Si 2026 va a ser un año bueno o malo es algo que nadie sabe, lo que sí está claro es cómo va a arrancar: a ritmo de doce campanadas, con uvas, pendientes (más o menos) del vestido de ‘la Pedroche’ y entre fuegos artificiales, el peculiar «pack» con el que España festeja cada Nochevieja desde hace años. De esos ingredientes hay uno sin embargo que lleva tiempo en la cuerda floja: la pirotecnia.
Quizás nos guste recibir el nuevo año entre tracas y petardos, pero… ¿Justifica eso el riesgo que suponen o las molestias que causan a personas sensibles al ruido y las mascotas? En Vitoria-Gasteiz han optado por una solución salomónica.
Nochevieja entre tracas. La Navidad tiene ciertas tradiciones que son consustanciales a las fiestas. Aquí y en la mayor parte de Occidente. Están los árboles, las luces leds en las calles, el espumillón, los turrones, los regalos, Papa Noel, los debates de sobremesa… y los petardos y fuegos artificiales con los que cada Nochevieja las ciudades se despiden del año saliente y reciben el entrante.
El problema es que la pirotecnia no se ve con los mismos ojos ahora que hace unas décadas. A medida que el mundo ha ido tomando conciencia del impacto que tiene entre las personas sensibles al ruido y las mascotas han surgido una serie de preguntas: ¿Compensa? ¿Está justificado el uso de un artículo que al final es puramente recreativo si causa malestar a parte de la población?
Hay quien cree que no. Y está tan convencido de ello que incluso ha lanzado campañas para prohibir o restringir los fuegos artificiales durante ciertas celebraciones, algo que hemos visto en Suiza, Chile o (también) España.
El debate de los debates. No es un tema sencillo. En general el uso de petardos está regulado por normas que establecen límites, pero la ley también deja cierto margen de maniobra a los ayuntamientos. Y eso, en momentos como Navidad, en los que la pirotecnia está tan arraigada, supone un problema.
Una búsqueda rápida en Google muestra que hay ciudades que apuestan por grandes espectáculos, impulsados desde los ayuntamientos, mientras otras han optado por recalcar en los últimos días la prohibición de que sus vecinos usen tracas, petardos, cohetes y demás pirotecnia en las calles sin permiso.
Uno de los casos más sonados es el de Vigo, que hace dos semanas lanzó un bando en el que recalca que no permitirá «el uso de artificios pirotécnicos en las vías y espacios públicos, salvo que se disponga de una autorización municipal expresa». La medida enfureció al sector, aunque en realidad Vigo no es la única localidad que ha publicado un bando para regular el uso de petardos el día 31.
La solución salomónica de Vitoria. Con ese telón de fondo resulta interesante la solución por la que ha optado Vitoria-Gasteiz. Allí las autoridades permitirán el lanzamiento de petardos para recibir el año nuevo, aunque con un «pero» importante. Quien quiera despedirse a lo grande de 2025 deberá hacerlo mirando el reloj, entre el momento exacto en el que suenen las 12 campanadas y las doce y cuarto de la madrugada. Si se deja llevar por el entusiasmo y sigue lanzando petardos pasados esos 15 minutos se arriesgará a una multa.
¿Y eso por qué? Porque el Consistorio ha publicado un bando en el que abre una ventana de 15 minutos (los primeros de 2026) para festejar con pirotecnia el cambio de año. Una vez finalizada esa breve ‘tregua’ la gente ya no podrá salir a las calles y plazas para lanzaR petardos. Es más, el Ayuntamiento advierte que a partir de las 00.15 h del 1 de enero los policías pueden aplicar el artículo 30 de la Ordenanza municipal contra el Ruido y las Vibraciones, que contempla la posibilidad de presentar denuncias y abrir expedientes sancionadores.
El bando en cuestión, publicado el viernes 26, aclara que su objetivo es «compaginar» dos realidades aparentemente opuestas: la «legítima celebración del Año Nuevo» y la prohibición de causar ruidos excesivos en las calles. Por esa razón el Ayuntamiento avisa que «tolerará» en la vía pública el uso de petardos, tracas, cohetes y bengalas «coincidiendo con la entrada del Año Nuevo». Y por si quedasen dudas, aclara que ese margen se acotará entre las 00.00 y 00.15 h.
Una norma, un ruego. El Ayuntamiento no se queda ahí. Aunque da carta blanca para usar pirotecnia en espacios públicos durante un cuarto de hora, el bando pide también a los vecinos que actúen de forma responsable e intenten llevar sus celebraciones lejos de hospitales, clínicas, residencias de mayores, centros donde haya animales y por supuesto gasolineras, depósitos de gas y combustible o ciertas instalaciones públicas, como las comisarías.
Otra cosa es que la medida funcione. Gasteiz Hoy recuerda que la tregua de los primeros 15 minutos del año no es exactamente nueva. Lleva ya algún tiempo aplicándose, lo que no ha evitado que se escuchen ruidos toda la noche.
Imágenes | Alberto Cabello (Flickr), AFA Hirigintza / DFA Urbanismo (Flickr) y Shaury Nash (Flickr)
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La noticia
La solución de Vitoria para el debate de los fuegos artificiales y petardos en Nochevieja: una «tregua» de 15 minutos
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Carlos Prego
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