Tras el viaje exprés que realizó a Panamá para reencontrarse con la princesa Leonor, la reina Letizia ha vuelto el trabajo y lo ha hecho además en una cita que le ha hecho mucha ilusión, la visita a los libreros de la conocida Cuesta de Moyano de Madrid, demostrando una vez más su apoyo al mundo de la cultura.
Para esta ocasión ha sorprendido con un estilismo muy cómodo a la vez que favorecedor, con el que deja claro que no solo está al tanto de las tendencias estilísticas, sino que cada vez se preocupa más por la salud de sus pies.
Lo que más ha llamado la atención de su vestuario ha sido el trench con el que se ha protegido del tiempo fresco de Madrid, confeccionado en una combinación de blanco y negro tan atemporal como llamativa. Se trata de una gabardina de la firma Mirto que ya ha lucido en otras ocasiones, en la época de la pandemia, a la que ahora da una segunda vida. Está confeccionada en un patrón de tres cuartos, es de corte ancho y tiene un llamativo cuello camisero, además de detalles a la altura de las mangas.
Lo ha conjugado con unos pantalones de corte recto, tiro medio y pernera ancha de largo capri. Un básico en toda regla que permite hacer combinaciones como la que ha hecho este viernes la reina.
La parte superior de su conjunto no se ha podido ver debido a la chaqueta, pero si se ha intuido que también era de color negro. La otra gran sorpresa estaba en sus pies como apuesta estrenado unos zapatos de tipo Mary Jane. Son de la firma Sezáne y se trata del modelo Babies Paula Negro Charol. Su precio es de 155 euros y destacan por su doble tira cruzada en el empeine, su acabado acharolado y un tacón cuadrado cómodo y llamativo.
En cuanto al bolso, la reina Letizia ha optado por uno de la firma Uterqüe, una de sus favoritas para los complementos, si bien es cierto que cerró hace años. Este modelo es de asa fina y cuenta con una llamativa solapa rematada con tachuelas metálicas que le añaden un punto juvenil y rompedor.