La Nintendo 64 fue una consola extraña en demasiados sentidos. Desde la misma forma del dispositivo, el diseño atípico de su control, hasta el uso de cartuchos en pleno auge de los discos. Pese a todo, la N64 dejó un legado imposible de negar en lo que respecta al desarrollo de juegos en tercera dimensión.
Por otro lado, la N64 no fue un éxito en ventas, esto principalmente porque se enfrentó contra la PS1. En ese contexto, las personas se quedaron con la percepción de que la máquina de PlayStation era superior a la de Nintendo en cuanto a hardware, pero más bien era un 50/50. Eso sí, la N64 fue la primera consola en incluir esta moderna función física, que los sistemas actuales aún tienen.
La función de hardware en la que la Nintendo 64 innovó
En los noventa, era muy común que los gráficos en los juegos se presentaban con líneas diagonales, curvas y sombras que se veían rígidas o pixeladas, sobre todo en 3D. Esto pasaba porque las consolas no tenían suficiente potencia para suavizarlos, hasta la llegada del anti-aliasing en la N64, que logró que todo se viera más uniforme.

El anti-aliasing venía en el chip de la N64 que se encargaba de preparar la emisión final antes de enviarla a las televisiones. Esta parte del hardware se llama Video Interface (VI) y opera como un filtro automático, porque tomaba la imagen ya renderizada y le aplicaba una refinación que daba el último toque a la imagen.
Las consolas modernas aún usan el anti-aliasing
La N64 marcó un precedente en cuanto a optimización de imagen en los videojuegos. Esto llegó a tal grado que las siguientes generaciones de consolas siguieron utilizando el anti-aliasing. En la actualidad, los sistemas modernos como la PS5 y la familia de Xbox Series X/S también lo emplean, pero en versiones más sofisticadas, eficientes y rápidas.

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La N64 fue la primera consola en incluir esta moderna función en su hardware: los sistemas actuales aún lo tienen
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3DJuegos LATAM
por
Irvin Escalona
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