
Actualmente, Nintendo vive un momento de gloria. La Nintendo Switch 2 está siendo un éxito de ventas, y la primera Switch superó la barrera de las 154 millones de unidades distribuidas, con lo que algunos piensan que destronará a la PS2 como la consola más vendida de la historia. Pero, hasta poco tiempo, la compañía japonesa pasaba por tiempos oscuros.
Como cualquier empresa, Nintendo ha tenido sus bajos y sus altos. Esto puede ser consecuencia de malas decisiones estratégicas, cambios en las preferencias de los consumidores o nuevos competidores. Sin embargo, sí que existió un momento en el que Nintendo tocó fondo y todo comenzó con la desastrosa presentación de una consola.
La presentación de una consola que Nintendo quisiera olvidar
Fue durante la E3 en junio de 2011 cuando, después de rumores, Nintendo por fin mostraría a la que sería la sucesora de la Wii. Al escenario subió Reggie Fils-Aimé, el entonces presidente de Nintendo of America, para presentar al nuevo sistema y su nombre: la Wii U.
Aunque Fils-Aimé dio detalles técnicos de la Wii U, uno de sus mayores errores fue enfocar su discurso en torno a las funciones de la GamePad, sin mostrar del todo a la consola en acción. Debido a ello, la mayoría de los espectadores y medios especializados pensaron que la Wii U era un accesorio para la Wii y no un nuevo dispositivo.
Conforme avanzó la conferencia, Nintendo sólo mostró demos técnicas y tráilers sin gameplay propio de la Wii U. Además, la empresa japonesa confirmó que habría apoyo de terceros, pero sin pruebas contundentes de ello, mientras prometía que habría experiencias para los jugadores más exigentes, más allá de lo familiar y lo casual.
En sí, no se explicó para qué público estaba pensada la Wii U, lo quedó como un mensaje a medias. Nintendo falló en comunicar su propuesta de valor: qué era, para quién era y si había un motivo convincente para comprarla. Sin una narrativa definida ni ejemplos impactantes de su potencial, los asistentes salieron confundidos.
Las consecuencias de la Wii U
Al lanzarle la Wii U en 2012, se vendió bien en las primeras semanas, pero luego cayó en pocos meses, y en las tiendas los consumidores preguntaban si el GamePad se adquiría por separado, pensando que era compatible con la Wii. Al ver esto, las grandes desarrolladoras se bajaron del barco lo más rápido posible y cancelaron futuros proyectos. Como resultado, la Wii U tuvo uno de los peores desempeños en ventas de una consola de Nintendo, provocando una fuerte autocrítica y aprendizaje al interior de la compañía japonesa.
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La noticia
Revelaron su nueva consola en un E3 y nadie sabía que estaba pasando: fue el mayor fracaso de la compañía
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3DJuegos LATAM
por
Irvin Escalona
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