El emporio de Mark Zuckerberg comenzó con esa red social creada en la universidad llamada Facebook y fue extendiéndose con adquisiciones estratégicas como la de WhatsApp o Instagram. Después de su apuesta fallida por el metaverso, su último y gran objetivo es ganar la batalla de la IA con su Meta AI y está poniendo toda la carne en el asador: desde inversiones milmillonarias a fichajes galácticos. El siguiente paso: que Meta sea también una comercializadora eléctrica.
Según ha adelantado Bloomberg, Meta Platforms Inc. ha metido un pie en el mundo del comercio de la electricidad en Estados Unidos en un momento en el que el sector se está complicando. No es que Meta esté buscando diversificar su negocio para ganar más dinero (al menos, no directamente), sino que su objetivo es que las compañías eléctricas construyan una nueva generación de centrales, esenciales para cumplir su ambicioso plan en el terreno de la inteligencia artificial.
Primero fueron las redes sociales, ahora la energía
Sabemos que la inteligencia artificial consume mucha energía. De hecho, solo generar nueve imágenes es equivalente a una carga de móvil. Y aunque los modelos están ganando en eficiencia, la realidad es que la IA está en fase de expansión y eso solo significa una creciente demanda de electricidad de los centros de datos y de la propia IA que la infraestructura actual difícilmente puede satisfacer. De hecho, la propia Meta ya ha puesto encima de la mesa el uso de energía nuclear y se ha enfrentado a un enemigo inesperado: las abejas.
Según el medio financiero, al entrar en el comercio de la electricidad tendrían la flexibilidad suficiente como para firmar los tipos de contratos de compra de energía a largo plazo necesarios para impulsar la inversión en nuevas plantas, creando así una vía de salida de venta al excedente de suministro.
Esta decisión de Meta, aunque sorprendente, no es rara: aquellas empresas que consumen grandes cantidades de energía y materias primas usan mercados financieros para cubrir riesgos. Solo que en el caso de Meta, esta incursión llega cuando la demanda eléctrica se está disparando y sin visos de detenerse, lo que probablemente aumente también la volatilidad del mercado.
A Meta le podría pasar como a Ford. La historia nos da un buen ejemplo de cómo esa volatilidad le podría pasar factura por meterse en estos mercados financieros. La empresa del sector automovilístico se metió en el mercado del paladio para abastecer sus catalizadores con una sobrecompra. Después, tuvo que devaluar su inventario, lo que trajo una caída masiva de su precio. Algo parecido le podría pasar a Meta si quienes advierten que la IA es una burbuja llevan razón. Entonces, Meta podría acabar con mucha más electricidad de la que necesitan, lo que conllevaría una reventa a precios más bajos, afectando así a los mercados financieros.
El de la electricidad no es un mercado fácil precisamente y el contexto de uso actual menos si cabe, con un evidente cambio climático que origina olas de frío y de calor que provocan el encendido masivo de aires acondicionados y calefacciones. Y eso solo en el ámbito doméstico. Meta parece dispuesta a asumir estos riesgos con un objetivo: acelerar la construcción de centrales que hagan que la capacidad eléctrica de Estados Unidos suba de nivel para así intentar erigirse como potencia hegemónica.
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La noticia
La IA necesita tanta energía que Meta ha tomado una decisión: hacerse comercializadora eléctrica
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Genbeta
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Eva R. de Luis
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