La industria láctea argentina no suele ser sinónimo de innovación en el mundo de las franquicias, pero Luz Azul, con más de 50 años de historia, está cambiando esa percepción. Desde su planta en Azul, provincia de Buenos Aires, la marca ha consolidado un modelo de negocio disruptivo que no solo fusiona la tradición productiva con una estrategia comercial moderna, sino que además promete un rápido retorno de inversión para sus franquiciados.

Cuál es la fórmula del éxito: Vender de forma directa, sin intermediarios.
Bajo la dirección de Gabriela Benac desde 2012, Luz Azul ha acelerado su expansión hasta alcanzar más de 70 franquicias operativas en todo el país. La clave de su éxito es simple pero poco común en el sector: la venta directa de fábrica al consumidor final, eliminando por completo la cadena de intermediarios.
Este enfoque garantiza la calidad y continuidad en el abastecimiento de todos sus productos –desde quesos y dulce de leche hasta lácteos frescos–, y lo que es más importante para el franquiciado, mejora considerablemente los márgenes de ganancia. Luz Azul es la única franquicia en el rubro lácteo que opera con este canal directo, lo que se traduce en una ventaja competitiva decisiva.

Luz Azul es un negocio flexible y altamente rentable
Los locales de Luz Azul operan bajo un esquema de autoservicio, ofreciendo productos lácteos a precios competitivos. Además del canal minorista, los franquiciados tienen la oportunidad de diversificar sus ingresos incorporando un segundo eje de negocio con venta mayorista, maximizando la rentabilidad de cada punto de venta.
Lo que realmente diferencia a Luz Azul en el saturado mercado de franquicias es su modelo financiero: no cobra regalías mensuales. Este factor, sumado a un canon de ingreso de US$ 10.000 y una inversión inicial total que ronda los US$ 68.000 (incluyendo un stock inicial de US$ 15.000), hace de esta una propuesta sumamente atractiva. Con un contrato de cuatro años, la marca estima que el recupero de la inversión se logra en un promedio de tan solo 18 meses.
Cada franquicia genera empleo para unas tres personas en promedio, y aunque por ahora su foco está en el mercado argentino, Luz Azul ya se encuentra trabajando para llevar su exitoso modelo a otros países de la región.