Un par de chanclas rotas en una foto subida automáticamente a la fototeca de iCloud. Esa fue la combinación perfecta que Jason Zhao necesitaba para encontrar al ladrón que había robado el iPhone de su padre en un supermercado de Toronto. La tecnología de Apple lo llevó hasta un casino al otro lado de la ciudad, pero fueron unas simples chanclas las que identificaron al culpable entre cientos de personas.
Todo comenzó un lunes por la mañana, cuando el padre de Jason perdió de vista su iPhone nuevo durante unos segundos en un supermercado. Tiempo suficiente para que alguien se lo llevara. Pero Jason, armado con la app Buscar, decidió convertirse en detective.
Comienza la caza: rastreando paso a paso al iPhone
A través de la app Buscar, Jason vio cómo el ladrón se dirigía inmediatamente al Pacific Mall. El plan del ladrón era borrar el teléfono o venderlo. Pero Jason se había adelantado y ya había activado el Modo Perdido de forma remota. El ladrón se quedó 40 minutos en el centro comercial sin conseguir nada.
Entonces la fototeca de iCloud le dio a Jason la mejor de las sorpresas. Una foto apareció automáticamente en el iPad de su padre: el ladrón había abierto la cámara por accidente y se había fotografiado los pies. Llevaba un par de chanclas muy distintivas y completamente gastadas. Gracias a la sincronización de las fotos, Jason pudo ver un detalle que más adelante lo sería todo para recuperar el iPhone robado.
La señal guía a Jason hasta la guarida del ladrón
La app Buscar mostró el siguiente movimiento: el ladrón tomó un autobús, después el metro y, finalmente, llegó a un edificio residencial. Lamentablemente, era un recinto con acceso restringido, donde Jason no podía entrar y ponerse a llamar puerta por puerta.
Para aumentar la tensión, Jason tenía reuniones de trabajo programadas a las 14:20 de la tarde, pero no podía quitarse el robo de la cabeza. Siguió revisando la ubicación en vivo durante todo el día, esperando que algo cambiara.
Y algo cambió. A las 17:40, el iPhone empezó a moverse de nuevo. Entró en una estación de metro, donde perdió la señal bajo tierra. Pero al salir, reapareció en un lugar inesperado: un casino en el extremo oeste de Toronto.
El iPhone reaparece en un casino al otro lado de la ciudad
Como el ladrón se quedó en el casino más de dos horas, Jason vio una oportunidad: utilizar este lugar público y seguro para actuar. A las nueve de la noche condujo 35 kilómetros a través de la ciudad para encontrarse con el ladrón. La única pista física que tenía era esa foto accidental de los pies y esas chanclas destrozadas.
Una vez dentro del casino, Jason siguió la ubicación del iPhone en directo a través de la app Buscar. Activó la función «Reproducir sonido», pero el lugar resultaba demasiado ruidoso como para oír algo así. Así que cambió de estrategia: decidió buscar las chanclas.
La búsqueda de las chanclas legendarias
Jason caminó por el casino analizando los pies de cada persona. Y finalmente las vio: un par de chanclas que coincidían exactamente con la foto de la fototeca de iCloud. Para estar completamente seguro, se sentó detrás del hombre y activó la función «Reproducir sonido» de nuevo. Aunque no pudo oír nada por el ruido ambiental, vio algo: el hombre sacó de repente el iPhone del bolsillo, lo miró, lo silenció rápidamente y se lo volvió a guardar. Bingo.
Jason se acercó al mostrador de seguridad del casino, pero le dijeron que no podían intervenir porque el robo no había ocurrido en su propiedad. Tendría que llamar a la policía él mismo.
Media hora de espera mientras el ladrón deambula
La línea de no emergencia de la policía lo mantuvo en espera durante 30 minutos. Probó con el 911, pero le dijeron que no era una emergencia y lo remitieron de vuelta a la línea de no emergencia. Otros 30 minutos de espera.
Mientras tanto, el ladrón empezó a sospechar que algo andaba mal. Comenzó a caminar nerviosamente por el casino, dando vueltas como si tratara de perder a alguien que lo estuviera siguiendo. Jason se preocupó: el ladrón podría escaparse o, peor aún, volverse agresivo. Llamó al 911 una segunda vez, pero esta vez cambió su enfoque:
El tipo parece agitado y podría volverse agresivo. Me siento inseguro.
Esta vez, la policía sí respondió. El ladrón estaba justo saliendo del casino para fumar cuando llegaron los agentes. Jason rápidamente se lo señaló a los policías.
Un oficial se acercó al hombre y le preguntó qué tenía en sus bolsillos. El ladrón dudó por unos segundos, claramente nervioso, y luego sacó dos teléfonos. Uno de ellos era el iPhone que pertenecía al padre de Jason. El oficial le devolvió el teléfono a Jason inmediatamente y esposó al ladrón en el acto. Pero había un problema: la tarjeta SIM había desaparecido del iPhone.
Un registro más exhaustivo del criminal dio con un mechero, cigarrillos y, escondida entre algunos pañuelos arrugados, la tarjeta SIM que había sacado del iPhone. Jason lo había conseguido.
Ladrón siendo detenido en la puerta del casino
«Todos nos reímos de que la única razón por la que lo encontramos fue gracias a esa foto accidental de sus pies», reconoció Jason después. «Así que gracias, chanclas rotas.»
La policía de Toronto, como era de esperar, recomienda que la gente reporte estos incidentes a los agentes en lugar de perseguir a los ladrones por su cuenta. Y tienen razón: lo que hizo Jason fue arriesgado y podría haber salido mal.
Al final, Jason recuperó el iPhone gracias a una combinación que no habíamos visto antes: la precisión de la app Buscar y la torpeza de un ladrón que no cayó en en que la fototeca de iCloud (junto a sus chanclas rotas) podían convertirse en su peor enemigo.
Fuente | The Star
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La noticia
Le robaron el iPhone y la app Buscar lo llevó hasta un casino. Pero encontrar al ladrón requería algo más: una foto de sus chanclas rotas
fue publicada originalmente en
Applesfera
por
Guille Lomener
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