Las imágenes por satélite no dejan lugar a dudas: Rusia está expandiendo hasta cinco bases nucleares secretas

Las imágenes por satélite no dejan lugar a dudas: Rusia está expandiendo hasta cinco bases nucleares secretas

A finales del mes de mayo unas imágenes satelitales descubrían cuáles eran las intenciones de Rusia sobre la mayor central nuclear de Europa. Ahora, en medio del aumento de tensiones nucleares a raíz de la guerra en Ucrania, nuevas imágenes desde el espacio han revelado un patrón alarmante de expansión y renovación en cinco bases nucleares rusas que hasta ahora operaban en gran parte fuera del escrutinio internacional.

Secretas, o casi. Lo contaba en un extenso reportaje Insider a través de las imágenes captadas por la empresa estadounidense Planet Labs y analizadas por expertos en armamento estratégico. Las fotografías muestran una serie de estructuras nuevas, carreteras reforzadas, bunkers enterrados y perímetros de seguridad múltiples que apuntan a una inversión sistemática y sigilosa en la infraestructura nuclear rusa.

Aunque parte de estas mejoras podrían considerarse mantenimiento ordinario, la escala, el ritmo y la naturaleza de las construcciones revelan algo más profundo: una reafirmación del poder nuclear ruso como herramienta de disuasión, influencia y supervivencia ante el declive de sus fuerzas convencionales.

Base de Asipovichy

Asipovichy: el nuevo enclave nuclear. La base bielorrusa de Asipovichy, que ha ganado notoriedad desde que Putin y Lukashenko anunciaron que Bielorrusia podría albergar armamento nuclear ruso, presenta ahora triple vallado, entradas camufladas, rampas cubiertas para descarga de ojivas y un búnker oculto entre árboles. Aunque aún no hay indicios de presencia activa de ojivas, la infraestructura está lista para recibirlas desde depósitos mayores, como el de Briansk.

Una gran plataforma y una nueva carretera sugieren que el transporte ferroviario sería el medio logístico elegido, en coherencia con los procedimientos estándar rusos. Además, un segundo complejo en la misma ciudad muestra lanzadores móviles de misiles Iskander, capaces de portar cabezas nucleares, alojados en hangares recientemente ampliados, lo que refuerza la idea de un nodo táctico completamente funcional.

Base de Gadzhiyevo

Gadzhiyevo: escondite de misiles intercontinentales. Al norte, en la base naval de Gadzhiyevo, cerca del Ártico, las imágenes muestran una actividad intensa en el complejo montañoso donde se almacenan armas nucleares para submarinos estratégicos. Fotografías anteriores ya habían captado el izado de ojivas junto a grúas especializadas, y las nuevas construcciones parecen ser hangares o talleres para misiles aún no armados.

A escasos kilómetros, los submarinos balísticos nucleares rusos de la Flota del Norte esperan cargamentos en muelles especialmente equipados, recordando que desde este enclave pueden lanzarse ataques capaces de devastar ciudades enteras en minutos.

Base de Kaliningrado

Kaliningrado: el arsenal encubierto. En el enclave ruso de Kaliningrado, entre Polonia y Lituania, un depósito con múltiples niveles de cercado ha despertado desde hace años las sospechas de los analistas como potencial centro de armas nucleares tácticas. Las últimas imágenes confirman reformas en búnkeres enterrados y la aparición de estructuras nuevas, como una pequeña edificación idéntica a otra en Asipovichy, cuya función sigue sin esclarecerse.

A pocos kilómetros, una unidad de mantenimiento nuclear heredada de la era soviética da aún más peso a la hipótesis de un almacenamiento activo de armamento nuclear, reforzando la amenaza latente en una de las zonas más sensibles del flanco oriental de la OTAN.

Base de Kamchatka

Kamchatka: amenaza latente frente a Alaska. Al otro lado de Eurasia, la remota península de Kamchatka, frente a Alaska, acoge instalaciones para el despliegue del torpedo nuclear Poseidón, un arma propulsada por energía atómica capaz de recorrer miles de kilómetros bajo el mar antes de detonar.

Aunque no está claro si está operativo, las recientes construcciones en esta base (entre ellas dos nuevos edificios posiblemente usados como almacenes de ojivas) indican un avance sostenido en su preparación. La similitud arquitectónica con otras bases nucleares y la presencia de cercados triples en algunas estructuras refuerzan la idea de que aquí también se alojan armas atómicas o sus sistemas de lanzamiento.

Novaya Zemlya: base de pruebas resucitada. Finalmente, en el archipiélago ártico de Novaya Zemlya, histórico centro de ensayos nucleares de la Unión Soviética y escenario de la detonación de la bomba Tsar, las imágenes captan una notable expansión en la base de apoyo de Severny. Nuevos edificios y túneles excavados en la montaña, junto a antiguos accesos sellados, sugieren una revitalización del complejo como centro de experimentación subcrítica o como plataforma lista para una eventual reanudación de pruebas nucleares.

Si bien Moscú y Washington mantienen una política similar de mantener operativos estos lugares sin ensayar armas de alto rendimiento, la intensificación de trabajos en Novaya Zemlya alimenta temores sobre el posible retorno de los ensayos activos.

El renacer de una carrera. La modernización simultánea de estas cinco bases, algunas completamente nuevas (repartidas entre el Báltico, el Ártico, el corazón de Bielorrusia y la costa del Pacífico), ilustra cómo Moscú está reconstruyendo su postura estratégica bajo la presión de una guerra prolongada en Ucrania y del deterioro de su poder convencional. Con un arsenal activo estimado en 4.300 ojivas, el mayor del mundo, Rusia se apoya cada vez más en su herencia nuclear como escudo y espada ante la OTAN y Estados Unidos.

Mientras y como hemos contado, Washington sigue adelante con su propio programa de renovación del trípode nuclear, y China incrementa discretamente su capacidad atómica, configurando así un escenario global donde el equilibrio nuclear vuelve a convertirse en el eje de la disuasión, la amenaza y la supervivencia estratégica.

Imagen | Google Earth, Planet Labs

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Las imágenes por satélite no dejan lugar a dudas: Rusia está expandiendo hasta cinco bases nucleares secretas

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Miguel Jorge

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