La historia secreta de cómo Steve Jobs consiguió que el Apple II fuera sinónimo de videojuegos (aunque no le gustaran)

La historia secreta de cómo Steve Jobs consiguió que el Apple II fuera sinónimo de videojuegos (aunque no le gustaran)

Un joven Steve Jobs camina por los pasillos de Atari con su característico andar desgarbado, un brillo especial en sus ojos y una barba descuidada. Apenas supera la veintena de edad y lleva semanas trabajando en un rediseño de la placa del arcade ‘Breakout’, un encargo que le ha hecho Nolan Bushnell, el fundador de la compañía.

Jobs no tiene la experiencia para afrontarlo solo, así que cuenta con la ayuda de su buen amigo Steve Wozniak para que le eche una mano. Juntos terminan creando una versión más compacta de lo esperado, aunque es tan sofisticada que resulta imposible de fabricar en masa. Pero no importaba para los jóvenes Steves, ya que aquello fue el germen de algo mucho más grande.

Un año después, los amigos estaban en el Homebrew Computer Club mostrando el primer ordenador de una joven firma con nombre de fruta. Era el Apple I. En la pantalla aparece un clon de ‘Breakout’ casero, programado por Wozniak. El mensaje es claro: este ordenador no solo sirve para calcular. También sirve para jugar. Y lo relataba muy bien Richard Moss en ‘The Secret History of Mac Gaming‘.

Todo empezó en Atari y en el Apple I

Steve Wozniak y Steve Jobs presentando la placa del Apple I

Fue en 1974 cuando Steve Jobs consiguió trabajo como técnico en Atari. Su papel allí no fue relevante en lo técnico. De hecho, apenas llegó al año. Sin embargo, fue una experiencia que le permitió sumergirse en la emergente cultura de los videojuegos. Y es que allí encontró el tremendo potencial que tenían los títulos arcade, aunque personalmente no fuese fan de los mismos.

Sin los conocimientos de ingeniería que sí tenía Wozniak, Jobs sabía ya reconocer el talento de su amigo. Cuando recibe el encargo de rediseñar ‘Breakout’ para reducir el número de chips, le propone a Woz que lo hagan juntos. La versión que lograron fue una proeza técnica, aunque Atari no llegó a producirla.

Wozniak se quedó tan fascinado por la experiencia que poco después logró programar una versión del juego para ordenador, usando lo que luego se convertiría en el Apple I. Esa voluntad de trasladar el lenguaje de los arcades al mundo del PC sería un hilo conductor en su filosofía de diseño.

Los videojuegos fueron parte del ADN del Apple II

Cuando Apple lanzó el Apple II en 1977, el mercado de los ordenadores personales era aún minoritario. La mayoría de equipos requerían de un arduo proceso de montaje y configuración no aptos para cualquiera, ya que exigían de tener conocimientos técnicos.

‘Mystery House’, uno de los títulos que llegó al Apple II (Imagen: Sierra en Reddit)

Pero Steve Jobs y Steve Wozniak quisieron cambiar eso con un producto tan sencillo como una tostadora. Que se enchufase y funcionase. Y que, por supuesto, pudiese ejecutar juegos desde el primer minuto.

Por eso el Apple II venía con gráficos en color, soporte para sonido, posibilidad de conectar un joystick y una ranura de expansión para futuras mejoras. Wozniak incluso añadió un clon de ‘Breakout’ como demostración de lo que el Apple II podía hacer.

Jobs entendió que los videojuegos pueden ser una puerta de entrada a la informática para muchos usuarios. Por eso fomentó alianzas con desarrolladores y distribuidores que pudiesen crear juegos para el Apple II. También promovía la creación de herramientas como AppleSoft BASIC, un lenguaje de programación que permitía que los expertos pudiesen diseñar sus propios juegos.

El resultado fue bueno y el Apple II se convirtió en sinónimo de entretenimiento digital. Juegos como ‘Mystery House’ o ‘Karateka’ encontraban una plataforma ideal en este ordenador. La industria empezó así a entender el ordenador personal como algo más que un complejo equipo de trabajo solo apto para expertos informáticos.

Nuevo capítulo en la tensa relación de los Mac y los videojuegos

A pesar del éxito del Apple II con los videojuegos, los Macintosh que llegaron a partir de 1984 no gozaron de la misma fama entre los jugadores. Su arquitectura cerrada, su incompatibilidad con muchos estándares de PC y su enfoque profesional alejaron a los desarrolladores de juegos durante años.

Los Mac se han ido ligando a diseñadores, músicos, programadores… pero no a gamers. Pero medio siglo después de todo aquello, Apple vuelve a empeñarse en asociar sus ordenadores a los videojuegos. El mejor ejemplo está en la futura llegada de nueve triples A con macOS 26, aunque no es el único.

La clave está en un hardware a la altura de las exigencias gráficas que se disponen hoy. Apple ha realizado incluso eventos secretos para demostrar la potencia de chips de la serie ‘M’ como los M3 y M4. Eso sí, no quiere decir que ya esté el trabajo hecho y convencer a jugadores parte de convencer también a los desarrolladores.

Por lo pronto ya se pueden disfrutar de juegos de PC en Mac con Game Porting Kit, la herramienta que facilita a los usuarios ejecutar títulos de Windows sin necesidad de complejas configuraciones ni máquinas virtuales.  Así, casi 50 años después, Apple vuelve a intentarlo. Y esta vez, quizá sí logre que sus ordenadores vuelvan a ser sinónimo de videojuegos.

Imagen de portada | kevgordon y The Steve Jobs Archive

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La historia secreta de cómo Steve Jobs consiguió que el Apple II fuera sinónimo de videojuegos (aunque no le gustaran)

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Applesfera

por
Álvaro García M.

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