Lo que empezó como una protesta contra las redadas antiinmigración en Estados Unidos derivó en batallas campales en las calles de Los Ángeles y la movilización de 2.000 efectivos de la Guardia Nacional y 700 marines. Esta misma mañana. Donald Trump ha confirmado que doblará las fuerzas de este primer cuerpo y, ante las dudas sobre su legalidad, ha confirmado que se desplegarán 4.000 efectivos de la Guardia Nacional.
Durante cuatro días, la tensión ha ido en aumento hasta el punto de confrontar contra la policía, atacar diversos comercios y quemar coches.
Y en mitad de toda esta lucha, hay un claro afectado por las protestas: Waymo.
Waymo, objetivo de las protestas
Sin camiseta, con la cara tapada y ondeando una bandera de México subido al techo de un coche de Waymo completamente vandalizado. Es, sin duda, una de las imágenes más representativas de las protestas que se están llevando a cabo en Estados Unidos.
«A veces una imagen dice todo lo que decir», señala en su publicación Aldo Butazzoni, periodista conservador que está siguiendo los disturbios en la calle.
Subirse al techo de vehículo de Waymo no es casual. La compañía que tiene activo un servicio de robotaxis en la ciudad está siendo una de las empresas que más ataques está recibiendo, viendo cómo los manifestantes destrozan por completo sus coches.
El pasado 8 de junio, una fotografía se viralizó. Mostraba al menos, tres vehículos en llamas. La compañía elevó la cifra a cinco automóviles y confirmó que pausaba temporalmente el servicio ante las protestas. En Los Ángeles Times aseguraban que los manifestantes llegaron a lanzar patinetes compartidos de la empresa Lime contra los vehículos para acceder al interior. En sus fotografías también se ve a una persona intentando romper una de las ventanillas delanteras con una tabla de skate.
Pero, ¿por qué este ataque virulento a la compañía?
Más allá del evidente daño que se hace al mobiliario urbano con la quema de estos coches y la intención de poner dificultades a la labor policial, todo indica que la compañía está siendo duramente atacada por los manifestantes por motivos más profundos.
Desde que Waymo se puso en marcha han sido múltiples los ataques a la compañía. En julio del año pasado, una persona fue acusada de pinchas las ruedas a 17 vehículos de Waymo. Pero no ha sido el único acto vandálico, los meses previos se incendiaron y destrozaron coches de la compañía en Los Ángeles y San Francisco, donde también operan.
«Waymo carece de humanidad. Es caro y los políticos, que lo han fomentado, lo usan como excusa para dejar de financiar el transporte público. Espero que Waymo se derrumbe.
Con estas palabras explicaba Elise Joshi, conocida activista climática, su postura ante los ataques a Waymo de estos días en una publicación en X.
El servicio de Waymo siempre ha estado rodeado de polémica. Pese a que ya se está acercando a los 800.000 viajeros mensuales, la compañía ha tenido que lidiar con al oposición de quienes ven en el servicio un ataque contra el transporte público, una herramienta más de las grandes tecnológicas de ganar dinero sin emplear personas y un problema en la movilidad del día a día.
En los últimos años hemos visto, por ejemplo, cómo los servicios de erobotaxis provocaban diversos problemas de movilidad. Algunos de poca importancia, como las casi 600 multas que acumularon los coches de Waymo por aparcar donde no debían en un solo año. Pero también de mayor gravedad, como el coche de Cruise que aparcó encima de una mujer atropellada o los vehículos que complicaban la labor de los bomberos.
Las derivadas del impacto de estas empresas de robotaxis son amplísimas. Hasta el punto de que hay quien se ha cuestionado si son los causantes de más problemas para la vivienda en ciudades como San Francisco.
Vigilancia constante
Hay otra gran derivada de por qué los coches de Waymo están siendo constantemente atacados. Más allá del posicionamiento social o político ante el servicio, cuando alguien vandaliza un coche de Waymo se asegura de que éste no pueda ser utilizado por la policía.
Señalan en Time que las fuerzas policiales están utilizando las cámaras de Waymo de manera recurrente en sus investigaciones. Cada Jaguar I-Pace de Waymo cuenta con 29 cámaras para controlar todo lo que se produce alrededor. Eso los convierte en un poderoso activo para la policía.
En 404 Media publicaron el pasado mes de abril que el Departamento de Policía de Los Ángeles subió este vídeo a Youtube para pedir colaboración ciudadana a la hora de localizar al conductor de un vehículo que habría atropellado a una persona en un accidente que nada tenía que ver con el desempeño del robotaxi.
En aquel artículo, Waymo aseguraba que estudiaba al detalle todas las peticiones de la policía y que no entregaba imágenes de manera indiscriminada pero en Bloomberg ya señalaban en 2023 que el procedimiento de auxiliarse en estos vehículos estaba siendo cada vez más habitual.
De hecho, el medio señalaba que no sólo Waymo ha sido apelado por la policía a la hora de recabar información por un supuesto delito. Las fuerzas del orden también habrían pedido imágenes a Tesla, según el medio económico, ya que sus cámaras están grabando en todo momento lo que ocurre a su alrededor. De hecho, la compañía de Elon Musk ha sido acusada de grabar a sus propios propietarios en sus casas sin que éstos lo supieran.
«Sabemos desde hace mucho tiempo que son esencialmente cámaras de vigilancia sobre ruedas», aseguraba Chris Gilliard, miembro del Carnegie Council por la Ética en los Asuntos Internacionales a Bloomberg. «Se supone que debemos ser capaces de hacer nuestra vida cotidiana sin ser perseguidos a menos que se nos sospeche de un delito, y cada pedacito de esta tecnología elimina esa capacidad», concluía.
Foto | Paul Goyette y Waymo
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La noticia
Los robotaxis de Waymo se han convertido en un arma para el control policial. Y en Los Ángeles los están quemando
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Alberto de la Torre
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