En estos días de ola de calor, apetece beber algo frío, ligero y refrescante. En TikTok, es fácil confundirse: entre tantas recetas de bebidas con colores vibrantes, uno pensaría que está ante un vídeo más sobre agua saborizada. Aunque parezca a simple vista, realmente está ante proteína clara, y va más allá de un agua con sabor.
Proteína clara. O clear protein es una variante de la proteína en polvo de suero tradicional, pero con una diferencia fundamental: se somete a un procesamiento adicional para eliminar grasas, carbohidratos y lactosa. Como resultado, se obtiene un polvo que, al mezclarse con agua, da lugar a una bebida ligera, translúcida y sin textura lechosa. Técnicamente, está compuesta por aislado de suero hidrolizado, lo que facilita su digestión.
En un reportaje para GQ, han descrito esta tendencia como una forma de mantener el consumo proteico sin necesidad de pasar por un batido cremoso: “Se disuelve como una bebida deportiva: ligera, con sabor a fruta y sin textura lechosa ni pegajosa”.
¿Una moda más? El auge de la proteína clara no se explica solo por sus características funcionales, sino por su presencia en redes sociales. Las imágenes de botellas con bebidas coloridas y cristalinas son parte del nuevo ritual post-gimnasio. Como ha desarrollado un artículo en Vogue, nada de batidos espumosos: ahora lo que se lleva es algo que parece agua saborizada. Y eso vende. “Es visualmente atractiva (¿a quién no le gustan las bebidas transparentes y coloridas?)”, ha afirmado Lauren Manaker, nutricionista citada por el mismo medio. Pero la popularidad también responde a una percepción errónea: la de que lo más claro y ligero es necesariamente más saludable.
En este contexto, Nuria Esteves, nutricionista clínica, advirtió en Xataka que el problema está en cómo se posiciona este tipo de productos: “No es una prioridad en nuestra alimentación como a veces se nos intenta vender”. La proteína clara puede ser útil, sí, pero no debe considerarse un sustituto de comida real ni un superalimento obligatorio.
¿Es igualmente proteína? Sí. Aunque la apariencia y la textura cambien, la proteína clara sigue siendo un suplemento procesado. No es una bebida mágica ni es nutricionalmente superior solo por ser más fácil de beber. De hecho, productos como Ensure Clear o Boost Breeze, versiones de proteína clara, existen desde hace años y son comunes en entornos clínicos, según han señalado en Vogue. La diferencia es que ahora el formato se ha vuelto tendencia, gracias a sabores llamativos, envases elegantes y campañas dirigidas a quienes buscan rendimiento físico sin complicarse demasiado.
¿Qué diferencias hay? Aunque tanto la proteína clara como la tradicional parten del mismo ingrediente —el suero de leche—, lo cierto es que el resultado final poco se parece. No solo cambia el proceso de elaboración, también la forma en que se bebe, se digiere y hasta se percibe.
Empecemos por la textura: la proteína clásica se mezcla con agua o leche y se convierte en un batido espeso, con cuerpo, incluso algo pesado. En cambio, la proteína clara se disuelve como si fuera un zumo: ligera, fluida y sin rastro de densidad lechosa. Por su parte, el sabor también marca una diferencia. Mientras que las versiones tradicionales suelen imitar postres como vainilla, chocolate o cookies & cream, las claras apuestan por sabores frutales y refrescantes, como fresa, limón o mango. Más que un suplemento, parecen una bebida deportiva.
Y si hablamos de digestión, las claras suelen tener ventaja. Al estar elaboradas con suero hidrolizado, su estructura está parcialmente descompuesta, lo que facilita su absorción. Para quienes tienen el estómago sensible o cierta intolerancia a la lactosa, pueden ser una opción más cómoda. En términos de composición, ambas ofrecen cantidades similares de proteína por ración. Sin embargo, las versiones claras suelen tener menos grasa, menos carbohidratos y menos lactosa, lo que en la práctica significa también menos calorías.
¿Es para todo el mundo? No necesariamente. En un reportaje reciente en este medio, los nutricionistas coincidían en que la proteína en polvo, clara o no, puede ser útil en contextos concretos, como personas mayores, pacientes con cáncer o sarcopenia, quienes tienen dificultades para comer o deportistas en fase de ganancia muscular. También puede facilitar la adherencia al entrenamiento si se percibe como una “recompensa” post esfuerzo.
Sin embargo, los especialistas insisten: no debe sustituir comidas completas. Pensar que un batido “no engorda” por ser fitness es un error frecuente. Además, usarlo desde el miedo a comer o como única fuente de nutrición puede derivar en una relación conflictiva con la comida, según la nutricionista Nuria Esteves.
Una opción más. a proteína clara no es una revolución, pero tampoco es humo. Puede encajar en muchas rutinas, siempre que se entienda por lo que es: un suplemento, no una solución mágica. A veces solo es eso: una bebida fresca con buen sabor que te ayuda a sumar proteínas sin complicarte. Lo importante no es si es clara o cremosa, sino si realmente encaja en tu dieta.
Imagen | Unsplash y TikTok
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La noticia
Parece agua saborizada, entra como un refresco y lleva proteína como un batido: así es la proteína clara
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Alba Otero
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