No cabe duda de que el mercado de la telefonía móvil se encuentra en un punto algo inquietante de cara a 2026, y es que la sombra de la Inteligencia Artificial lo está consumiendo todo a nivel de recursos de hardware. No estamos ante una simple transición tecnológica, sino ante una crisis de suministro global que está obligando a los gigantes del sector a priorizar los centros de datos por encima del dispositivo que llevas en el bolsillo y eso, como era de esperar, tiene consecuencias directas para su precio final.
Lo que hace apenas tres años parecía una reliquia condenada al olvido, hoy emerge como una posibilidad cargada de ironía y casi necesidad. En septiembre de 2022, la narrativa era clara: el almacenamiento interno era el rey absoluto por su velocidad y eficiencia, dejando a las tarjetas micro SD como un parche lento y prescindible. Sin embargo, la ambición de integrar modelos de lenguaje complejos en cada terminal ha generado una escasez artificial que amenaza con devolvernos a soluciones que creíamos haber enterrado para siempre, o al menos a empezar a planteárnoslas de nuevo.
El retorno de lo que ya parecía en el olvido es una posibilidad muy real
Los que llevéis ya tiempo leyéndonos quizás recordáis un análisis que hicimos en el mes de septiembre del año 2022, un estudio donde tomábamos como referencia un Redmi Note 11 para demostrar que pagar 30 euros extra por el doble de almacenamiento interno era la decisión más inteligente. La tecnología UFS 2.2 aplastaba en rendimiento a cualquier tarjeta micro SD del mercado, ofreciendo velocidades de lectura que multiplicaban por seis lo que una SanDisk Extreme podía soñar pero claro, las cosas han cambiado mucho y los costes empiezan a no ser ni mucho menos los mismos.
Esta presión económica está empezando a gestar una posibilidad que tenemos que considerar como algo posible de cara al próximo año, y no es otra que volver a usar el soporte para micro SD si queremos un almacenamiento interno con mucha capacidad. Mientras que en el pasado la diferencia de precio entre versiones de almacenamiento era asumible, muy pronto nos encontraremos ante saltos de capacidad que llevarán consigo un sobrecoste mucho más elevado de lo que teníamos hasta ahora, así que tenemos que empezar a asumirlo desde ya.
En 2022, la versatilidad de la tarjeta externa perdía la batalla contra la agilidad del almacenamiento UFS; hoy, esa misma versatilidad está en riesgo ya que muchos se van a negar a pagar un sobrecoste por una memoria que el fabricante prefiere vender a empresas de servidores. Estamos presenciando cómo el progreso se muerde la cola: para alimentar el futuro de la IA, estamos degradando las opciones de hardware de los dispositivos, y parece que es una realidad irremediable a corto plazo.
Por lo tanto, si los costes de la memoria RAM y el almacenamiento continúan su ascenso meteórico impulsados por la demanda de los grandes centros de cálculo, el almacenamiento expandible dejará de ser una opción «vintage» para convertirse en una exigencia. La industria nos vendió la muerte de la micro SD en nombre de la velocidad, pero la realidad del mercado a día de hoy es bien distinta, así que no hay que perderlo de vista porque más pronto que tarde podría empezar a sonar como una posibilidad real.
Imagen de portada | Creada con IA
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La noticia
La IA está abriendo la posibilidad de volver al pasado: por qué la micro SD es una muy buena solución a un problema cada vez más creciente
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Mundo Xiaomi
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Daniel Vega
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