La salud de la batería es un buen indicador para saber si este componente está en buen estado o tenemos que empezar a plantearnos un cambio. Pero no siempre es un dato en el que debamos creer a pies juntillas: la degradación no es lineal y, además, un mal calibrado puede darnos “falsos positivos”.
Mi batería afirma estar al 100%, pero la experiencia me dice que debo coger este dato con alfileres
Hace casi ocho meses cambié de móvil y me propuse cuidar su batería todo lo posible para que aguantara lo máximo. A fin de cuentas, esto fue lo primero que falló en mi anterior teléfono y esta vez quería hacer las cosas lo mejor posible. Ahora intento no dejarlo toda la noche cargando y no machacarlo con vídeos, además de seguir otras rutinas para estirar su vida útil.
De momento, me va bastante bien. La batería me aguanta tranquilamente el día entero, incluso día y medio si no he tenido un uso excesivo, y en el apartado de la salud (que se puede consultar en ‘Ajustes’ – ‘Batería’ – ‘Más ajustes de la batería’ – ‘Salud de la batería’) sigue apareciendo un flamante 100%.
Está como nuevo. O eso dice el sistema operativo porque yo, desde luego, no me lo creo. Tras casi ocho meses y 146 ciclos de carga (este dato también lo puedes consultar en ‘Más ajustes de la batería’) me resulta muy difícil de creer que siga al 100% de capacidad.
No son dudas infundadas, ya me ocurrió con mi iPhone 11 Pro Max que se pasó unos cuatro años con el 100% de batería como dato teórico, pero con un desempeño que para nada se acercaba al de los primeros días. Además, en el momento en que empezó a perder porcentaje, comenzó la caída libre y en tan solo unos meses ya se mostraba por debajo del 80%. Todavía lo sigo usando, sí, pero la batería está machacadísima.
Por qué ocurre esto
Aunque la salud de la batería nos puede dar una buena pista de cómo vamos, es un dato que no debes creer a ciegas y a veces conviene aplicar un poquito de sentido común. Es un indicador orientativo y debemos tratarlo como tal.
¿Por qué sucede esto? Principalmente, por dos motivos. Primero hay que tener en cuenta que la degradación no es lineal. Es decir, hay factores que pueden acelerar su caída de capacidad, como someterlo a temperaturas extremas, abusar de la carga rápida, “estresar” a la batería con cargas al 100% y descargas al 0%, entre otros.
También hay otro factor que entra en juego y es la calibración de la batería. Si tu móvil se queda clavado en un 100% como si el tiempo no pasara por él, puedes sospechar de un problema de recalibración del software que mide esto. Si permaneces mucho tiempo con un porcentaje y de repente este cae estrepitosamente en pocos días o semanas, es muy probable que se trate de una corrección en la calibración.
Un dato curioso que en la práctica no cambia nada
Aunque conocer este dato puede ser útil en algunos casos, no debemos obsesionarnos con él. A fin de cuentas, no es más que una cifra orientativa que se calcula de forma aproximada teniendo en cuenta diferentes factores, como los ciclos de carga realizados.
Puede haber fallos de calibración y eso no significa que la batería esté mejor o peor. Es un dato que ayuda al usuario a estimar en qué estado se encuentra (más del 80% suele ser un buen número), pero en ningún caso es una verdad absoluta.
Lo que realmente es importante es la autonomía real que nos dé en el día a día, sabiendo que la caída no va a ser lineal. Esto vale mucho más que los porcentajes de salud de la batería que, en cualquier caso, no nos va a ayudar a evitar esa degradación natural. Obsesionarse no tiene ningún sentido.
Imagen de portada | Generada con ChatGPT
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La noticia
La salud de la batería de mi móvil sigue al 100% después de ocho meses. Mi experiencia me dice que no me fíe de este dato
fue publicada originalmente en
Xataka Android
por
Noelia Hontoria
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