Hace unos días veíamos cómo ya algunos nómadas digitales que viven en lugares negativamente afectados por su presencia, por la falta de integración y por la subida de los precios (incluso por cómo van cambiado la arquitectura de las ciudades) se comienzan a replantear su rol como ciudadanos privilegiados en una comunidad donde no se esmeran por integrarse (o incluso pecan de discriminación). Hemos compartido testimonios de gente inglesa y estadounidense en Portugal y México hablando sobre el tema.
Las cifras apuntan a que cada vez hay más nómadas digitales de países ricos que, o se mudan una temporada a otro país del sur global o se dedican a viajar por diferentes lugares (Barcelona es un destino cada vez más popular). Al mismo tiempo, este estilo de vida se muestra como ideal en las redes sociales, atrayendo a más personas con el tiempo.
Yo, como persona que se ha pasado muchos años viviendo en lugares diferentes del mundo gracias a poder teletrabajar, veo que las personas tienen muy idealizado ese estilo de vida por lo que ven en las redes sociales (la foto de alguien trabajando delante del mar como uno de los mayores reclamos a este estilo de vida), que en ocasiones puede ser agotador y llevar a muchos retos.
Para mí, siempre el más importante el de adaptarte y respetar la idiosincracia local y hacer amistades nuevas en el país de destino comprendiendo las diferencias culturales y sin juzgar. Pero además es un constante tomar decisiones, adaptarse a personas nuevas, cuidar la economía y echar de menos y perderte muchos momentos de tu familia y amistades que quedaron en tu lugar de origen.
Principales retos
Como explican desde Therapy in Barcelona, los principales desafíos de salud mental de los nómadas digitales son los siguientes: Soledad y aislamiento (tasas de depresión tres veces más altas en comparación con los no nómadas); falta de rutina y estabilidad (que altera el bienestar mental fundamental); agotamiento por viajes debido a mudanzas frecuentes; estrés por adaptación cultural y confusión de identidad; inseguridad financiera que causa ansiedad crónica; la falta de equilibrio entre la vida laboral y personal que conduce al agotamiento.
La visión romántica de trabajar desde cualquier lugar a menudo enmascara importantes problemas de salud mental. Un estudio de 2018 reveló que los expatriados reportaron sentirse deprimidos tres veces más que los trabajadores residentes en EE. UU., y el 25% expresó ansiedad o nerviosismo, más del doble que la tasa nacional. Para muchos nómadas, el cambio constante que al principio resulta emocionante puede, con el tiempo, socavar las necesidades psicológicas básicas: estabilidad, pertenencia y conexión.
Además, el Informe Global Living, elaborado por bunq, un neobanco europeo, encuestó a casi 5000 trabajadores internacionales para descubrir las realidades del cada vez más popular estilo de vida nómada digital. Entre los hallazgos más sorprendentes, el 31% de los británicos reportó tener problemas de salud mental mientras vivían en el extranjero. La misma proporción admitió haber sentido la necesidad de ocultar aspectos de su identidad personal, como opiniones políticas, creencias religiosas o sexualidad, debido a las diferencias culturales en sus países de acogida.
Por otro lado, casi un tercio (31%) de los encuestados reveló haberse perdido eventos importantes como bodas o funerales de amigos cercanos o familiares, y el 12% se perdió específicamente un funeral. Si bien la libertad financiera a menudo se promociona como una ventaja del trabajo remoto internacional, la realidad parece más matizada. Aunque el 28% de los nómadas digitales británicos reportaron un aumento en sus ahorros y el 22% se sintieron más seguros financieramente desde que dejaron el Reino Unido, más de una cuarta parte (29%) se encontró con una situación financiera más precaria o gastando más de lo previsto.
Imagen | Foto de Johnny Africa en Unsplash
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La noticia
La salud mental de los nómadas digitales o cómo vivir viajando afecta a la psicología: una decisión que no es siempre tan idílica
fue publicada originalmente en
Genbeta
por
Bárbara Bécares
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