Es probable que en los últimos meses hayas visto alguna noticia sobre el fin del soporte de Windows 10. Y si tienes un ordenador con ese sistema, probablemente ya estés valorando cuándo dar el salto a Windows 11 o buscar una alternativa. La idea de quedarse con un sistema operativo sin soporte técnico suele interpretarse como una imprudencia. Y con razón: implica perder parches de seguridad, compatibilidad con nuevas aplicaciones y protección ante amenazas.
Sin embargo, no todo el mundo parece estar tan preocupado por mantenerse actualizado. Y el ejemplo más inesperado llega desde un sector tan importante como delicado: el control del tráfico aéreo en Estados Unidos. Allí, parte de las torres de control aún dependen de tecnologías que parecen sacadas de otra era. Literalmente, del siglo pasado.
El dato lo confirmó esta semana Chris Rocheleau, administrador interino de la FAA (la Administración Federal de Aviación), en una comparecencia ante el Comité de Asignaciones de la Cámara de Representantes. Su intervención fue clara: hay torres que todavía utilizan tiras de papel y disquetes para gestionar la coordinación de vuelos. Tecnologías introducidas en los años setenta y que hoy siguen operativas en algunos aeropuertos del país.
La cadena pública NPR ha añadido más leña al fuego: asegura que también persisten ordenadores que funcionan con Windows 95 (sí, los trenes de Suecia no son los únicos con este sistema). Aunque más moderno que los disquetes, se trata de un sistema cuyo soporte extendido finalizó hace más de dos décadas. Microsoft dejó de actualizarlo el 31 de diciembre de 2001, y hoy no ofrece ningún tipo de garantía ni soporte de seguridad para ese entorno.
Tecnología obsoleta, aunque funcional
¿Por qué siguen en uso? Porque funcionan. Porque han funcionado durante décadas. Los sistemas de control del tráfico aéreo (los conocidos ATC) deben mantenerse operativos las 24 horas del día, los siete días de la semana, y esa fiabilidad histórica ha sido precisamente la razón por la que aparentemente nadie ha querido asumir el riesgo de cambiarlos por completo. Pero ese margen se está agotando.
El nuevo secretario de Transporte, Sean Duffy, ha señalado que modernizar el sistema es ahora una prioridad nacional. En palabras suyas, “es el proyecto de infraestructuras más importante que ha tenido el país en décadas”. Una afirmación que coincide con la preocupación creciente dentro del sector: desde sindicatos de controladores hasta grupos industriales como Modern Skies han empezado a exigir reformas profundas.
La Oficina de Responsabilidad del Gobierno (GAO) publicó en marzo de 2025 un informe con conclusiones contundentes: de los 138 sistemas que componen la infraestructura de la FAA, 51 fueron clasificados como insostenibles y 54 como potencialmente insostenibles. Muchos de ellos llevan más de 30 años en servicio. Algunos, más de 60.
El informe advierte que estas plataformas no solo son vulnerables a fallos técnicos: también son cada vez más difíciles de mantener. Ya no hay repuestos, los técnicos especializados en estas arquitecturas se están jubilando y las soluciones provisionales, como la virtualización, no siempre se pueden aplicar en entornos tan críticos.
Ante este escenario, el Departamento de Transporte ha lanzado una convocatoria abierta para que empresas privadas presenten propuestas con tecnologías de nueva generación. Mientras tanto, el sistema sigue en marcha, pero lo hace sobre una base cada vez más frágil. El tiempo dirá si esta vez el salto a una infraestructura moderna se convierte, por fin, en una realidad.
Imágenes | Rohde Schwarz | Microsoft | Ashim D’Silva
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La noticia
Nos preparamos para despedir Windows 10, pero parte del control aéreo de EEUU aún funciona con disquetes y Windows 95
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Javier Marquez
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