeña. También la competencia en software e IA en aquella época era menor o inexistente. Y es que los años y la tecnología avanzan a gran velocidad.
2025 será un año para recordar como el que Apple volvió a cumplir. Una empresa que presenta algo y al día siguiente está disponible. El año pasado no lo tuvimos. Ya hemos visto lo que pueden hacer con iOS 26. Falta ver cómo cumplen con el iPhone 17 y el resto de productos. Un calendario muy apretado en el que, si nos basamos en los rumores, es muy prometedor. Pero como siempre, la prueba final la tendremos en la keynote de septiembre.
Aun así, va a ser un año mucho más centrado y realista. Con retos por delante, por supuesto. No olvidamos que siguen habiendo cosas pendientes y la inteligencia artificial es una de ellas. No solo con Siri, sino en conseguir un mejor ecosistema general de IA. Lo esperamos impacientes, sin duda, pero Apple ha jugado muy bien sus cartas: nos ha dado un rediseño esperado, herramientas de productividad aclamadas y un hardware que pinta muy prometedor.
Sin duda tendremos un final de 2025 y comienzo de 2026 bien entretenidos y sin esperas. Aunque sí, no se nos olvida que seguimos pendientes de esa nueva inteligencia artificial prometida. Mientras tanto, vamos a tener entretenimiento de sobra con todo lo que Apple nos ha puesto sobre la mesa.
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La noticia
iOS 18 le costó a Apple algo más valioso que dinero: su esencia. iOS 26 ha demostrado que pueden recuperarla
fue publicada originalmente en
Applesfera
por
Guille Lomener
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