Hace unos días veíamos trucos que la generación Z comparte en TikTok sobre cómo comportarse con sus jefes y compañeros en entornos de trabajo tóxicos. Y muchos decían que simplemente pasan de todo, no se comunican con su equipo ni sus superiores y prefieren no tomarse nada como personal. Suena a una buena táctica: a Mark Twain, reconocido escritor, se le atribuye una una frase que ha pasado a la historia que afirma que «nunca discutas con un ignorante, te rebajará a su nivel y te superará por experiencia».
Sin embargo, hay que mirar este consejo con pinzas. La psicología ha podido corroborar que callarse las cosas y no decir lo que sentimos ante ciertos acontecimientos, comentarios o tratos puede ser muy dañino para nuestra salud. Esto aplica a la vida en familia, en sociedad, con amistades, en entornos educativos… y también en el trabajo porque, al fin y al cabo, pasamos muchas horas al día trabajando.
Hace unos días, publicaba una columna en la revista Ethic el psicólogo Luis Miguel Real Kotbani que afirmaba: «Guardar silencio no nos hace maduros, sino sumisos«. Según sus palabras, guardar silencio en situaciones incómodas, lejos de garantizar la armonía, puede acabar convirtiéndose en una condena silenciosa: una estrategia que comienza con la intención de preservar la paz, pero que termina reprimiendo las necesidades personales.
Qué consecuencias puede traer callarse todo ante un jefe
Por un lado, real Kotbani, en el mencionado análisis, por un lado, cada vez que «eliges el silencio para no incomodar a los demás, les das el mensaje de que tus necesidades valen menos».
Por otro lado, alerta el psicólogo, si pasamos mucho tiempo callando algo que realmente nos molesta llega un punto en el que podemos desconectar de nosotros mismos y dejar de saber qué queremos en realidad. Otro riesgo es que hay muchas posibilidades de acabar explotando y, en ese caso, puede ser peor la forma de llegar a comunicar lo que está sucediendo.
Aunque la búsqueda de paz es natural, esta evitación constante puede tener consecuencias negativas, afectando nuestra capacidad para defender nuestras ideas y establecer límites y deteriorando la autoestima y la salud emocional, advierten los expertos en psicología.
Desde Atlas Psicólogos Tres Cantos explican que frente al silencio, «cuando logras expresar cómo te sientes ante una situación, te calmas, el aire fluye, sientes alivio y te da el control total de tus pensamientos para que decidas cómo te sientes. Además, contribuye a generar respeto por tu amor propio y causa reacciones positivas en tu salud y estado de ánimo».
Qué hay detrás de ese miedo a la confrontación
Al mismo tiempo, es interesante saber qué hay tras ese miedo que muchas personas tienen de decir lo que piensan, ya que eso puede llevar a una confrontación y para ciertos perfiles de personas esto es algo muy negativo. Y también la psicología puede explicar por qué existe esta sensación.
Por ejemplo, desde Consulta Goya explica la psicóloga Susana Zazo Díaz que «el miedo al conflicto es una de las razones más comunes por las que muchas personas evitan la confrontación a toda costa. Las razones detrás de este miedo son complejas y a menudo se originan en experiencias pasadas o en nuestra infancia.
Algunas personas tienen una disposición natural hacia la calma y la tranquilidad, pero en muchos casos este temor está relacionado con experiencias previas negativas o con patrones aprendidos durante la infancia.
Por ejemplo, quienes crecieron en ambientes autoritarios, donde se enseñaba a callar para evitar castigos o humillaciones, o en entornos sobreprotectores, donde no se les permitía enfrentar sus propios conflictos ni desarrollar habilidades para gestionarlos, es comprensible que en la adultez eviten el conflicto y busquen la aprobación como un mecanismo de protección.
Vía | Minha Vida
Imagen | Foto de Nik Shuliahin 💛💙 en Unsplash
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La noticia
Permanecer en silencio para evitar conflictos no es un signo de madurez: es un atajo hacia la autodestrucción, según la psicología
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Genbeta
por
Bárbara Bécares
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